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CAJA DE AHORROS PROVINCIAL DE GUIPÚZCOA (1896-1990)

Obras Sociales 1910-1940.

Los Estatutos de 1910 establecieron que la Caja pondría .a disposición de la Excma. Diputación Provincial de Gipuzkoa el veinticinco por ciento de sus beneficios. para el sostenimiento de establecimientos benéficos y ayuda a la agricultura. Esto chocaba frontalmente con lo que había ocurrido hasta ese momento, pero hay que decir que la inercia hizo que las cosas permanecieran casi como antes: la Caja siguió sufragando necesidades benéficas y sólo entregó ese 25% a la Diputación en 1911 y 1912. Fraisoro continuó recibiendo ayuda por parte de la Caja y La Gota de Leche siguió siendo sufragada por las dos Cajas guipuzcoanas. Se mantuvieron las subvenciones y donativos a entidades benéficas de la capital y la provincia.

Construcción de casas baratas.
En Donostia-San Sebastián hubo siempre un grave problema de escasez y carestía de vivienda, pero esta Caja no hizo más que prestar algunas cantidades de dinero a asociaciones a partir de 1918, y nunca alcanzó la importancia que tuvo este apartado en las Cajas vizcainas. En noviembre de ese año concedió un préstamo de 140.000 pesetas a la Asociación General para la Construcción de Casas Baratas, aunque con grandes dudas porque no veían clara la viabilidad económica del proyecto. También en 1918 se fundó la Sociedad Constructora de Viviendas Económicas, promovida por la Junta Guipuzcoana de Acción Social Católica, a la que se facilitó un crédito de 300.000 pesetas. Considerando la posibilidad del aumento de las solicitudes, el Director propuso dedicar 500.000 pesetas anuales para créditos a la construcción. Su máxima aportación llegó en 1926, ya en vigor la ley estatal de Casas Baratas, cuando participó en el proyecto de construcción de un barrio en Azkoitia, adelantando por medio de un crédito de 500.000 pesetas lo que tenían que recibir del Estado y otorgando diversas ayudas para la edificación de la escuela y el lavadero. En años sucesivos se siguieron proporcionando créditos con este fin, quedando acordado en el Consejo que la cifra máxima dedicada anualmente sería de 2.000.000 de pesetas (1926). La C.A.P. apoyó la política de la Diputación de construcción de escuelas (1931), facilitando préstamos a los Ayuntamientos que lo solicitaron.

Un millón de pesetas, procedente de los seguros sociales, se destinaron a promocionar el acceso a la propiedad de los caseríos. La Diputación y la C.A.P., en este caso con fondos del ahorro, concedieron subvenciones con ese mismo fin, de modo que los caseros solamente tenían que pagar el 80% del valor del caserío. Otras ayudas a la agricultura provincial se hicieron a través de los préstamos a los Sindicatos Agrícolas y colaborando con la Diputación en la repoblación forestal. Fue también un fin prioritario atender las solicitudes para mejora e higienización de los caseríos. Durante la República, y a petición del Estado, por primera vez prestó para fines exteriores a la provincia, 250.000 pesetas para la compra de una finca en Badajoz que posteriormente se cedería a sus jornaleros.

La .Fundación de los Hermanos Eliceche. tuvo como origen una donación testamentaria de estos hermanos, que quedó en manos de la Caja con el fin de socorrer a los obreros inutilizados para el trabajo y a sus familias, a los que se ayudaba con repartos monetarios realizados anual o bianualmente.

Para luchar contra la tuberculosis, enfermedad que afectó gravemente a la población guipuzcoana, la Caja empezó a construir un hospital en la finca de Rivabellosa (Torrecilla de Cameros, La Rioja), pero la construcción de otro hospital en Andatzarrate paralizó las obras, aunque siguió proporcionando donativos con dicho propósito. Las instalaciones en la finca de Rivabellosa cambiaron de finalidad y se dedicarían a colonias escolares desde 1932 a 1936, durante la guerra civil se trasformaron en hospital militar, para volver a dedicarse de nuevo a las colonias escolares años más tarde. Colaboró en la puesta en marcha del .Instituto Radio Quirúrgico., fundado para la lucha contra el cáncer, con una ayuda de 3.000 pesetas y con la compra del radio necesario para los tratamientos (150.000 pesetas), posteriormente pasaría a ser Obra Social Propia de la Caja. Se siguieron con las subvenciones a instituciones benéficas y con atenciones puntuales ante situaciones de crisis (gripe de 1918, crisis de trabajo en 1931, inundaciones de 1933...). De 1928 a 1935 el gasto de la C.A.P. en Obra Social fue de 3.927.682,81 pesetas.