Monarchie et Noblesse

Ordoño II

Rey de León (914-924), sucesor de García I, su hermano, ejerciendo, además, gran influencia sobre su otro hermano, Fruela II, que gobernaba en Asturias. Mantuvo muy buenas relaciones con el rey de Pamplona, Sancho I Garcés, hasta tal punto que éste le prestó ayuda militar en una campaña de castigo contra la comarca de Mérida, apoderándose del castillo de Alanje y sometiendo a tributo al señor muladí de Badajoz.

No podía ver con buenos ojos el Califa la acción expansiva de su rival y pariente el rey pamplonés ni tampoco la subida de los leones hasta la comarca de Gormaz, Duero arriba. Ambos reyes cristianos, Ordoño II y Sancho I Garcés que, además de ese común denominador, eran parientes, temían también las iras del nuevo Califa, ansioso de desplegar sus entusiasmos como iniciación de su gobierno. La derrota de Abd al-Rahman por los leoneses en San Esteban de Gormaz traería consecuencias inmediatas. Corría el año 818; las fronteras extremas pamplona-leonesas casi lindaban por la parte de Gormaz. Con los banukasis, avasallados y aliados de los musulmanes, quedaba la frontera de la tierra llana abierta al invasor. Ambos monarcas cristianos y el califa presintieron que el momento era único y pedía una acción inmediata y decisiva.

Abd al Rahman preparó un potente ejército dispuesto a dar un golpe decisivo. Ordoño y Sancho apretaron los lazos de su alianza. Era la primera del 918 cuando astures y vascones irrumpían en tierra del emirato cordobés, unos hacia Talavera, sobre el Tajo y otros hacia las cercanías de Nájera y Tudela, asolando los sembrados, e incendiando, algo más al Norte, y siempre en tierra banukasi, la mezquita del arrabal del castillo de Valtierra. Calahorra, Arnedo, Cárcar, y también Viguera caen en poder cristiano y, una vez fortificadas, ofrecían una buena defensa por la puerta del río Ega. Entretanto Abd al-Rahman ordenaba los últimos preparativos para dar su castigo a los reyes aliados. La acción comenzó con derrota cristiana en Mudonia, en tierra leonesa. Estuvo presente Sancho I Garcés con su aliado musulmán Fortún ibn Muhammad Abd-al-Malik. El resultado de los combates parece que se decidió a favor de los musulmanes. Luego, ante el verano próximo, se prepara otra expedición a las órdenes del general omeya Ishaq ben Muhammad al-Qurashi que hace su aparición por la frontera leonesa y, no sólo contiene a los soldados de Ordoño II, sino que los derrota y pone en fuga. La parte de León quedaba vengada. Ahora le falta humillar al rey vascón. Ordoño II con sus tropas, cuatro condes castellanos con las suyas y el de Pamplona con los vascones esperan en sus puestos. A los castellanos estaba encomendada la defensa de importantes fortalezas de la orilla derecha del Duero y en particular las de San Esteban de Gormaz, Osma y Clunia. Las primeras avanzadas pamplonesas se hallaban en las tierras de Soria, cercanas al río Duero. La orilla izquierda era todavía cordobesa. Un ejército musulmán salió de Córdoba, llegó a Tudela, atacó Carcar y tomó Calahorra. Cruzó el Ebro y chocó con los vascones, avanzando hacia el interior del Reino de Pamplona y dándose, finalmente, la célebre batalla de Valdejunquera o de "Yunkadia" en 920, que tuvo lugar entre Muez y Salinas de Oro con grave derrota para los cristianos, asturianos y vascones. El valle de Gesalaz, al pie de los macizos montañosos de Andia, había visto combatir bravamente contra el moro a los dos primos carnales, el rey Ordoño y García, hijo de don Sancho, que era Rey de Nájera desde su reconquista. Ambos habían decidido obrar rápidamente y en colaboración sobre tierra riojana. Seguramente que el joven rey no podría contener su impaciencia por volver a reinar en la ciudad de Nájera, ahora en poder enemigo. Y ambos no podrían tolerar por más tiempo la afrenta que para sus armas significaba la derrota y la burla en tierra de moros llevándose prisioneros a los obispos Hermogio y Dulcidio. Así las cosas, García vuelve a pasar el Ebro recobrando la Rioja, menos las plazas de Nájera y Viguera, poderosamente fortificadas. Luego vuelven nuestras gentes, Ebro arriba, y acometen en combinación con los leoneses las dos ciudades citadas de Nájera y Viguera. Ambos primos, Ordoño, leonés, y García, vascón, ponen sitio a Nájera y Viguera respectivamente.

En otras ocasiones los pamploneses también han intervenido y han de intervenir en operaciones leonesas a título de aliados. A fines de octubre del 923 caía Nájera y, poco después, Viguera. En memoria de tales acontecimientos ambos reyes parientes hicieron algo notable que perpetuara la victoria: Ordoño restaura el monasterio de Santa Colomba el 21 de octubre de 923 y Sancho, padre de García, el célebre monasterio de Albelda, en enero del 924. Este mismo año, en abril, Abd al-Rahmán salía de Córdoba con numeroso ejército para vengar las derrotas sufridas en los meses anteriores. Dichas plazas riojanas quedaron incorporadas al Reino de Pamplona. Era el año 923. Muere Ordoño II en León en 924.

BEL

El reino de Alfonso III el Magno fue repartido entre sus hijos García (León), Ordoño (Galicia) y Fruela (Asturias), en 910, tal vez por inspiración jurídica del régimen patrimonial pamplonés representado por la reina-madre Jimena. Fue educado Ordoño durante tres años en Zaragoza entre los Banu Qasi.

Ordoño matrimonió con Sancha, hija de Sancho Garcés y de la reina Toda (ó Tota), posterior esposa del conde alavés Álvaro Herraméliz, presente en el año 923 en la campaña de la Rioja, y más tarde del conde castellano Fernán González. En los documentos del final de su reinado aparecen varios curiales vascones. Fortuniz o Fortumioniz, Garseani, etc.

AGG / 2006