Écrivains

Pinilla, Ramiro

Ramiro Pinilla García nació en Bilbao en 1923, pero ha residio varias décadas en la casa Walden de Getxo (Bizkaia). Falleció en Barakaldo el 23 de octubre de 2014.

Estudió en la Escuela de Artes y Oficios, y de ahí pasó a la Escuela Oficial de Náutica. Tras trabajar durante dos años en el mar como jefe de máquinas, optó por dejar el trabajo de la mar para dedicarse a su auténtica vocación: la creación literaria.

Fue uno de los nuevos autores españoles de la década de los 60, y logró cierto nivel de fama con los primeros trabajos publicados; sin embargo, disgustado con la política y el funcionamiento de las editoriales, creó su propia casa editora, de nombre Libropueblo, donde ha publicado sus trabajos durante más de treinta años. A mediados de la década de los 2000 optó por regresar al gran mercado editorial, y acudió a Tusquets para publicar una de sus nuevas obras. Tanto la crítica como los lectores acogieron extraordinariamente bien dichas obras, y se ha convertido en uno de los autores vascos que escriben en español con más proyección tanto en Euskal Herria como a nivel estatal. Entre otros, ha ganado el Premio Nadal (1960), El Premio de la Crítica (2005), el Premio Nacional de Narrativa (2005) y el Euskadi Saria (2005). En 1972 fue finalista del Premio Planeta, pero a última hora quedó en segundo lugar. El propio Pinilla ha reconocido que los autores que más han influído en su producción han sido Henry David Thoureau (de cuya obra sacó Pinilla el nombre Walden, con el que bautizó su residencia) y William Faulkner.

Siendo joven, Pinilla leyó mucha novela policíaca, y su primera novela también pertenece a ese género. Se titula Misterio de la pensión Florrie (1944) y Pinilla la firmó con el pseudónimo "Romo. P Girca". La novela, como tal, es una imitación de la breve obra (tiene 88 páginas) Seven keys to Baldpate (traducida al español como Siete llaves) de Earl Derr Biggers, que también fue llevada al cine. El propio Pinilla ha reconocido que tanto la novela como la película basada en ella influyeron notoriamente en su opera prima.

Tras dieciséis años sin publicar nada, apareció El ídolo, novela de la que el autor reniega hoy en día a pesar de haber ganado el Premio El Mensajero en 1958. Las primeras dos obras de Pinilla no resultaron demasiado exitosas, pero poco después la situación cambió radicalmente.

La novela Las hormigas ciegas (1960) sacó a Ramiro Pinilla del anonimato, ya que con ella ganó varios premios de renombre en España: en 1961, por ejemplo, obtuvo el Premio Nadal y el Premio de la Crítica. El propio autor ha reconocido cuál fue la pieza clave que marca la diferencia entre sus dos primeras novelas y la tercera: entre ellas, había leído a William Faukner; es más, según ha indicado, todos los días leía algunas páginas de Faulkner antes de sentarse a escribir para "hacerse con la música de los textos" del norteamericano, y ello se refleja claramente en Las hormigas ciegas, obra cuya última versión revisada se publicó por Tusquets en 2010.

Las hormigas ciegas se inicia cuando un barco que transporta carbón desde Inglaterra naufraga frente a la desembocadura de la ría de Bilbao. A consecuencia del accidente, el barco se fractura y su carga comienza a salir de las bodegas y a llegar al barrio de Algorta en Getxo. Habiéndose percatado de lo sucedido, son muchos los vecinos de Getxo los que se acercan a los acantilados y playas en busca de carbón, y entre ellos se encuentran Sebas Jáuregi y sus familiares, que necesitan el carbón para su caserío y que vivirán la tragedia en primera persona. Completan la historia los deseos truncados, la tragedia, las situaciones extremas, elementos como el brío y la dignidad humana, las moradas y otros lugares oscuros, etc. El lenguaje empleado por Pinilla es áspero y oscuro, y los críticos han destacado para bien, principalmente, la estructura de la novela.

En la misma década de los 60 Pinilla publicó otras dos novelas: El héroe del Tonkin (1961) y En el templo de los tallos verdes (1969), obras que no consiguieron acercarse al éxito logrado con Las hormigas ciegas. En 1972, por otro lado, apareció Seno, obra con la que el bilbaíno residente en Getxo estuvo a punto de lograr el Premio Planeta. El propio Pinilla ha explicado que su trabajo era el favorito y supuesto ganador hasta la cena previa al reparto de premios, pero parece ser que el principal promotor del premio cambió de opinión en el último momento y optó por otorgar a Pinilla el segundo premio.

Puede decirse que aquella noche comenzó a fraguarse la enemistad entre Ramiro Pinilla y el mundo de las grandes editoriales. Enfadado con la organización del Premio Planeta, tampoco se tomó bien las actuaciones que algunas otras editoriales hicieron utilizando sus obras. La editorial Destino, por ejemplo, vendió los derechos de Las hormigas ciegas para rodar una película sin autorización del autor. Puede decirse que poco a poco la relación entre Pinilla y el gran mundo editorial se enfrió, y finalmente el bilbaíno optó por crear su propia editorial: Libropueblo.

Pinilla publicó sus obras en Libropueblo durante más de treinta años. El propio autor se encargó de gestionar tanto la editorial como sus obras, pero el proyecto tenía límites insuperables, sobre todo por lo que a la distribución de libros respecta, y es que apenas podían ser distribuidos más allá del Gran Bilbao.

En la década de los 70 aparecieron El salto (1975); Recuerda, oh, recuerda (1975), Guía secreta de Vizcaya (1975), Antonio B., el Rojo, ciudadano de tercera (1977); Primeras historias de la guerra interminable (1977) y La gran guerra de doña Toda (1978). De todas ellas, la más destacable, probablemente, es Antonio B., el Rojo, ciudadano de tercera. Es una novela de más de seiscientas páginas, cuya última edición revisada publicó Tusquets en el año 2010 con el título: Antonio B. el Ruso, ciudadano de tercera.

Parece ser que tanto los personajes como los hechos narrados en la novela están basados en la realidad. En el libro, Pinilla cuenta las andanzas de un hombre desde que nació en la década de los años 30 en un pequeño pueblo de León hasta la década de los 70. Entretanto aparecen, claro está, la Guerra Civil Española y la dictadura de Francisco Franco. Antonio "el Rojo" o "el Ruso" es un pobre hombre que sobrevive sin apenas recursos, mediante pequeños robos. Su entorno le niega todo tipo de ayuda y lo desprecia. Huyendo de un posible futuro indeseable, decide viajar a Euskal Herria en busca de una nueva vida, cosa que consigue no sin poco esfuerzo.

Las décadas de los 80 y los 90 no fueron demasiado fructíferas por lo que a la producción de Pinilla se refiere. Entre las novelas entonces publicadas pueden mencionarse Andanzas de Txiki Baskardo (1979), Verdes valles, colinas rojas (1986), un ambicioso fresco sobre la historia reciente del País Vasco y al mismo tiempo un sagaz retrato de Getxo, un pueblo que en su literatura se resiste a toda transformación, Quince años (1990) y Huesos (1997). El título Verdes valles, colinas rojas fue el claro precursor de la más famosa trilogía publicada por Pinilla, ya en los años 2000, con él mismo título. Asimismo, en dicha trilogía el bilbaíno recupera a la familia Baskardo.

Como se ha indicado anteriormente, en la década de los 2000 Pinilla decidió abandonar su proyecto editorial Libropueblo y decidió regresar al mundo de las grandes editoriales. Para entonces ya trabajaba en una de las obras más extensas redactadas tanto en Euskal Herria como en España: la trilogía Verdes valles, colinas rojas. La componen cerca de 2.500 folios mecanografiados a lo largo de diecinueve años, y, a decir verdad, Pinilla no tenía demasiadas esperanzas de publicar la obra debido a su impresionante extensión y a la política editorial actual, que prefiere apostar por obras de menor extensión. Pinilla envió el trabajo a Espasa y sus temores se cumplieron: la editorial no quiso publicarla. Sin embargo, la editorial Tusquets aceptó la publicación, que se organizó en tres libros: La tierra convulsa (2004), Los cuerpos desnudos (2005) y Las cenizas del hierro (2005).

La trilogía Verdes valles, colinas rojas narra la historia vasca del último siglo, tomando como escenario de los acontecimientos el pueblo vizcaíno de Getxo, lugar de residencia del autor. La trilogía está construida tomando como marco las épocas y los acontecimientos que marcaron el devenir de Euskal Herria y los personajes. Estos últimos son conscientes de dichos cambios (algunos se muestran favorables al cambio y otros no). La política, las clases y diferencias sociales, el afán de poder y propiedades, las diversas ideologías, la traición y la innovación son los elementos fundamentales con los que Pinilla construyó su gran obra.

En La tierra convulsa aparece la disputa entre Cristina Onaindia y Ella. La primera es miembro de la aristocracia, y la segunda una inteligente sirvienta sin nombre que provoca una grave y nueva situación al declarar que tendrá un hijo no legítimo. Entretanto aparecen el viejo maestro Manuel y el estudiante Asier Altube, que, junto a la trama principal, narran otras muchas historias que se enlazan en el libro.

En Los cuerpos desnudos aparece un personaje de ideología cambiante (en ocasiones se muestra a favor de los nacionalistas pero en otras apuesta por la innovación y el progreso) que desea recuperar un viejo amor. Decide retirarse junto a su hermano al caserío Oiarzena para emprender un nuevo modo de vida más libre, pero la libertad sexual allí practicada no acarrea sino tragedias. Entretanto afloran las relaciones de poder entre familias, la problemática de las herencias, las trifulcas entre empresarios y trabajadores, los proyectos y el poder de la iglesia, elementos que se unen y se separan creando nuevas tramas constantemente hasta que la Guerra Civil Española marca un profundo corte en la vida hasta entonces llevada por los personajes.

La novela que cierra la trilogía, Las cenizas del hierro, comienza en la década de los años 30, durante la Guerra Civil Española. Mientras los soldados franquistas, una vez tomado Bilbao, aplastan o ponen en fuga a los gudaris, los grandes directores y gestores de la gran industria vasca deciden hacer un complot: rechazan la república y se alinean junto a Francisco Franco. Si bien es cierto que la Guerra Civil finalizó en 1939, en 1937 ya había finalizado en Euskal Herria (y en Getxo), por lo que puede decirse que la posguerra en dichos lugares se vivió a partir de 1937. Esa época oscura, asfixiante, es el escenario de Las cenizas del hierro, donde aparecen jóvenes pertenecientes a una nueva generación.

La trilogía Verdes praderas, colinas rojas, a diferencia de algunos de los libros anteriores de Pinilla, volvió a hacer conocido al autor. En el año 2005 el bilbaíno ganó tres premios importantes: el Premio Euskadi, el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa.

En los últimos años ha publicado La higuera (2006) y Sólo un muerto más (2009). En el primero Pinilla trabajó el tema de la vuelta del pasado: un antiguo falangista, antaño encargado y responsable de detener y fusilar a gente, no consigue olvidar la mirada que aquel niño le lanzó mientras llevaban detenido a su padre, aquella mirada reflejo de una posible venganza futura. El protagonista de Sólo un muerto más, sin embargo, es un vendedor de libros cuyo objetivo es convertirse en escritor de novelas policíacas. El protagonista, sin embargo, tiene un gran problema: ninguna editorial acepta los libros que envía. Cierto día, el aspirante a escritor descubre un hecho que cambiará radicalmente la situación: se percata de que en Getxo se produjo un asesinato antes de la Guerra Civil, y que dicho asesinato quedó sin resolver. A partir de ese momento el autor, además de escritor, se convierte en detective, y escribe su gran novela policíaca a la vez que desarrolla sus investigaciones.

Finalmente, en Los cuentos Pinilla revisó y editó los textos recogidos en los libros de relatos Recuerda, oh, recuerda y Primeras historias de la guerra interminable.

Recibió junto a Ramón Saizarbitoria el Premio Lan Onari 2012, otorgado por el Gobierno Vasco, que reconoce la dedicación y labor literaria de estos autores.

En el año 2012 presentó, de la mano de Tusquets Editores la obra Aquella edad inolvidable y en 2013, con la misma editorial, publicó la segunda entrega de la serie policiaca protagonizada por el detective librero Samuel Esparta bajo el título El cementerio vacío, confirmando que es un excelente escritor policíaco, capaz de mantener la intriga y la emoción humana en el Getxo de la posguerra, territorio en el que se centra toda su obra. En Octubre de 2014 publica su última obra Cadáveres en la playa (Tusquest) protagonizada también por el personaje de Samuel Esparta.