Ceneque.
Fotógrafo navarro nacido en Pamplona el 17 de mayo de 1910. Murió en la misma ciudad en 1982 víctima de un infarto cerebral.
Siendo muy joven su padre le regaló una cámara fotográfica de placas y pronto comenzó a practicar la que sería una de las dos grandes aficiones de su vida, la fotografía. La otra sería la montaña, ambas siempre muy unidas. Por aquellos años su familia tenía una droguería en Pamplona y el joven Ardanaz, que había sido enviado a Francia para continuar allí sus estudios, tuvo que empezar a trabajar en el negocio familiar. Pero siempre que sus obligaciones se lo permitían organizaba alguna salida al monte para fotografiar lo que encontrara a su paso.
Asistió a clases de pintura con Javier Ciga, lo que le dio una particular visión de las composiciones que luego fotografiaba dando imágenes más propias de un bodegón pictórico que de una escena cotidiana. Participó en varios concursos y salones y obtuvo varios Premios como el del salón San Fermín organizado en 1960 por la Agrupación Fotográfica de Navarra, entidad que él mismo fundó junto a otros profesionales en 1955.
Sus fotografías se publicaron en numerosas publicaciones como Sombras, Pregón y Vida vasca y aparecían de manera habitual en la prensa local. Dos años después de su fallecimiento, el Gobierno de Navarra adquiría todo su archivo fotográfico con más de nueve mil negativos que se conservan actualmente en el Museo de Navarra. Este espacio organizó una gran retrospectiva de Ardanaz en el año 2000 en la que se pudo ver la mayor parte de su producción.
En cuanto a sus fotografías, la naturaleza es el tema principal de casi todas ellas. Carlos Cánovas, historiador y gran conocedor de la obra de Ardanaz, escribe en la revista Panorama en el número titulado Apuntes para una historia de la fotografía en Navarra que la obra de este fotógrafo puede agruparse en cuatro capítulos o bloques principales.
Por un lado sus paisajes, sobre todo de Pamplona y Navarra. Escenarios en los que introduce a la persona humana como punto de referencia para mostrar la grandiosidad de la naturaleza. En esos paisajes captó la belleza de los montes y valles pirenaicos pero también calles y pueblos de toda la geografía Navarra. Otro bloque significativo son los monumentos, desde la arquitectura rural hasta los edificios históricos. El ser humano es otra de sus preocupaciones junto a las estampas ya mencionadas a modo de naturalezas muertas.
Para Cánovas, "técnicamente Nicolás Ardanaz fue un autodidacta, un fotógrafo visceral" que fotografiaba por el placer de hacer aquello que verdaderamente le gustaba. Sus imágenes, casi todas en formato cuadrado, son ahora el testimonio de una época y sus modos de vida.
- CÁNOVAS, Carlos. Apuntes para una Historia de la fotografía en Navarra, colección Panorama, Ed. Institución Príncipe de Viana, 1989, pp. 31-42.