En esta parte del mundo que denominamos Occidente los Concursos Literarios llamados hoy Juegos Florales son como es sabido de luenga tradición y en general consisten en Concursos de Poesía, cuyo origen se halla en Tolosa de Francia, en la Baja Edad Media, exactamente en el año 1323. Aquel primer concurso organizado por el Consistori de la gaya Sciencia, hizo su convocatoria en lengua occitana, y el primer premio -la violeta de l'aur- la violeta de oro se le concedió a un poema escrito por Arnaut Vidal de Castelnau de Ari en honor a la Virgen María. Era el 3 de mayo de 1324 y la forma poética un sirventés. Estos concursos duraron durante siglos con variadas vicisitudes y fortuna.
Según constata el profesor Martín de Riquer (1964) en sus estudios de la literatura occitana y catalana, uno de los defectos de esta literatura producida en los Juegos Florales era la escasa variedad de temas abordados, ya que la mayoría de los temas eran religiosos, lo cual por otra parte es comprensible teniendo en cuenta los ataques de la Inquisición a todo aquello considerado como herejía. Ello conllevó que la literatura de los países mediterráneos y en especial la italiana del Renacimiento no llegara con sus novedades a Cataluña sino tardíamente.
Durante los siglos XIV-XVI no sólo en el sur de Francia, sino también a este lado de los Pirineos, en Cataluña, Valencia y en las Islas Baleares se celebraban numerosoas fiestas con juegos florales, donde destacó al menos un navarro llamado Francisco de Amezkua. Y si en un principio estos juegos eran sólo poéticos, organizados en honor del Corpus Christi, La Virgen María o el Santo patrono de la localidad, a partir de 1487 en la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María se aceptaron textos en prosa, y fue ganador de dicho concurso Ferrando Dieç.
En los siglos llamados de oro no faltaron en las principales ciudades de España dichas lides poéticas con ocasión de alguna fiesta religiosa o en honor del santo del lugar. Así, por ejemplo, en Navarra a comienzos del siglo XVII, en los años 1609 y 1610 exactamente, el obispo Antonio Venegas de Figueroa organizó en honor del Santísimo, dichos concursos con esta convocatoria expresa:
"Y porque celebrandose en este Reyno de Navarra la solemnidad de esta fiesta, no es razon que la lengua matriz del Reyno quede desfavorecida, se pide en este certamen un romance de doze coplas en Bascuence, que lleve un estribillo de tres a tres coplas. Y al que mejor lo hiziere se le darán tres baras de tafetan. Y al segundo, dos de Olanda. Al tercero, tres pares de guantes blancos". (1609)
Los vencedores del primer año del concurso en euskara fueron Pedro de Ezcurra, Miguel de Aldaz y Joan de Eliçalde y en el segundo Martín Portal. Sabemos también que en la ciudad de Barcelona el año de 1656 se organizó en la catedral de Santa María del Mar, en honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen un concurso en el que participó el poeta y militar Francisco Bustamante con un romace en euskara. (Urkizu, 1997:12).
Entrados en el siglo XIX y siguiendo con Cataluña, como señala Antònia Tayadellas, en el año 1841 el escritor Joaquim Rubió i Ors, autor del libro de poemas Lo Gayter de Llobregat habla en este tono de los Juegos Florales catalanes:
"Catalunya pot aspirar encara á la independencia, no á la politica [...], pero si á la lliteraria [...] Catalunya fou per espay de dos seggles la mestra en lletras dels demés pobles: ¿ perque puix no pot deixar de fer lo humillant paper de deixeble ó imitadora,creantse una lliteratura propria [...]? ¿ Per que no pot restablir sos jocs florals y sa academia del gay saber y tornar á sorprender al món ab sas tensons, sos cants de amor, sos sirventeses y sas aubadas?" (1992:51).
Y siguiendo este anhelo un grupo de escritores formado entre otros por Joaquim Rubió i Orsa, Joan Cortada, Victor Balaguer, Antoni Bofarull y Manuel Milà i Fontanals, fue quien organizó en Barcelona Els Jocs Florals, tan importantes en el renacimiento cultural decimonónico. Algunos años más tarde, en 1861, en A Coruña José Pascual López Corton, indiano enriquecido en Puerto Rico, organizó y fue el mecenas de los juegos que llamó Xogos Florales de Galizia, pero que por desgracia tuvieron como señala Manuel Rodríguez Alonso corta duración (1992).