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Apenas existen datos sobre la vida de Jusef Egiategi: no sabemos cuándo nació y otro tanto ocurre con la fecha de su defunción. Además, solo se ha publicado una pequeña parte de su obra, y se ha hecho a partir de la década de 1980. La mayoría de datos que se manejan con cierta seguridad acerca de la vida de Egiategi han sido extraídos de sus propias obras. Sabemos que nació en Zuberoa y que vivió en el siglo XVIII. Algunos investigadores lo han calificado como "profesor" y "filósofo".
Hallándose Txomin Peillen en la Biblioteca Nacional Francesa, halló el manuscrito de una de las obras de Egiategi en el "Départment des manuscrits": Lehen liburia edo filosofo huskaldunaren ekheia [=El primer libro o la materia del filósofo vasco]. Junto al manuscrito, aparece una anotación interesante: "Le philosophe basque, copie sur le edition de Francfort 1785" [=El filósofo vasco, copia de la edición de Frankfurt 1785]. Parece que la obra estaba preparada para imprimirse en la imprenta de B. Edelmann en Alemania, con el siguiente título (Bidador 1995): Filosofo húskaldünaren ekheia Juseff Eguiateguy, Züberoan Errejent denaren obra (Studium, operaque ponenda in philosophando, non arbitrantur, def. Ag.).
Parece ser la primera parte de un trabajo más extenso, donde se mencionan y trabajan numerosísimos temas relacionados con la moral a lo largo de cuarenta capítulos: la virtud, el miedo, la valentía, la educación, las costumbres, la amistad, el tiempo perdido, el enemigo, el héroe, etcétera son tema de reflexión (Salaberri 2002: 127).
La segunda obra de Egiategi, Bigarren liburia [=El segundo libro] se encuentra en la misma sección de la Biblioteca Nacional parisina, es muy amplia y está formada por tres capítulos. En el primero se recogen 538 refranes de Oihenart. En el segundo el autor reflexiona siguiendo el orden alfabético mediante ideas y aforismos. En el tercero, finalmente, se recogen numerosas citas de otros autores. Se trata de un libro escrito en francés y eusquera, donde se reivindica la moral práctica de la sabiduría gnómica (Salaberri 2002: 127).
La tercera obra del suletino fue adquirida por la Diputación Foral de Gipuzkoa y tiene el nombre Aberatstarzun gussién gils bakhoitza [=La única llave de todas las riquezas]. Egiategi explica que la obra no es más que una mera traducción hecha de un trabajo que realmente había escrito una mujer en francés. En la propia obra se dice que fue publicada en Pau en 1782, pero no hay rastro alguno de dicha publicación.
Dejando a un lado los datos sobre esa posible publicación, parece ser que ninguna de las obras de Egiategi llegó a ver la luz: no se ha guardado copia impresa alguna y no aparece ninguna mención de las obras del suletino en los trabajos de sus contemporáneos y posteriores. Por todo ello, no parece que la obra llegara a leerse impresa, y hasta el momento las primeras ediciones que conocemos datan de finales del siglo XX y comienzos del XXI.
A pesar de que sus trabajos no se publicaron en vida, Egiategi es un autor digno de mención, y es que, mientras la mayoría de autores de la época trazaban una historia de la literatura guiada por los intereses religiosos, el suletino plasmó la influencia de la Ilustración en su obra profana, por denominarla de alguna forma. Egiategi demostró ser dueño de una amplia cultura ya que, aunque no menciona a ningún pensador francés, habla de autores clásicos, medievales y vascos en más de una ocasión. Parece que también se mostró preocupado por el eusquera, ya que optó por un modelo lingüístico marcadamente purista: empleó en numerosas ocasiones el Diccionario trilingüe (1745) de Larramendi, célebremente conocido por los neologismos que formuló el de Andoain.
La primera edición del primer libro de Egiategi fue preparada por Txomin Peillen y se publicó en 1983 en la colección "Euskararen Lekukoak" de Euskaltzaindia, con el número 6. En la introducción Peillen se refiere a Egiategi como el primer libro de filosofía en eusquera. La obra no llega a los niveles de Rousseau, Voltaire o Diderot, está bastante más cerca del pueblo llano (Peillen 1983: 19). Egiategi optó por tratar los temas morales que ya habían trabajado los clásicos, y el punto de vista conservador predomina en los textos.