Monastères

MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE LA CARIDAD DE TULEBRAS

Museo. Numerosas son las obras artísticas, que abarcan desde el s. X al XVIII, en gran parte reunidas en un museo abierto por la comunidad en 1986 en el recinto denominado «Torre romana». En el Presbiterio, ocupa un lugar central una mesa de altar del s. XIII, con ara de piedra de una pieza sobre cinco pequeñas columnas con basa y capitel. Destaca la imagen de Nuestra Señora de La Caridad; talla románica de finales del s. XII o principios del XIII, en madera policromada, sedente y frontal. Titular del monasterio, fue restaurada, como todo el cenobio, durante la década de 1970-1980. También, un antiguo sillón abacial de la sala capitular, rehecho, que presenta en el respaldo seis tablas gótico-flamígeras de principios del s. XVI. El antiguo retablo mayor, desmontado y trasladado al museo conventual, es una magnífica obra de Jerónimo Cósida, de finales del s. XVI, de traza manierista. Constaba éste de un banco formado por pilastras con grutescos y un único cuerpo con columnas de fuste liso y capitel compuesto, coronado por un remate rectangular. Destacan las pinturas sobre tabla, como San Juan Bautista y San Juan Evangelista, en el banco; la Magdalena, la Dormición de la Virgen, San Nicolás, San Agustín, San Jerónimo, Santa Marta, San Gregorio, Santa Catalina, San Ambrosio y el Calvario, que lo coronaba. De esquemas italianizantes, con resonancias «rafaelescas y leonardescas», acusan algunas tablas asimismo inspiración flamenca. El colorido, magnífico en grupos como el de la Dormición de la Virgen, denota por su parte influencias venecianas. De los mismos artistas del taller de Cósida parece ser una representación de la Trinidad, que tiene la peculiaridad de ser una interpretación herética del Dogma pues tiene tres rostros, sirviendo los ojos del central a los laterales. La pintura, de traza de medio punto con marco de mediados del s. XVII, lleva un triángulo con círculos en los ángulos, de cuyos vértices parten unas fajas que confluyen en un círculo central. En los tres lados del triángulo se lee la leyenda «Non est», en los círculos de los ángulos «Pater, Filius, Sp(irit)us Sa(nc)tus»; en las tres bisectrices: «Est» y en círculo central «Deus». Conserva el monasterio también parte de la mazonería del retablo de los Oñate, de principios del s. XVII, así como del retablo encargado por la monja Catalina Royo, en el abadiado de Mariana Alvaro (1649). Respecto a la escultura, destacan piezas como la denominada «Virgen de la Cama», imagen de vestir articulada de tamaño natural, del s. XVII con policromía del XVIII; la Virgen «nueva» de la Caridad, titular del monasterio, gótica del s. XIV que sustituyó a la románica antedescrita; varios Cristos, dos romanistas del s. XVI; una interesante Inmaculada del XVI; numerosos lienzos y tablas de los ss. XVII y XVIII y una buena colección de ornamentos litúrgicos, destacando varias piezas rococós del XVIII. El museo conventual conserva asimismo una rica colección de orfebrería, con piezas de los ss. XVI al XIX. Son de destacar una arqueta eucarística, barroca, realizada en Alfaro en 1684; una serie de bandejas de plata dorada de los ss. XVI al XVIII; una cruz procesional de la segunda mitad del XVII de esquema purista y ornamentación barroca, así como fuentes, fruteros, lámparas y piezas litúrgicas. Tuvo Tulebras un magnífico báculo de esmalte lemosín, donación del Papa Luna, llevado en 1929 a la Exposición Internacional de Barcelona, donde desapareció.

Bibliografía

  • Colombás, G. M.: Monasterio de Tulebras, Pamplona, 1987
  • González de Zárate, J. M.: La visión plástica de la «Trinidad»..., «BRSBAP», 1990
  • Recondo, J. M.: El Monasterio..., «T. C. P.», Pamplona, 1972 «Catálogo Monumental de Navarra»
  • , I.
    Alberto Xabier MARTINEZ ARTOLA