Periodicidad de las reuniones. Dotadas, probablemente, de una periodicidad frecuente, no parece haberse seguido una norma fija hasta el final de la primera etapa foral. Los usos fueron imponiéndose, pues, a la normativa. En 1472 se estipuló que las de Guipúzcoa se reunieran cada dos años, cambiándose a anuales en 1677. Las Hermandades alavesas acabaron reuniéndose en mayo por tierras esparsas y en noviembre en Vitoria. Independientemente de estas juntas ordinarias y particulares hubo extraordinarias para temas concretos.