Villes

MONREAL

Típico pueblo-calle en esencia, con una parte protegida por el monte al Norte y una plaza y tres calles más que dan al río, con un puente y camino secundario. Hoy día se distingue aún el barrio del Burgo como el de los francos antiguos. También la «judetería» que, fortificada, estaba pegada al castillo del que quedan los cimientos. Recientemente, tras una limpia de tierra y vegetación, ha aflorado un conjunto de torres redondas y en el centro la Torre del Homenaje y próxima a ella un sótano, la prisión, sin bóveda ni acceso. Este castillo se menciona con otros siete más en los capítulos de paz y concordia de Juan II de Castilla y Juan II de Navarra de 1436. También se cita en el poema provenzal «Guerra de Pamplona» de Guillermo Aneliers. La plaza no tiene el aire clásico de la de Urroz y la mejor parte del conjunto arquitectónico se halla, sin duda, en el camino-calle, donde los vestigios góticos quedan reflejados siempre en puertas y ventanas, ya que es la época medieval la más fecunda en la villa y, en general, en la zona [Ref. Caro Baroja «La C. en N.», III CAN, 1982]. Iglesia parroquial que en gran parte sigue la planta románica, con interesante portada de medio punto con archivolta, decoración variada. Ruinas del antiguo Monasterio de Monjas de San Bernardo. Crucero del s. XV, bastante estropeado, en el término de San Blas.