Villes

NABARNIZ

Dentro de la comarca de Gernika, el municipio de Nabarniz se caracteriza por estar alejado de cualquier camino transitado. Este aislamiento geográfico repercute en su urbanismo, de tipo aislado, rural y disperso, lo que da como resultado un número importante de caseríos y ermitas destacables como elemento patrimonial primordial. Se distribuye la población de este municipio en los siguientes barrios: Ikazurieta, Intxaurraga, Lekerika, Merika, Uribarri-Zabaleta y como núcleo urbano el barrio de Elexalde.

Arquitectura religiosa

La única iglesia parroquial es la iglesia de San Cristóbal en el barrio de Ikazurieta; se trata de un edificio de planta rectangular con muros de mampostería y sillería en los esquineros. Su cubierta es a dos aguas de tejas y está sobre dos cerchas. La fachada principal tiene un muro de mampostería bajo en donde arranca un enrejado de madera donde se abre la puerta de acceso. Sobre la reja el muro es de ladrillo y un remate enlucido. No tiene espadaña y tiene la campana en su interior. Su conservación es bastante buena ya que fue restaurada en 1976.

Narbarniz tiene varias ermitas como la ermita de San Miguel en el barrio de Uribarri; se trata de un edificio de planta rectangular que se encuentra en muy mal estado. Cubierto a cuatro aguas y sin espadaña sus muros son de mampostería y tiene en sillería los esquineros. Tiene una fachada muy similar a la iglesia parroquial con un bajo muro en donde se apoya un enrejado de madera y donde se abre la puerta. Posee en pequeño pórtico a los pies con bancos adosados. El pavimento es de cemento en la nave y de madera en el presbiterio.

Ermita de San Cristóbal, en el barrio de Ikazurieta, rectangular, a dos aguas y trabajada en mampuesto y sillar, salvo la fachada principal, bonito lienzo en el que entre el entramado de madera vista se alterna ladrillo y rejería lígnea enmarcando la puerta. Además posee un acceso apuntado y una aspillera en el muro sur, vestigio claramente bajomedieval. Alberga imagen del santo.

La ermita de Santiago Apóstol se encuentra en el barrio de Lekerika y se trata de una construcción rectangular con una cubierta a tres aguas. Construido con mampostería tiene esquineros de sillería y su fachada principal tiene una puerta de acceso con arco apuntado. Ostenta una espadaña con un vano para la campana rematada por una cruz de hierro. El pavimento es de madera y hay un pórtico a los pies; todo se encuentra en buen estado ya que sufrió una restauración en 1982.

En su momento existió otra ermita, la de San Gregorio en el barrio de Lekerika, que se encuentra hoy desaparecida.

Arquitectura civil

Como respuesta a las necesidades de su economía agraria, nos encontramos con la evolución del principal ejemplo de arquitectura popular: el caserío. Aunque estas construcciones tengan unas características muy similares en el País Vasco, en el municipio de Nabarniz se desarrolló una tipología propia. Imperan los caseríos de planta rectangular con una cubierta a dos aguas cuya distribución se hace en dos pisos y camarote. Es característico el portalón en la mitad de su fachada principal y la ausencia de patios o construcciones anexas.

La primera tipología de caserío data del siglo XVI y se caracteriza por la construcción en piedra de las partes laterales y el resto en madera; sin embargo no se ha conservado ningún ejemplo en Nabarniz que conserve esa estructura originaria, ya que los caseríos han sido muy modificados. La madera se va relegando, en el siglo XV y XVI, sólo a la estructura del edificio, es decir fuertes postes de roble sobre poyos de piedra tosca y que se encuentran apoyados en la roca sin ninguna cimentación.

De estas características es el caserío de Gezuriaga en el barrio de Ikazurieta que conserva un arco gótico en el soportal y vanos conopiales, elementos típicos del siglo XVI que imperaban en la arquitectura residencial urbana pero que también influyen en la arquitectura rural.

El caserío Urtzaa en el barrio de Merika destaca por su gran volumen y se fecha a mediados del siglo XVI. Se trata de un edificio con un soportal adintelado con una recia viga de madera que se apoya en una columna renacentista. El entramado es de madera pintado de azul y tiene una estructura de tramos verticales y horizontales en donde se superpone el balcón corrido de madera. En los laterales aparecen diferentes vanos, uno de ellos con balcón.

El caserío Atarren es del siglo XVIII y tiene también un soportal adintelado con una viga de madera. Podría situarse en el momento de transición del gótico al renacimiento, por la aparición de aspilleras en un hastial y al acceso con arco de medio punto con dovelas. El caserío Madozena tiene un acceso muy parecido, aunque en este caso se trate de una reconstrucción sobre un edificio anterior.

Debido a los problemas de deforestación, la madera se va abandonando, dando paso a nuevos materiales constructivos como el ladrillo y la escoria férrea, originándose unos caseríos cuyas fachadas se desenvuelven con escasos vanos y donde se alternan paños enfoscados, viguetas, puentes y tramones. Esta estructura se puede ver en caseríos como el de Mendigune, Hormaetxe o Aldekoa, en el barrio de Lekerika, cuyos armazones tienen postes sin devastar pero que incorporan elementos de la arquitectura culta como son los escudos heráldicos y las columnas de piedra que sostienen sus soportales.

El caserío Hormaetxe es un edificio de planta rectangular y profunda que tiene un soportal y apoya la viga en una columna de mármol rojo proveniente de las canteras de Ereño. La fachada está ligeramente retrancada respecto a los laterales y presenta un entramado en madera de maderos verticales y horizontales. En la parte de arriba describe una especie de triángulo en donde se inscriben unas pequeñas ventanas separadas por la viga central. Tras la última reforma que ha respetado bastante su estructura original, se ha añadido un balcón corrido donde desembocan dos puertas. Su escudo de armas se presenta en la fachada lateral derecha.

El caserío Aldekoa ostenta una estructura bastante similar a la anterior y está realizado en mampostería descubierta. Su escudo de armas se encuentra en la fachada principal, siempre simétrica y racional, que está realizada en un material más pobre que el utilizado para la factura; se ha empleado el ladrillo que es más ligero y que se superpone a la viga central. Este caserío también tubo un pequeño hórreo que hoy se encuentra destruido.

Desde el siglo XVIII, se tiende a eliminar la madera como material constructivo y la mampostería se ira extendiendo y se construye un tipo de caserío que se caracteriza por el cuerpo central más endeble retrasado respecto a los bloques laterales en donde se ubican balcones paralelos y superpuestos. Ahora empieza a ganar en altura ampliando su habitabilidad mientras que se estrecha en la base. Destacamos los ejemplos de Intxaurreta realizado con materiales de excelente calidad como los esquineros y recercos de vanos en sillería y el caserío Ibargüen ambos en el barrio Intxaurraga.

Ahora, a finales del siglo XVIII, se empieza a incorporar un elemento que proviene de la casa culta, el arco, que suele ser carpanel, escarzano o de medio punto. Con ello se abandonan definitivamente las tradicionales estructuras de entramados de madera. Responde a un modelo barroco promovida por la aristocracia rural como el caserío Ybarra en el barrio Lekerika que obtuvo el premio al mejor caserío en el año 1976. Su fachada está enlucida con esquineros y recerco de vanos en sillería y se distribuye en tres pisos en donde los vanos se colocan de forma muy racional. El soportal tiene un arco carpanel en donde se superponen las puertas de sendos pisos que desembocan al menos uno de ellos, ya que parece ser que se eliminó el otro, en un balcón.

Tras la incorporación del arco a la construcción del caserío, éste ira evolucionando a una tipología neoclásica como refleja su racionalidad, el orden, la proporción y el decoro o dignidad. Ahora los edificios tienen un carácter más residencial que laboral, por lo tanto, desaparece el soportal y se sustituye por un acceso estrecho y adintelado mientras que los vanos se distribuyen a manera de retícula racional y simétrica; estas características se reflejaran en los edificios de nueva planta. Es el caso de la Casa Errati en el barrio de Elexalde, de planta profunda que no tiene soportal y está realizado en mampuesto enlucido la parte inferior, las dos superiores en argamasa y en los esquineros se reserva la sillería. Distribuye los elementos de la fachada en tres registros y siempre guardando una simetría y un esquema racional.

Muy parecido es el Caserío Torre del mismo barrio, edificio de tres plantas que consta de desván, en donde se puede ver una inscripción sobre el balcón corrido de la primera planta: 1850. Mencionar el caserío Estanco -llamado así popularmente- cuya inscripción lo ubica en 1897. Tiene a modo de curiosidad, un óculo con cuadrilóbulo inscrito cegado parcialmente que parece pertenecer a un ventanal gótico de la iglesia de Santa María.

Es común que junto a los caseríos aparezcan construcciones próximas también destinadas al uso laboral; es el caso de los molinos de los que se tiene pocos datos, en Nabarniz existe el molino de Goikolao en el barrio de Elexalde, que sólo se utiliza en los periodos en los que se ha sufrido un corte de electricidad. Está muy deteriorado pero puede apreciarse su estructura original en madera al igual que una pequeña presa para la canalización del agua.

Otra edificación importante son los hórreos, muy útiles para almacenar el grano de las cosechas; estas construcciones se hacían elevadas para evitar la humedad y la presencia de roedores. Han llegado en muy malas condiciones estos "garaixes", muchos de ellos han sido transformados en garajes, y otros no han resistido el paso del tiempo. Esto se debe a que en un principio se realizaban con un material muy endeble como es la madera. Con el paso del tiempo y al igual que en los caseríos se impone la mampostería, encontramos así edificios de planta rectangular, elevados sobre poyos troncopiramidales que se apoyan en rodeznos circulares. El hórreo más antiguo de Nabarniz se encontraba frente al caserío de Ybarguen hasta 1921 cuando fue derruido.

También frente el caserío Goikoetxea en el barrio de Uribarri se conservan los restos de un hórreo que en la actualidad se utiliza para guardar las herramientas de labranza. Es de planta bastante amplia y se cubre con un tejado a dos aguas. Tiene la originalidad de que se sostiene atípicamente sobre seis poyos rematados con sendos rodeznos; éstos se encuentran desperdigados, alguno de ellos reaprovechado. El conjunto es una reproducción de una casa en miniatura ya que presenta un pequeño acceso adintelado con un vano a cada lado y un balconcillo en ladrillo con sendas ventanas y puerta. Es sin embargo una excepción porque los hórreos no suelen tener dimensiones tan amplias.

Hay también construcciones que presentan elementos característicos de los garaixes en los siguientes caseríos: Uribarri, Ikazuriaga Etxehandia, Zabaljauregi, Merika-Etxebarria, Arsua, Zabalintxaurreta, Mendiguren, Ypinza, Bidaurreta y Mutio Erdikoa. Hay que hacer sin embargo referencia a un hórreo que ha estado en pie hasta 1967 en que sufrió un incendio provocado por el horno cercano: se encuentra en el barrio de Ikazurieta. Se trataba de una construcción elevada sobre estructuras troncopiramidales que terminaban en sus correspondientes rodeznos. Construido en mampostería con algo de madera, tenía el acceso a través de una escalera fija. El conjunto se cubría con un tejado a dos aguas Queda comentar la existencia de una presa antes mencionada por situarse cerca de un molino; se trata de la presa Goikolea que se encuentra sobre el arroyo Oma , y se trata de una recta de gravedad realizada en sillería que servía para canalizar el curso del agua para mover la maquinaria de dicho molino.

Manu CASTAÑO GARCÍA (2006)