Peintres

Azketa Menaya, Pello

Pintor navarro nacido en Pamplona el 13 de abril de 1948.

Azketa después de un período de autodidacta en sus años adolescentes, pasó a la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, teniendo como maestros a Salvador Beunza y a José María Ascunce. Durante este período de estudios ha expuesto sus óleos conjuntamente con los alumnos de la Escuela en la Plaza del Castillo. En 1969 hizo una exposición conjunta en la Caja de Ahorros Municipal. Su estilo ha tenido cambios de forma y en la actualidad su pintura está comprometida en la época que vive dentro del figurativismo moderno. Utiliza el óleo, la escayola, el serrín y pinturas plásticas. A través de estos materiales que introduce refleja los valores estéticos y sociales de su tiempo, sus contradicciones y problemática revalorizando la belleza de las cosas sencillas, de lo pequeño: un hacer las formas de la naturaleza como la naturaleza misma en figuras reales y sencillas. La composición de sus cuadros está dirigida y sujetada a realzar la belleza de unos objetos, caracterizados por el ingenuismo a lo Dufyy de sus paisajes y figuras, plenas de lirismo y poesía. Se sirve de colores apagados, oscuros, superficies en blanco, ambientes grises, obteniendo calidades muy limpias y brillantes con los materiales que introduce. Azketa está en la línea de un grupo de pintores noveles de Pamplona que caminan hacia una figuración de creación libre en la que las imágenes tienen valores estéticos que se ensalzan. Su temática parte de la forma utilizando después el dibujo para la composición de ambientes. Una de sus últimas exposiciones es la presentada en la Sala Olaguíbel, de Vitoria, junto con Mariano Royo, en febrero de 1970.

En sus primeros años fue uno de los pintores del grupo conocido como Escuela de Pamplona, del que formarían parte artistas como Pedro Salaberri, Xabier Morrás, Pedro Osés, Joaquín Resano, Mariano Royo y de manera más discutible Juan José Aquerreta. Artistas todos ellos de una misma generación que en la década de los 70, poco antes de que Pamplona acogiera los Encuentros del 72 (Uno de los eventos vanguardistas más importantes de la década a nivel nacional), conocían el arte que llegaba de Europa con movimientos tan refrescantes como el pop, que ellos supieron unir a una pintura ligada a la ciudad, a la naturaleza y a la sociedad de la España de entonces. De aquellos años son sus pinturas cargadas de realismo social como los óleos Plisados o Grúa amarilla y sus retratos. Obras que con el tiempo dieron paso a sus paisajes surgidos de la propia naturaleza y del recuerdo de los lugares vividos. Paisajes que recrean los Pirineos, Menorca, Las Bardenas, La ciudad de Petra, Egipto, Conil, Playas de Almería... Desde su primera exposición individual celebrada en 1974 en la sala de cultura de la CAN en Pamplona, un espacio muy vinculado al arte de vanguardia en aquellos años dirigido por Xabier Morrás, ha realizado medio centenar de exposiciones de manera individual o colectiva y su obra se puede ver ya en diferentes museos y colecciones como el Museo de Arte Contemporáneo de Vitoria, el Museo de Navarra, el Parlamento de Navarra, la Universidad Pública de Navarra o la Colección de Arte Contemporáneo Ayuntamiento de Pamplona.

Alicia Ezker, en el texto del catálogo de su exposición en la Ciudadela en mayo de 2001 dice:

"En la obra de Azketa la idea del viaje y la necesidad de integrar al hombre en el entorno se funden en una misma idea con un resultado plástico que pese al realismo aparente con el que se presentan al espectador son casi espacios soñados, pocas veces identificables con la propia realidad a pesar de surgir directamente de ella. Azketa, inventa un paisaje en su interior, elimina todo lo accesorio y a veces fija su mirada en un único punto convirtiendo lo concreto en abstracto. Su pintura es invisiblemente explícita, muestra sin enseñar, dibuja sin perfiles, habla desde el silencio y acerca lugares lejanos al tiempo que aleja escenarios cotidianos. El color a veces no lo es tal pero siempre hay una luz que lo determina."