Guerras franco-españolas. El 17 de abril del año 1624, la Junta general del Señorío de Vizcaya, previó la posibilidad de un ataque de naves holandesas y decidió fortificar los puertos y costas de Vizcaya, nombrar capitanes en todas las villas y anteiglesias del señorío. Fue nombrado capitán de Galdácano, así como de Lemona, D. Martín de Aldape Isasi, señor de estas casas y de la de Usánsolo. Estos nombramientos dieron lugar a un pleito entre las villas y el Señorío, revocando el rey Felipe IV los nombramientos en noviembre del citado año. El rey Felipe IV hizo una petición de tropas, con destino a la guerra que Francia y España mantenían en el año 1637, al Señorío de Vizcaya. El Señorío decidió formar a este fin un tercio propio de mil hombres, para lo que se procedió a un repartimiento de soldados entre todas las localidades de Vizcaya, correspondiéndole a Galdácano contribuir con dieciséis hombres. [E. J. de L.: "H. G. S. B.", t. V, p. 260.] Entre otras medidas de prevención contra un posible ataque de naves francesas, el Señorío de Vizcaya decidió en 20 de abril del año 1639 designar a qué lugares debían acudir las gentes armadas en caso de alarma. A Galdácano debían acudir los hombres armados de Bedia, Lemona, Yurre, Aránzazu, Miravalles, Olabarrieta, Castillo-Elejabeitia, Villaro, Dima, Ceánuri, Ubidea, Ochandiano, Orduña, Valmaseda y Lanestosa. [E. J. de L.: "H. G. S. B.", t. V, p. 281.].