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Minoría Vasco-Navarra

Grupo parlamentario constituido por los diputados de la Derecha vasca elegidos en los comicios del 28 de junio de 1931 tras la formación de candidaturas conjuntas en Gipuzkoa, Bizkaia (Candidaturas en Pro del Estatuto Vasco) y en Navarra (Coalición «Católico-Fuerista») y candidaturas concurrenciales (Candidatura "Católico-fuerista" de Oriol y Candidatura estatutista de Olano) en Álava. Dichos diputados fueron los siguientes:

José Luis OriolCat. fueristaAlava
Antonio PildainCanónigoGuipúzcoa
Rafael PicabeaIndependienteGuipúzcoa
Jesús Mª de LeizaolaPNVGuipúzcoa
Julio de UrquijoJaimistaGuipúzcoa
Rafael AizpúnCat., luego CEDANavarra
Miguel GortariCat., luego CEDANavarra
José Ant. AguirrePNVNavarra
Joaquín BeunzaJaimistaNavarra
Tomás Dz ArévaloJaimistaNavarra
Manuel EguileorPNVVizcaya
José HornPNVVizcaya
José Ant. AguirrePNVVizcaya
Marcelino OrejaTradicionalistaVizcaya
Francisco BasterrecheaPNVVizcaya

Se trata de 15 diputados desglosables en 6 del PNV, 4 carlistas y 5 católicos diversos, frente a sólo 9 electos del Bloque republicano-socialista, en el País Vasco, pero a una inmensa mayoría de izquierdas en la totalidad de componentes de la Cámara: 113 socialistas, 87 radicales y asimilables, 61 radical-socialistas, 36 miembros de la Esquerra Catalana, 27 de Derecha Liberal Republicana, 19 federales, 17 republicanos independientes, 16 de la Federación Republicana Gallega, 16 de Acción Republicana, 7 de la Agrupación al Servicio de la República, 2 galleguistas, un regionalista gallego y un republicano revolucionario.

La minoría, que se reunió por primera vez en el Hotel de Londres de San Sebastián el 5 de julio de ese mismo año, formó parte de los 51 diputados de derechas no republicanos presentes en el Parlamento. Se designó jefe de la Minoría a Joaquín Beunza y secretario a José Antonio Aguirre. Se convino que el grupo fuese conocido en las Cortes con el nombre de Minoría Vasco-Navarra pro Estatuto. Los puntos comunes de sus miembros quedaban reducidos a los siguientes: defensa de los ideales religiosos, reintegración foral plena y, concretamente, apoyo al Estatuto de Autonomía. Respecto al nombre de "Vasco-Navarra", José Antonio Aguirre daría la siguiente explicación:

"Pero a mis correligionarios nacionalistas os debo una explicación: No queríamos nosotros los diputados nacionalistas, que la Minoría se llamara `vasco- navarra', sino sólo vasca, porque tan vascos sois (los navarros) como nosotros, pero accedimos a pasar por ello ante el peligro de perder la ocasión histórica que nos brindaba la Providencia de que por primera vez en nuestra historia se presentara Euzkadi en frente mayoritario ante las Cortes que detentaron nuestra soberanía, exigiendo en frente común una reivindicación de libertad que si no total, era el camino abierto para mayores y sucesivas concesiones..."

[Discurso pronunciado en el Teatro Gayarre de Pamplona el 22 de octubre de 1933, Entre la libertad y la revolución, 1930- 1935, Bilbao, 1935, pp. 97-98].

El 12 de julio la minoría fue despedida por una multitud concentrada ex profeso en Gernika, acto durante el cual se pronunciaron fervorosos votos por la autonomía y por el Estatuto de Estella que, junto con la defensa de la Iglesia, fueron descritos como los principales objetivos de la minoría parlamentaria. Jesús María de Leizaola fue elegido representante de la minoría en la Comisión Constitucional creada el 28 de julio, comisión a la que llegó el Estatuto catalán de Nuria aprobado en referéndum mientras el de Estella era entregado por los alcaldes adheridos al Movimiento de Alcaldes el 22 de septiembre de ese año. El 29 de julio de 1931 la Minoría Vasca intervino por primera vez en el Parlamento.

Lo hizo por medio de su jefe, Beunza, que recogió en su discurso aquellos puntos mínimos fundamentales que pudieran servir de nexo entre las distintas ideologías de los componentes de la Minoría. Eliminado el Estatuto de Estella por la Constitución, la minoría siguió en las Cortes, pero el 13 de octubre de 1931 sus miembros abandonaron los escaños del Parlamento, como protesta ante la aprobación del artículo 24, luego 26, de la nueva Constitución española (cuestión religiosa). Se tomó el acuerdo de no acudir a la Cámara hasta que la Constitución fuese aprobada, ya que no querían sumarse ni a su elaboración ni a su aprobación. La Constitución fue aprobada pues, el 9 de diciembre sin los votos ni la presencia de la MVN.

A partir de estas fechas comienza a operarse la división de este conglomerado forjado al calor de la agitación religiosa de la pasada primavera. El PNV comienza a buscar salidas airosas al problema autonómico dentro de la nueva situación republicana mientras sus aliados de ocasión, las derechas antirrepublicanas, especialmente los carlistas, se niegan a aceptar cualquier forma de aceptación de la misma. La votación de los nacionalistas al católico Alcalá Zamora como presidente de la República rompió la unidad de voto y abrió las primeras vías de agua (10 de diciembre). Y no fue ésta la primera disensión ni la única; el "liberal" navarro Aizpún entró a formar parte de la ponencia de los ayuntamientos vascos para elaborar un nuevo Estatuto, cosa que tampoco podían aceptar los carlistas.

Por otra parte, el inicio de las discusiones del Estatuto catalán en las Cortes, en mayo de 1932, puso de manifiesto la antinómica actitud de las derechas sobre la autonomía, lo cual haría también reflexionar a los nacionalistas. La situación se complicaba sin embargo con el retraimiento de las izquierdas locales, en especial navarras, ante el PNV al que consideraban sectario y de dudosa fidelidad a la República. La confluencia de esta desconfianza y la desafección de la Comunidad Tradicionalista se tradujo en la separación de Navarra del proceso autonómico el 19 de junio de 1932, separación a la que seguirían los intentos de Oriol por efectuar la misma operación en Álava.

En el mes de julio de 1932, la Minoría Vasco-Navarra se reunió en Azpeitia (Gipuzkoa) con la Comisión de Alcaldes del País Vasco. En la reunión se trató de lo ocurrido en la Asamblea de Pamplona (19 de junio), en la que se produjeron disensiones y alborotos. Después de esta reunión de Azpeitia, la Minoría quedó disuelta. Unicamente a efectos parlamentarios, para no perder los puestos en las Comisiones del Parlamento, se decidió su continuación hasta la renovación de escaños de 1933 en la que los componentes de la Minoría Vasco-Navarra se presentaron por separado