Comédies musicales

Jota

Características técnicas fundamentales de la jota navarra, según don José Menéndez de Esteban.

Estribillo. Aire vigoroso, decidido, en compás de 3/8, sobre un tema popular regional.

Canto. De movimiento moderado, con ritmo definido y claro, sin concesiones al excesivo adorno ni modulaciones o melismas que hagan perder virilidad a la canción.

Compás. En el motivo de entrada o estribillo, compás de 318, y en la canción o copla, el compás de 314, con inclusión tolerada del 214 y 414, al objeto de no perder el necesario equilibrio rítmico en el acompañamiento y en sus partes fuertes y débiles.

Tonalidad. Se escribe en todos los tonos, siendo el modo mayor el característico de la jota navarra.

Adornos. El carácter recio de la canción y la sobriedad de su estilo no admite adornos, modulaciones, melismas o giros espectaculares que la desnaturalicen, y solamente son tolerables en algunas terminaciones, pero siempre sin exageraciones.

Tesitura. Como en toda composición musical, la tesitura dependerá en todo momento de la clave de voz del intérprete, debiendo encuadrarla siempre en una dimensión armónica normal, sin exageraciones ni concesiones al divismo.

Ritmo. Temario, con las posibles variaciones señaladas en el apartado «compás».

Interpretación cantada. Se inicia con un diseño musical o estribillo con tema popular, aire alegre y movido, y en compás de 318. Este estribillo consta generalmente de 16 compases que suelen repetirse antes de dar entrada a la copla. Este tema o estribillo se inicia en movimiento lento por cuatro acordes fundamentales en el tono y modo en que se vaya a interpretar la jota. Una vez terminado el estribillo, para dar entrada a la copla, se repiten los mismos acordes de tónica, en movimiento lento. Dos fases de cuatro golpes, para desembocar en el último, en un acorde o diseño de dominante o acorde de séptima. Iniciada la copla o canto, cada versículo va separado con diseño musical, comenzando por el acorde fundamental de tónica, alternando en cada verso con el de dominante, terminando con el de tónica.

Canto o copla. La copla es una cuarteta clásica de cuatro versos octosílabos asonantes, el segundo y el cuarto entre sí, y libres el primero y el tercero. El lenguaje de la copla debe ser sencillo y popular, sin ser nunca chabacano o grosero en ningún aspecto. La jota obliga a formular un pensamiento en cuatro versos octosílabos asentados.

Interpretación de la copla. La copla en la jota navarra tiene tres partes: entrada, copla y vuelta. La entrada es el segundo verso de la copla. La copla se compone de cuatro versos, y la vuelta es la repetición del cuarto y del primero. Ejemplo: Copla. El querer sin esperanza - es el más lindo querer, - yo te quiero y nada espero - mira si te quiero bien. Interpretación. Es el más lindo querer - el querer sin esperanza - es el más lindo querer, - yo te quiero y nada espero - mira si te quiero bien - mira si te quiero bien - el querer sin esperanza.

Número de voces. La forma más antigua, tradicional y clásica de interpretar es una voz o solo. Posteriormente se ha ido extendiendo la costumbre de cantar por parejas, a dúo, es decir, en terceras, con tolerancia en algunos casos de utilizar su inversión en sextas, según necesidad de las voces. Las dos formas, a solo y en terceras, se han generalizado, y en cualquiera de las dos, la jota conserva su carácter. De ninguna manera debe intentarse desnaturalizarla con adornos, floreos, terminaciones, ni mucho menos incluyendo una tercera voz. La jota a tres voces, como alguien ha intentado, sería una verdadera tragedia, porque perdería su fundamental característica de sencillez, popularidad y reciedumbre para convertirse en una especie de engendro polifónico con intentos de intelectualidad técnica musical, que es precisamente de lo que debe huir nuestro canto regional si quiere mantenerse en la necesaria línea popular.

Voces. Muchos creen que para dar a la jota su máxima brillantez y carácter debe cantarse en tesitura muy alta, con predilección de la voz de tenor. La interpretada en tesitura propia de voces de barítono y bajo es tan bella, rica, efectiva, brillante y representativa como pueda serlo en la voz de tenor o de tiple en las mujeres. Es más, quizá en el aspecto de reciedumbre tan imprescindible en los estilos aragonés y navarro, sean esas voces -notoriamente marginadas- las más propias y características para imprimir y demostrar esa cualidad sin merma de las demás, necesarias para una brillante y perfecta interpretación.