Concept

Baile de la Era

El baile de la era, por tanto, era ya bastante conocido en la década de 1970 fuera de Estella. En 1978 Euskal Dantzarien Biltzarra, la Federación de Dantzaris vascos, puede organizar por vez primera el Dantzari Eguna o Día del Dantzari al sur de los Pirineos, y más concretamente en Pamplona y en vísperas de Sanfermines, llenando hasta la bandera su plaza de toros. Se interpretaron danzas de todos los territorios, siendo la última el Baile de la Era de Estella. Para esta actuación los danzantes de Estella enseñaron -o repasaron- el baile entre los grupos de danza del País Vasco. Esta Federación de Dantzaris sin duda vio muchas características interesantes en esta danza: el baile mixto vasco más brillante, en el que los dantzaris pueden demostrar su habilidad técnica, pero asequible casi para cualquier persona, y por tanto susceptible de ser muy popular, de duración también muy apropiada... Debido a estas cualidades, se decidió considerarla como danza nacional, y difundirla por todo el País Vasco, especialmente por medio de abundantes cursillos y exhibiciones. Para la década de 1990, en efecto, el baile de la era, con ese sentido nacional o no, había ido ocupando una buena cantidad de espacios fuera de Estella, convirtiéndose en algunos casos en actividad indispensable en los mismos (por ejemplo, Araolaza 2002).

Esta expansión se ha vivido de modo agridulce en Estella. Por un lado, por ejemplo, los componentes del grupo local Ibai Ega (consultada por última vez el 18-11-2009) se muestran orgullosos de ello, pero por otro y como es comprensible, juzgan determinadas maneras de bailar de algunos sitios como inapropiadas, llegando a afirmar que el baile está perdiendo su identidad. Por ese motivo, organizaron por primera vez en 2001 un Larrain-dantza eguna o Día del baile de la Era, que se repite desde entonces todos los años el día de la Virgen del Puy, patrona de la ciudad, y en 2003 publicaron el DVD El baile de la Era de Estella: tres siglos de danza, en el que explican la historia del baile y muy particularmente y con todo detalle la estructura actual de la suite (introducción y pasacalles, introducción y cadena, fandango y canción a duo, vals, jota vieja, boleras y corrida), con todos sus pasos y coreografía, por medio de los danzantes de Ibai Ega. Estas explicaciones pueden consultarse en internet en esta dirección. Siguiendo este otro enlace, en cambio, nos encontraremos con una versión más real, interpretada por dantzaris de distintas generaciones, en la que la única adaptación es el corte de varios redobles del tambor quizá demasiado largos para el internauta. Finalmente, sin dejar el mismo sitio web, podemos ver otra versión muy distinta de su interpretación en el contexto festivo de fuera de Estella (y concretamente una noche de las fiestas de Rentería en 2008), donde se pueden apreciar las inevitables diferencias.

Resumiendo, por tanto, la evolución del baile de la era ha sido tan especial como interesante: es una variante de las en otros lugares tan habituales soka-dantzak e ingurutxos, quizás más moderna y seguro más mediterránea, en la que los bailes decimonónicos al agarrado tienen una parte muy importante. Muy probablemente, esta danza sería hoy día una mera reliquia si no fuera por la variante de Estella. En esta ciudad, y seguramente por la estrecha relación que ha existido entre este baile, los gaiteros y la propia localidad, se ha mantenido, unificado, perdiendo casi con toda seguridad la mayor parte del contacto físico entre los dos sexos y, mediante una curiosa evolución, se ha convertido en el icono musical de la ciudad. Mediante un proceso de folklorización, sin embargo, la variante de Estella se ha difundido por todo el País Vasco, alterándose sin remedio algunas de sus características, y por ello ha surgido un malestar en Estella y un movimiento para defender y mantener su modelo, quizás sin entender que la danza, ese arte tan mutable, indefinido y que nunca reposa, está obligatoriamente en continua evolución. Hoy día, sin duda, esta variante de Estella ha monopolizado el nombre de baile de la era, y por ello a veces parece que no es imprescindible mencionar su lugar de origen. Y es que, además de ser un icono de Estella, tenemos en él hoy día, queramos o no, a una de las danzas más populares de todo el País Vasco.