Monarchie et Noblesse

Fortún I Garcés (version de 1982)

Rey de Pamplona / Iruña entre 882 y 905, casado con D.ª Oria, tuvo por hijos a Eneko, Aznar, Belasko, Lupo y Oneka. Cuando en 859 los normandos tomaron prisionero a su padre García I Iñiguez, tuvo que constituirse en rehén para la liberación del rey. Vuelto a Pamplona / Iruña combate con los pamploneses en el fuerte de al-Kasthil contra el atacante Muhammed I. Perdido el fuerte, cae prisionero y es llevado a Córdoba donde permanece prisionero hasta aproximadamente 879. Desde ese momento colabora con su padre en los negocios del reino hasta el desdichado combate de Aibar, en 882, donde pierde la vida el rey García I Iñiguez. Le sucede entonces su hijo, D. Fortún I Garcés (882-905), llamado por los árabes al-Ankar, "El Tuerto" y en la historiografía vasca moderna "El Monje". Le tocaron tiempos calamitosos a causa de la traición de Muhammad ibn Lupo, rebelde o leal al Emir según las circunstancias pero ahora vuelto contra los antiguos aliados y parientes, los vascones pamploneses. En su tiempo, la situación de la Hispania musulmana -alAndalus- no era muy satisfactoria. Córdoba se ve cercada de pequeños estados semiindependientes pero con la única ventaja de que aquellos fronterizos con cristianos, independientes o no, le defienden, por la cuenta que les trae, las puertas de entrada en al-Andalus. El personaje clave de la frontera vascona del Ebro es el Banu Kasi Muhammed ibn Lupo (Abbadalah) en lucha contra sus propios familiares y contra los cristianos astures y vascones. El continuador del Albeldense narra la llegada de Al-Mundhir a Zaragoza para combatir a Abbadalah y luego la devastación de las tierras banu kasis incluida la región de Deyo que estaba en su poder. De inmediato fue cruzada la frontera del reino de Pamplona atacando al castillo de Cellorigo defendido por el conde Bela Ximenez. La defensa debió de ser eficaz ya que el cronista indica que abandonó muertos a muchos de sus hombres. El ataque se desvió luego contra Pancorbo, puerta de Castilla, defendido por el conde Didaco que le infringe severa derrota. El banu kasi Abbadalah había perdido Zaragoza y ahora se revolvía furioso contra todos. Don Fortún, en buena relación con los asturianos, contempla impotente las luchas en las vecinas tierras banu kasis (la ribera de Navarra y Rioja) manteniéndose a la defensiva. En 886 ha de soportar una incursión sangrienta por la frontera del condado alavés y en 888 vigila atento los acontecimientos de Tudela. Muhammad ibn Lupo, bloquea la ciudad y captura al gobernador del emirato, Muhammad ibn Tumlus, en Ejea al que decapita ante los muros de Tudela. En el año 891 D. Fortún defiende su frontera oriental contra el belicoso banu kasi que logra arrasar el castro Silvaniano en las cercanías de Luesia. La derrota vascona se produjo después de dos días consecutivos de terrible lucha. A los pocos años, en 898, muere el temible Muhammad ibn Lupo, conocido por Abbadalah, con el que declina la dinastía ribereña. Tres años más tarde, en 891, el rey D. Fortún I Garcés ingresaba en la fraternidad de Leire como monje. Sus propias palabras son éstas que siguen según carta otorgada en marzo de dicho año: "En el nombre del Señor. Yo, el rey D. Fortún, hijo del rey D. García, viendo que los bienes, que creemos poseer, se nos desvanecen en las manos como el humo en el aire, y viendo que es brevísima nuestra permanencia en esta peregrinación por el mundo en la que, por tendernos sin cesar múltiples lazos el eterno enemigo, apenas vivimos una hora sin pecado, vengo al monasterio de Leire a recibir la hermandad, como vi recibirla a mi padre, y a rogar a San Salvador que me perdone, como perdonó al ladrón pendiente de la cruz. Y humildemente ruego a las santas Nunilona y Alodia, cuyos cuerpos en esta abadía descansan, que sean mis intercesoras ante el Señor, por cuyo nombre no vacilaron en derramar su sangre. Para que mi petición se cumpla y sean satisfechos mis ruegos, yo, el rey D. Fortún, hijo del rey D. García, doy a San Salvador de Leire las siguientes posesiones: Olarda con sus pertenencias, San Esteban de Sierra Mediana con las suyas y los molinos enclavados en las inmediaciones de la villa de Eza con el término denominado "la Torre". Don Fortún murió probablemente en el año 905.

Bernardo ESTORNÉS LASA