Villes

Arazuri

Arazuri contaría ya con un importante patrimonio arquitectónico civil incluso sin la presencia absolutamente descollante del palacio de los Beaumont, que constituye la cima compositiva de esta tipología de palacio medieval navarro, por lo que nos referiremos a él de manera pormenorizada en otro artículo. El casco urbano de Arazuri ocupa un leve promontorio, y se alarga además por el borde de un aterrazamiento sobre el río Arga. Junto a la iglesia encontramos un edificio de planta rectangular y tres alturas, con tejado a cuatro aguas. Sus muros van en sillarejo, sin enlucir, y los huecos van adintelados en su totalidad. Detrás del templo y junto al moderno frontón, vemos una placita en la que se alinean varias casas. Una de ellas, con fachada lateral, tiene dos alturas más desván, bajo tejado con prominente alero. Los muros van hoy sin enlucir, mostrando mampostería muy picada y cadenas de sillar en esquinas y enmarques de los vanos. Las ventanas son rectas, y la puerta de medio punto. Otras casas cercanas muestran planteamientos similares pero han sufrido intensas reformas.

En la calle de San Juan vemos varias casas adosadas y en ligera pendiente. Presentan tres alturas, y la primera de ellas muestra mampostería sin enlucir y acceso con arco escarzano. La segunda, más fiel a su aspecto original, tiene una disposición tripartita, con muros bien enlucidos y con cadenas de sillería. La puerta es de medio punto y el resto de los vanos rectos, y en el piso noble llevan antepechos labrados. Más adelante, en una plaza, vemos un caserón del siglo XIX con muy similares características, aunque en este caso todos los huecos son rectos. Una placa de mármol informa: HIZO/ ESTA CASA JUANMART (IÑEN) A/ EL AÑO 1844. En una callecita lateral vemos dos casas de desarrollo horizontal y amplia superficie en planta. Tienen dos alturas y han sido reformadas. Una de ellas, en sillarejo, muestra un acceso apuntado propio del siglo XV, con escudete liso en la clave. Encima se ha remetido un escudo barroco. La casa adyacente es similar, aunque el arco de acceso es de medio punto.

En la calle que parte de la iglesia por el borde del acantilado vemos también algunas casonas infanzonas de interés. Destacaremos en primer lugar un caserón reformado, que mantiene su fachada con arco apuntado de larguísimas dovelas, propio de fines del XV o principios del XVI. Encima hay una ventana geminada, de arquillos apuntados finamente labrados y moldurados. Remata con guardalluvias con decoración de bolas. Pertenece al mismo tiempo que la puerta inferior. Esta ventana se ha desfigurado parcialmente para insertar un escudo barroco con tenantes. Encima hay un segundo escudo, más aparatoso y decorado que el primero. Más adelante, en una plaza vemos varias casas adosadas, con fachadas alargadas y dos alturas. Vemos varios portalones de medio punto. Cerca, una casa palaciana muy reformada, cuya fachada mira al cortado sobre el río, presenta un portalón de medio punto y rosca ricamente moldurada. Otra plaza, abierta de manera análoga hacia el final de esta calle y ya en el límite del casco urbano, repite algunas de las tipologías de casas ya descritas.

  • Ermitas

Pérez Ollo cita la ermita de Santa Lucía, que existió al parecer en la vega del río, y que fue arruinada por una riada hace años. Se cita también la de Santa María de la Peña, situada en la zona más alta del casco urbano de la localidad. Se trata de un edificio medieval en origen, construido en el siglo XIV y en estilo gótico. Su planta es alargada, rectangular, y se accede por el lado de la Epístola. Los muros son de sillar de buena calidad y se perforan, además del citado acceso, por dos ventanas, situadas en el lado meridional, una recta y otra gótica y con decoración de tracerías que dibujan un arco geminado trilobulado con cuadrifolio superior. La nave se cubre con un sencillo cielo raso. La puerta, original del templo, consta de un arco apuntado abocinado, cuyo derrame se soluciona mediante cuatro arquivoltas, en la primera de cuyas claves figura un medallón con un crismón trinitario. Apean sobre pies derechos que llevan capiteles corridos con decoración vegetal, y una moldura superior a modo de cimacio. Por el exterior del arco corre un guardalluvias. El presbiterio va presidido por una talla de la Virgen con el Niño, titular de la ermita, enmarcable en un romanismo temprano, dentro del siglo XVI. Se custodian así mismo una imagen de bulto de Santa Lucía, de la misma centuria, y un San Francisco Javier moderno.

  • Parroquia de San Juan Bautista

Se trata de un templo medieval en origen, erigido al parecer en el siglo XII en estilo románico, a juzgar por la portada que aún se conserva. Fue no obstante reedificado en el siglo XVI, época a la que pertenece la fábrica actual, y aún ha sufrido reformas recientes de cierto calado. La planta es de cruz latina, con una única nave, dividida en tres tramos de longitud desigual, más dos capillas laterales, de tamaño diferente, que actúan a modo de transepto. La cabecera es poligonal, de cinco lados. El acceso se practica por el lado de la Epístola, conservándose también la primitiva puerta situada a los pies del templo. En el muro de enfrente se aprecian los volúmenes de una escalera de acceso al coro y un caracol para acceder a la torre. En cuanto a la sacristía, es una estancia de planta irregular, adosada a la cabecera por el lado del Evangelio.

Los muros van en sillarejo de irregular estereotomía, y al interior van enlucidos. Se perforan por dos rosetones abiertos en el muro de la Epístola, a la altura de la cabecera y en la capilla lateral correspondiente, así como una ventana apuntada situada en el muro de los pies, que al exterior presenta dos capitelillos con palmetas. A los pies de la nave hubo un coro renacentista, que se arruinó y del que se conservan aún cuatro columnas para apeo de los empujes, con capiteles labrados con figuras humanas y monstruosas.

La nave se cubre con tres tramos de bóveda de terceletes, propia del siglo XVI. Los tramos se articulan mediante arcos fajones de medio punto, que transmiten sus empujes a los muros de carga, por medio de ménsulas encastradas a media altura. La cabecera recibe una bóveda estrellada. Los nervios convergen en claves labradas con motivos como flores y estrellas, y la correspondiente a la cabecera se decora con un hombre abanderado. Las capillas laterales se cubren con crucería simple, y la sacristía con un cielo raso.

Al exterior, la torre se levanta, siguiendo los parámetros de la arquitectura medieval del entorno rural navarro, sobre el primer tramo de la nave. Lleva fuste corto y ciego, abierto en lo alto por dos medios puntos para las campanas. Como ya se ha dicho, a los pies de la nave se abre una portada románica, único resto visible de la primitiva fábrica medieval. Consta de un arco de medio punto y abocinado, derrame que se solventa mediante cuatro arquivoltas del mismo perfil, que apean en columnas con capiteles decorados con bolas, palmetas y cabecitas. En el lado de la Epístola se abre la portada actual, del siglo XVI, cobijada por un pórtico de cemento, repuesto en una intervención reciente.

Tuvo esta iglesia un retablo mayor romanista, obra del artista Martín de Elordi, aunque en la actualidad podemos encontrar dos retablos neogóticos y uno neorrenacentista, todos de comienzos del siglo XX, dotados además de imaginería moderna. Vemos también un púlpito de madera del XVII. La pila bautismal, situada en la capilla del lado de la Epístola, es coetánea de la actual fábrica, y consta de fuste prismático decorado con cajeamientos, y copa semiesférica decorada con gallones.

En la sacristía podemos ver un lavabo intramural, cobijado por un arco de medio punto moldurado y decorado con motivos del repertorio popular, de raigambre circular. Podemos ver así mismo un retablo barroco de pequeño tamaño, realizado en el siglo XVII. Consta de un único cuerpo, rematado por frontón curvo. Se articula mediante columnas decoradas con escamas y aletones de follaje. Alberga una talla del Crucificado coetánea a su arquitectura, tardorromanista. Se custodian también algunas piezas de orfebrería.

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  • CARO BAROJA, J.: La casa en Navarra, Pamplona, vol. II, C.A.N. 1982, pp. 437-441.
  • FERNÁNDEZ-LADREDA, Clara: Imaginería medieval mariana, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1988, pp. 386-387.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C.: La escultura romanista en Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1986, pp. 134, 135, 150.
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  • MARTÍNEZ DE AGUIRRE, J. "Castillos y Palacios góticos en Navarra". En El Arte en Navarra, Pamplona 1994, vol. I, pp. 192.
  • PÉREZ OLLO, Fernando: Ermitas de Navarra, Pamplona, C.A.N., 1983, pp. 30.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. alt.): Navarra, guía y mapa, Estella, C.A.N. 1983, pp. 216.
  • MENÉNDEZ PIDAL, Faustino; MARTINENA, Juan José: Libro de Armería del Reino de Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2001, nº 129.

JAS 2009