La primera comunidad vasca en el oeste de los EEUU se estableció en Los Ángeles. Esto se debió al descubrimiento de oro en 1848, que atrajo a una gran parte de colonos vascos que provenían del Sudamérica. Durante las décadas de 1850 y 1860, un número importante de ellos se dedicó a la explotación del ganado, particularmente del ovino, en la zona sur del estado de California. Cabe citar a los hermanos Pedro y Bernardo Altube que fueron considerados unos de los más importantes ganaderos de su tiempo en California y también Nevada. Uno de sus más exitosos ranchos fue establecido en la localidad de Elko (Nevada), el Spanish Ranch. Entre otros ganaderos, se encontraban también Dominique Oxarat, Miguel Leonis, y Domingo Amestoy.
Con anterioridad a la llegada masiva de vascos a California, atraídos por la fiebre del oro, importantes vascos, aunque en muy menor número, se establecieron en la zona sudoeste del país, que estuvo primeramente controlada por las autoridades de España y posteriormente por las mexicanas. Éstas encontraron su fortuna en empresas militares, religiosas y comerciales. En 1848 el territorio del sudoeste pasó a ser anexionado definitivamente a los EEUU. Desde entonces el número de vascos proveniente de los dos lados de los Pirineos, creció de forma considerable, convirtiéndose en el grupo étnico más importante de la región, como lo atestiguan los primeros documentos históricos de California. Una de las ventajas que los vascos supieron utilizar en su favor, fue el conocimiento del español que tenía todavía un gran peso en la región. De esta forma sucedió que muchos vascos de Iparralde (País Vasco continental) adoptaron nombres españoles, como ejemplo, Dominique Oxarat pasó a ser Domingo Oxarat.
Con el paso del tiempo la economía tradicional agrícola y ganadera de la región y particularmente de Los Angeles, que pasó a ser un centro urbano de gran relevancia, se transformó en una más industrial y con ella la ocupación de la mayoría de los vascos. Muchos de éstos se centraron en nuevas profesiones destinadas a ciudades como Los Angeles. Allí se dedicaron a todo tipo de trabajos, desde panaderías, plantas empaquetadoras de carne, hasta en el sector de la construcción. Otros vascos continuarían con la explotación de la tierra y a la producción lechera, trasladándose a zonas con mayor abundancia de tierras, como por ejemplo, Chino y Ontario (California).
El gran número de clubes vascos que se fundaron por todo el sur de California, ayudaron a mantener su identidad étnica durante todo este tiempo.
Como demostración de la fuerza de la comunidad vasca en Los Angeles, nos encontramos, hacia 1885, con el "Escualdun Gazeta", el primer periódico vasco en todos los EEUU. Este periódico solamente consiguió sacar a la luz tres publicaciones. Siguiendo a "Escualdun Gazeta" se publicaron más periódicos en otros lugares de los EEUU, como ejemplo, "Aberri", "Argia" y "Basques".
A fines de 1800, la comunidad vasca de Los Ángeles era la mayor de la costa oeste. Hacia 1886 unos dos mil vascos residían en la zona de Los Ángeles. Entre 1878 y 1888 había unas diez pensiones y dos o tres frontones de propiedad vasca en Los Ángeles, lo cual suponía un verdadero distrito vasco.
A mediados de la década de 1930 Hortense Anchordoquy Heguy, después de unos años de viudedad, casó con Francisco Ciaurritz y partieron de Santa Bárbara para ubicarse y vivir en Los Ángeles. Aquí alquilaron y gestionaron un hotel situado en Aliso Street hasta que la Railroad Company lo compró y derrumbó para construir la estación ferrocarril de Unión .
Entre los propietarios vascos de hoteles se encontraban Pascal Ballade, Juan Ordoqui que regentaba Pyrénées Hotel o los hermanos Taix. A comienzos del siglo XXI no quedaba ningún vestigio del barrio vasco.
Mientras tanto en Los Ángeles, fue alrededor de 1930, cuando muchos vascos comenzaron a instalarse y desarrollar negocios de panadería. Por ejemplo, la National French Bakery de la que Jean Baptiste Garacochea era propietario.
En Los Ángeles, las bodas y funerales de los vascos de la zona siempre se han celebrado en la histórica iglesia de la Placita que fue construida en 1784 y que fue la única iglesia católica de la ciudad durante un siglo. A comienzos del siglo XXI, estaba situada en el corazón del centro turístico de Los Ángeles, en Olivera Street y constituía el único vestigio conservado de la vieja ciudad vasca que sucumbió a renovaciones urbanísticas. El viejo cementerio, donde fueron enterrados los primeros colonos vascos de la zona, fue trasladado a otro lugar y uno nuevo fue construido en el este de Los Ángeles en 1886. Entre los nombres de los primeros pioneros vascos que se encuentran en dicho cementerio se hallaban los Leonis, Oyharzabal, Salaberri, Bastanchury y Amestoy.
Hacia 1910, la comunidad vasca de San Francisco llega a ser mayor que la de Los Ángeles.
Previamente al establecimiento de ranchos vascos en la zona sur de California, un número de vascos trabajaría en las minas ubicadas en la zona norte de la región. Aquellos que obtuvieron más éxito en dicho trabajo acabarían invirtiendo en la producción vacuna y ovina. La demanda de carne ovina alcanzaba grandes cotas en el mercado, debido al aumento de la demanda, relacionada con la afluencia de mineros durante la época de la fiebre del oro. A su vez, la producción de la lana de oveja aumentó considerablemente debido a la caída del mercado del algodón de los estados del Sur, como resultado de la Guerra Civil estadounidense. Bien es cierto que la mayoría de los ranchos vascos de la época eran particularmente humildes y no todos adquirieron dimensiones descomunales. A comienzos del siglo XXI, la mayoría de los vascos vivían a unas 30 millas al este de Los Ángeles, en las zonas conocidas como La Puente y Chino. De cualquier forma, aquellos que vivían en Los Ángeles decidieron crear un club en la década de 1980, lo llamaron Los Ángeles Oberena. Su principal razón de ser, el juego del mus y la pelota. A su vez, se reunían semanalmente en un par de restaurantes para continuar su afición, estos eran el Chateau Briand, y el Chori.