Entités

BAILIO

Navarra. Llamábanse así los pequeños distritos en que se subdividían algunas merindades para el pago de los derechos reales: cada uno de estos distritos tenía su baile. Rolde de las cuentas tomadas por Guillermo Lesoterel, tesorero del reino, de los granos de las merindades y bailios: año 1341. Rolde del recibo de los dineros de las merindades y bailías: año 1341. El nombre de valles puede proceder del de bailías, como merindades de merinos. Rolde de las cuentas tomadas por Guillermo Lesoterel tesorero del reino a los merinos y bailes: año 1341. En 1378 dio el rey las sozmerindades de las bailías de Lónguida y Arce (dos valles) a Martín García de Aoiz. Los bailes debían prender a los reos de hurtos, robos, muertes, mutilaciones de miembros y otros que tenían pena de confiscación de bienes, penas capitales o mutilación de miembros: eran también los ejecutores de las sentencias de los alcaldes en los pleitos civiles y de sus multas: así lo declaró el rey D. Carlos II en cierta ocasión, acerca de la jurisdicción de la villa de Carcastillo con el monasterio de la Oliva, en 1351. Lo mismo decía cuando a los de Urroz les concedió el príncipe de Viana, en 1454, facultad para nombrar baile. La merindad de Estella estaba dividida en doce bailles: la imposición de los bailíos se arrendaba, y en 1414 perdonó el rey al tributador o arrendador de esta imposición 60 libras; lo cual no puede recaer sobre las contribuciones o pechas generales del país, sino sobre los derechos de los bailes o bailíos, porque en aquel caso 60 libras sería una cantidad insignificante: de que se deduce que bailíos y valles tenían cierta relación, y que el nombre de valle procedía, según queda indicado, del de los bailes o bailíos. Ref. José Yangüas y Miranda.
Zuberoa. Había bailes encargados por el señor de administrar justicia en los dominios de régimen señorial pero los principales eran los dos designados por el gobernador, uno por Mauleón- Alto y el otro por el Bajo, para la captura de criminales por orden de las autoridades y por petición de partes. En el s. XVIII los bailes suletinos habían caído en desuso; los arrestos los llevaban a cabo los soldados o milicianos suletinos o la mariscalía. Ref. «Le Pays de la Soule".
Laburdi. Primitivamente no había en Laburdi mas que un representante directo de la autoridad real, el «bailli», que era a la vez capitán, magistrado, juez y receptor de impuestos. Se le ve así ejercer las funciones más variadas: en 1310, Brasco de Tardets hacía una encuesta sobre los límites territoriales de Berriotz; en 1450, Ogerot de Saint-Pée armaba a los laburdinos y los llevaba a combatir por el rey de Inglaterra; en 1457, Auger de Lahet participaba en Dax en las asambleas para fijar la leva de impuestos; bajo administración francesa, en 1513, Luis de Monréal de Urtubie tomaba parte en la redacción del Fuero de Laburdi. A partir de Jean Chicon «comandante de dos galeras para la seguridad del Rey sobre las costas de Vizcaya», el cargo de baile permaneció en la casa de Saint-Pée desde 1516 hasta 1654; éste pasó entonces a los Urtubie y más tarde, sus continuadores, los barones de Garro, gozarán de él hasta 1789. En el transcurso de este tiempo, la función había sido muy modificada: los bailes habían descargado sobre los lugartenientes generales todos los asuntos judiciales y la presidencia del Biltzar. El mantenimiento del orden público fue confiado a su vez a un «procurador del Rey», empleo establecido en Laburdi hacia 1540 y que se halló a menudo entre las manos de los Arcangues. Por fin, sobre el «síndico general», que no era en absoluto funcionario real, recayó en la práctica, la tarea más pesada, la administrativa y financiera. El baile, a partir de Salvat de Urtubie, tomó el nombre de «baile de espada» (bailli d'épée); desde entonces no conservaba más que las funciones militares. Subordinado al gobernador de Bayona, estaba simplemente al mando de 1.000 hombres de la milicia local. Ref. Príncipe de Viana.