Biographies

ARRUE RECONDO, Manuel

Perfil biográfico

Nació en Alegia –antes Alegría de Oria- (Gipuzkoa) el 11 de abril de 1918, hijo de Pedro José Arrúe Intxauspe, de setenta años, natural de Alegia (Gipuzkoa) que se marchó de emigrante a Argentina y luego regresó para casarse y de María Bautista Recondo Garmendia, de treinta y cinco años, del caserío Etxarraga de Alegia (Gipuzkoa) [1].

Según él mismo informara: Me casé en la Basílica de Begoña el 7 de setiembre de 1951 con María Concepción Achalandabaso, de Leioa y tuvimos dos hijos, un varón, jesuita en Loyola Etxea –Azpeitia- (Gipuzkoa) y una hija casada en Algorta (Bizkaia); es lo mejor que me ha pasado en la vida. Cuando escribo estas líneas llevamos 58 años casados y espero celebrar más aniversarios.

Falleció en su domicilio de Leioa (Bizkaia) el 5 de octubre de 2013.

Formación

El mismo nos comentaba en la primavera de 2010 por carta:

De mi niñez en Alegia, recuerdo la radio que montó un primo mío que era farmacéutico. Aquello me impactó.

Hice el Bachiller en el colegio de los Escolapios de Tolosa (Gipuzkoa), con muchas vicisitudes, ya que, en la República, a los religiosos que no tenían título no les permitían acceder a la docencia y tuvieron que solicitar la colaboración de profesionales de Tolosa (abogados, arquitectos y otros) para que firmaran las actas e incluso impartieran algunas clases.

Hice muy buenos amigos en aquella época, el Maestro Bello Portu, el médico Joxe León Careche, José León Caballero, Paco Zubeldia, jesuita en la India, José Gabarain, Julio Recalde, el veterinario Vicente Muñagorri y algunos otros; en los días festivos nos dedicábamos al montañismo y a la pelota.

Pero todo cambió en 1936, precisamente el año en que finalizamos el Bachiller.

Me tocó hacer servicios auxiliares como observador de aviones en varios montes, hasta que me movilizaron en 1937 y tuve que ir al frente, a Las Muñecas, encima de Sopuerta (Bizkaia), con el reemplazo de 1939.

Fuimos siete de Tolosaldea, alguno de Albistur, de Elduaien, el hermano de Soroa el pelotari; ninguno regresó; todos perecieron menos yo, por pura casualidad.

Pasé por Santander, Asturias, los Picos de Europa, el frente de Huesca, Lérida y Teruel, con temperaturas de ocho grados bajo cero y a la intemperie y todos los desplazamientos caminando.

Estando en Naval (Huesca), me reclamaron a Gipuzkoa para que ayudara al Veterinario Titular de Alegia, D. Julián Garmendia Estensoro, una gran persona y excelente profesional, con quien tuve los primeros contactos con la Veterinaria.

En octubre de 1939, recién fallecido mi padre, ingresé en la vieja y desvencijada Escuela de Veterinaria de Zaragoza, situada en la Puerta del Carmen de la capital maña, junto al cuartel de la Guardia Civil. Recuerdo que los techos estaban apuntalados, a punto de caerse.

Teníamos dieciocho profesores; algunos muy buenos y otros malos y muy malos. El director era el Profesor Jiménez Gacto, con personaje muy político, pero nada práctico. Se encargaba de la asignatura de Anatomía; sólo llegó a impartir el sistema óseo y una parte del muscular.

Entre los condiscípulos estaban los guipuzcoanos recuerdo a Vicente Muñagorri de Tolosa, anteriormente citado, José Antonio Ayerdi Goicoechea de Ataun (Gipuzkoa), Luis Arcelus Imaz de Zumarraga; también había muchos navarros, entre ellos recuerdo a Jesús Zueco Vázquez, uno de los fundadores del complejo de granjas y fábricas de piensos U.V.E.S.A. (Unión de Veterinarios Españoles, Sociedad Anónima); la Promoción éramos cien, hoy casi todos fallecidos.

Pasábamos mucha hambre; siete pesetas al día pagaban a loa patrona, que nos daba pan negro. Estuve tres años en Zaragoza; el primer mes, nos movilizaron y tuve que presentarme en el cuartel de Artillería; afortunadamente conseguimos comparecer únicamente los domingos. El cuarto año, me matriculé como alumno libre y conseguí sacar entre junio y setiembre, todo cuarto y la mitad del quinto curso, de forma que en enero de 1944 ya había finalizado la carrera con un expediente aceptable.

Actividad profesional

Bizkaia.

Tenía las lógicas ganas de ejercer, pero sobre todo de aprender. En julio de 1944 me ofrecieron la oportunidad de atender el partido veterinario de Bakio (Bizkaia), ya que su Titular, José Elicegui, natural de Urnieta (Gipuzkoa), había tenido un accidente con la moto, lesionándose gravemente la rodilla. Con Mungia en el centro, anduve por las localidades de Bakio, Meñaka, Maruri, Gatika y Laukiniz. Me desplazaba siempre en bicicleta y las carreteras eran desastrosas. Como contrapartida, tenía como refugio la taberna de Dimas, en la que no faltaba absolutamente de nada, incluido el pan blanco. Los dueños de este establecimiento eran los suegros del futbolista Zarra.

Primeros de enero, con mi primer sueldo, ¡qué ilusión!, me compré un traje y un abrigo.

Hice el curso de ingreso en el Cuerpo de Inspectores Municipales Veterinarios en el mes de abril de 1944, aprobando con el número veintiséis y en enero de 1945 accedí a la plaza de Inspector Municipal Veterinario de Leioa (antes Lejona) en Bizkaia, donde permanecí hasta noviembre de 1959.

Ingresé en el Cuerpo de Inspectores Municipales Veterinarios por oposición que se celebró el 13 de diciembre de 1947 en la sede del Ministerio de Agricultura, obteniendo el puesto nº 170 sobre 393 admitidos, según consta en la Orden de 17 de diciembre de 1947 [2] , continuando destinado en Leioa (Bizkaia).

En octubre de 1948 participé y aprobé el Curso de Especialista en Inseminación Artificial Ganadera que se celebró en el Matadero Municipal de Bilbao y que fue impartido por los hermanos Carbonero Bravo, desplazados desde Madrid.

En julio de 1949 hice el Curso de Diplomado en Sanidad en la Escuela Departamental de Bizkaia, dirigido por el que fuera director de la Escuela Nacional de Sanidad, D. Gerardo Clavero del Campo.

Uno de los recuerdos más agradables del ejercicio profesional son las primeras inseminaciones en abril de 1950. La Cámara Sindical Agraria puso a mi disposición un toro; unos familiares de mi esposa me cedieron una cuadra; un experto en la materia, junto al veterinario Jesús Cuezva y el farmacéutico que tenía la FAES, me hicieron las diluciones de esperma y me facilitaron el material necesario. Con esta valiosa ayuda, hacía las extracciones y preparaba las diluciones, para posteriormente aplicarlas. Más tarde pusieron a mi disposición dos toros más, con los que también trabajé hasta que se inauguró la Granja de la Diputación Provincial de Bizkaia en Zamudio (Bizkaia).

Era una época en la que existían un elevado número de vacas enfermas en el tracto genital, precisamente por la transmisión que hacían los toros sementales de las paradas; las enfermedades genitales las tratábamos con permanganato diluido.

De toda esta época guardaba apuntes que, atendiendo la solicitud del presidente del Colegio, Dr. D. Francisco Luis Dehesa Santisteban, entregué para su custodia en la biblioteca colegial.

En julio de 1949, en la sede de la Jefatura de Sanidad de Bilbao asistí a un cursillo sobre cooperativismo, a cargo del Subjefe Cuezva y del Jefe de Ganadería, Martínez Inda y otros expertos.

Zestoa (Gipuzkoa). Por Orden de 11 de junio de 1959 [3] por la que se resolvía el concurso convocado por Circular de la Dirección General de Ganadería de 13 de abril de 1959 (BOE del 27), cuando tenía el número 2106 en el escalafón, fue destinado a Zestoa (Gipuzkoa).

Además de Zestoa, tenía que atender, Arrona, Aizarna y Aizarnazabal con sus barrios; me desplazaba en moto. Vivía en una pensión con unos sacerdotes; recuerdo con mucho agrado aquellos lugares, especialmente Aizarna; los ganaderos eran muy obsequiosos conmigo y nunca me faltaban unos huevos fritos con chorizo y sidra, cuando no me regalaban unos huevos o cualquier otra cosa para llevar a casa; además, al regreso de los avisos, solía recoger setas por el camino.

Inseminaba mucho y los partos se sucedían; fue una época de mucho trabajo clínico.

Recuerdo la aparición de la piroplasmosis, diagnosticada por el farmacéutico titular, Sr. Arrázola y el tratamiento que realizaba, a base de Neosalvarsán.

Leioa (Bizkaia). En el Escalafón del Cuerpo de Veterinarios Titulares publicado en 1963, aparece destinado en Leioa (Bizkaia), se reconoce su ingreso el 3 de octubre de 1951 y diez años perteneciendo al Cuerpo.

Entre los años 1967 y 1970, me acumularon el Partido Veterinario de Getxo, con Berango y Sopelana y poco más tarde, como consecuencia de una larga enfermedad del compañero de Plentzia (Bizkaia), D. Octaviano Vidal, me acumularon también Lemoniz (Bizkaia), de forma que mi jurisdicción abarcaba desde Armintza hasta Leioa, pasando por Lemoniz, famosa por su central nuclear que nunca llegó a funcionar, pero entre las tareas que tenía era la de inspeccionar diariamente la comida que se servía a los trabajadores.

En la década de los setenta, en plena dictadura, había varios veterinarios que ejercían como alcaldes de sus localidades, por ejemplo, en Yurre y en Zamudio; a mí también me tentaron los de Falange proponiéndome aceptara la alcaldía de Leioa, pero argumentando mi exceso de trabajo, pude declinar la oferta.

Fui uno de los artífices de la presencia de la raza Pirenaica en Bizkaia; recuerdo que juntos, con otros dos veterinarios y un Land Rover, hicimos el saneamiento de la cabaña ovina de Bizkaia.

Cuando la cabaña bovina comenzó a disminuir y con ella la práctica de la inseminación, decidí convertir mi centro de inseminación en un consultorio para animales de compañía. Para formarme, acudí a Barcelona y estuve cabiendo prácticas en la clínica de los hermanos Luera y en la del Parque Zoológico de la Ciudad Condal; también asistí a varios congresos que organizaba y organiza la Asociación de Veterinarios Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA); adquirí el material y abrí la consulta en horarios de tardes y tengo que decir que me fue muy bien.

El 1 de enero de 1985 solicitó permiso al Colegio de Veterinarios de Bizkaia para continuar con el consultorio de pequeños animales en Leioa y en julio de aquel año la Junta de Gobierno colegial acordó concedérselo hasta que no cambiara la legislación al respecto.

Accedió a la jubilación forzosa el 30 de junio de 1985.

Perfil personal

A comienzos de la década de los cincuenta, me hice socio del Athletic y permanecí en activo durante más de veinte años. Al principio solía ir con la Vespa y después con un amigo en coche; aquellos años con Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza, fueron los mejores del fútbol.

En los ratos de ocio en Zestoa, alternaba con mi amigo Vicente Muñagorri, que estaba de Veterinario Titular en Zumaia, a donde me desplazaba en la moto o en el tranvía del Urola, "Gure Trena".

Precisamente juntos estuvimos en unas charlas sobre injertos y poda que se organizaron en la ermita de San Miguel de Artadi (Zumaia), organizadas por el párroco de la localidad, que era un experto en fruticultura.

En Zestoa tenía dos compañeros de excepción, Enrique Zurutuza Altolaguirre, Veterinario Titular de Azpeitia (Gipuzkoa) y Manuel Oñatibia Audela, Veterinario Titular de Zarautz (Gipuzkoa); daban charlas en la emisora La Voz de Guipúzcoa, escribía artículos en Noticias Neosan, ambos eran unos eruditos.

Tanto me insistió mi amigo el farmacéutico Arrázola, que finalmente adquirí un SEAT 600 con el que regresaría a Leioa el 25 de octubre de 1960, por resolución [4] del concurso de traslados, porque a pesar de que la vida en aquel rincón guipuzcoano fuera muy agradable, la familia se había quedado en Leioa y reclamaba mi presencia.

En Leioa participé en el coro parroquial, junto con el médico titular, que era un gran musicólogo; después de la misa de diez hacíamos buenos hamaiketakos que, a veces, se prolongaban con la comida y larga sobremesa, con la presencia de nuestras esposas.

Han pasado los años y el tiempo se nos ha echado encima; suelo pensar que, cuando podíamos hacer, no teníamos medios y ahora que los tenemos, no podemos.

Su actividad colegial

Por el Colegio de Veterinarios pasaba una vez al mes, porque el sueldo oficial, 3.600 pesetas anuales y otras 300 pesetas extra por el reconocimiento de los cerdos, nos lo abonaba en mano el habilitado en la sede colegial y era el momento que aprovechaba para abastecerme de guías, papeles oficiales, crotales o vacunas.

También participé en varios viajes de estudios con otros compañeros del Colegio de Veterinarios y ganaderos vizcaínos por Francia, Holanda, Portugal e incluso a la Feria de Sevilla; eran viajes que organizaba D. José Miguel Zabala Oleada, veterinario y en un tiempo cercano, Diputado Foral de Agricultura de la Diputación Foral de Bizkaia.

Fuentes

Texto remitido por el biografiado.

Elaboración propia

Autor

José Manuel Etxaniz Makazaga. Doctor en Veterinaria. Real Sociedad Bascongada de Amigos del País (RSBAP). Real Academia de Ciencias Veterinarias de España (RACVE)

Notas

[1] Registro Civil (RC) de Alegia. Sección 1ª, Libro 16, pág. 69.
[2] Boletín Oficial del Estado (BOE) nº 32 de 1.2.1948.
[3] BOE nº 194 de 18.8.1959
[4] BOE nº 211 de 2.9.1960