Concept

Mercantilismo

Se trató de una serie de ideas y prácticas de política económica aplicadas en ciertos reinos europeos en la Edad Moderna y muy en especial en el siglo XVII. El seiscientos fue un siglo de dificultades económicas (pestes, guerras...) que redujeron el crecimiento demográfico, agrícola, artesanal y comercial. Este clima de lento crecimiento afectó a la política económica practicada por algunos países europeos. Para buena parte de los teóricos de la época la principal forma de crecer consistía en redistribuir la riqueza a favor de uno, idea en gran medida acorde con el cuasi estancamiento económico de dicha centuria. De ahí que en ciertos países europeos -Francia, Inglaterra, algunos estados alemanes-, por diferentes vías, se tratara de tener una balanza comercial positiva, exportando más de lo que se importaba. El efecto más aparente de una balanza comercial positiva sería la afluencia de metales precisos (monedas de oro y plata) al país excedentario, de ahí el énfasis exagerado de frenar la salida de metales preciosos, prohibiéndola, y de identificar riqueza con posesión de metales preciosos (plata y oro).

Para tener una balanza de comercio positiva y lograr que afluyeran monedas de oro y plata se tomaron diferentes medidas, aunque prácticamente en todos, incluso en los que no aplicaron políticas mercantilistas, la exportación de metales preciosos estuvo prohibida y perseguida. En Inglaterra se frenó la exportación de lana prohibiéndola, para abaratar el coste de la materia prima a sus tejedores y así poder producir paños más baratos. Paralelamente consiguieron transformar zonas agrarias irlandesas en pastizales para ovejas con vistas a incrementar la oferta de lana y mantener bajos sus precios. De esa forma esperaban, como así fue, producir paños a precios más bajos que sus competidores exteriores. Además con las Navigation Acts, la primera de las cuales fue en 1651, buscaron reservar a sus buques el comercio exterior, prohibiendo la importación de mercancías en navíos que no fuesen ingleses, a no ser que la nacionalidad de la mercancía y del buque coincidieran. De esta forma intentaban desplazar a la flota holandesa, la flota más importante de Europa, del transporte exterior inglés y monopolizar el comercio entre Inglaterra y sus colonias, reservándolo a la flota inglesa. Estas medidas dieron lugar a varios conflictos bélicos con Holanda, conocidos con el nombre de guerras anglo-holandesas (1652-1654, 1665-1667 y 1672-1674).

Los holandeses defendían los mares abiertos, el libre comercio. En Francia, el llamado colbertismo además de adoptar medidas claramente proteccionistas (favorecer la importación de materias primas, y dificultar o prohibir la importación de productos foráneos) practicó inversiones directas en canales y caminos, creó manufacturas reales destinadas a producir bienes de lujo, en especial tejidos caros, antes importados muchos de ellos, o proporcionó privilegios de diversa índole (fiscales, sociales) a quienes se dedicaran a producir lo antes importado. En el Imperio alemán el mercantilismo se llamó cameralismo, término que proviene de kamera, lugar en donde se guardaba el dinero fiscal. Enfatizaba el papel del Estado como instrumento creador de la riqueza colectiva adoptando medidas económicas, además de su papel de garante del orden.

En España, en teoría, uno de los aspectos del mercantilismo, la prohibición de salida de metales preciosos fue tan enfatizada a nivel legal como ignorada. Y, derrotadas las Comunidades y a principios del siglo XVII marginados y caricaturizados los arbitristas, no se llevó a cabo ninguna política económica tendente a dificultar la salida de materias primas (lana) y dificultar la entrada de productos manufacturados para desarrollar al artesanado autóctono. Es más, durante el siglo XVII el arriendo de los derechos aduaneros y la incapacidad de reducir el contrabando hizo que en la práctica los derechos aduaneros favorecieran una política librecambista. Hay que esperar, desde el punto de vista teórico, a la obra del navarro Gerónimo de Uztáriz, Theórica y práctica de Comercio y de Marina de 1724 para que se preconizase una política de fomento del comercio activo y de las manufacturas autóctonas y al arancel de 1782 para que se adoptaran disposiciones de corte proteccionista.

Sin embargo se suelen ignorar otras medidas, que si bien no se sustentan en un andamiaje teórico mercantilista, si tendieron tímidamente y por razones militares, a fomentar el desarrollo artesanal. El País Vasco fue durante la Edad Moderna una zona de librecambio, ya que las aduanas estaban en Orduña, Vitoria, Valmaseda, Tolosa, Ataún y Segura. Sin embargo, el Fuero vizcaíno prohibía la exportación de vena, medida que buscaba, al limitar la demanda, abaratar el mineral de hierro para las ferrerías vascas. Y la monarquía en el siglo XVII, por razones estrictamente militares, estimuló el desarrollo de actividades manufactureras en Santander (altos hornos de Liérganes-La Cavada) y en Bizkaia y Gipuzkoa con las llamadas Reales Fábricas de Armas de Placencia a través de una demanda de cañones en hierro colado y arcabuces y mosquetes. En el caso de las Reales Fábricas de Armas de Placencia no se trataba de una manufactura, sino de unas agrupaciones de artesanos a los que los asentistas reales les demandaban determinadas cantidades de armas. Pero, al igual que sucedía con la construcción de buques de guerra en la ría de Bilbao, era la demanda real, la demanda de la monarquía la que contribuyó, en una época de marasmo económico y de una demanda privada poco o nada dinámica, a mantener actividades artesanales de alto valor añadido y con un considerable componente tecnológico. No se puede hablar de mercantilismo teórico, pero si de prácticas de corte mercantilista.