Peintres

Aldecoa Echebarria, José Luis de

Personalidad polifacética. Nacido en 1914, fallecido en 1992.

Ingeniero, patrón y mecánico naval, heredero de una firma comercial de suministros náuticos, hijo y nieto de auxiliares de armadores y navegantes, conocedor del Nervión y Cantábrico y además, poeta, músico, hombre de teatro y, principalmente pintor.

Bereciartúa lo describe como:

"puntal magnífico de ABAO, tenor de cuidada técnica, que imparte lecciones, sentándose él mismo al piano, orientando a los no iniciados acerca de las teorías de la impostación de la voz y de la vocalización".

Así mismo relata que:

"en esferas de ingeniería consta, con elogio, un proyecto de aprovechamiento de la energía del oleaje en la costa, para con ella hacer innecesaria la fuerza nuclear, tan polémica. Se mueve en los escenarios con holgura de primerísimo actor. Rebuscando en no muy viejas crónicas del Patronato Lasaliano de Iturribide, en Bilbao, abundan encomios para Aldecoa, protagonista de una zarzuela de éxito, la Romería de San Antolín, cuyos decorados son obra de sus pinceles, cuya orquestación le debe apoyaturas musicales, cuyo desarrollo se cimenta en su buen quehacer interpretativo. Se puso en escena por los años cuarenta, siete veces, hasta que un lápiz rojo dio al traste con la noble pieza artística borrando como subversivas las palabras "agur" y "aita" que afloraban en el texto, compuesto por nuestro hombre y cuya música se hizo en colaboración con el maestro Juanito Urquizu, corriendo a cargo de la solista Resurrección Sojo el papel principal femenino, según observamos en la ficha técnica de la Sociedad de Autores que confiere a Aldecoa, en completo derecho, categoría artística musical y literaria feliz".

Posee su estudio de la Ribera de Deusto, a la altura de Olabeaga, en una antigua casa que fue de sus tatarabuelos.

Es autor de los murales del vestíbulo del colegio del Salvador, de Bilbao, que, representan los simbolismos de la cultura, la industria, la religiosidad y el mundo rural vizcaino de magníficos coloridos suaves y dibujo bien trazado.

Ha sido maestro de varias generaciones de géneros y estilos diferentes como Momoitio y Fernando Vázquez, Garbiñe Orbea y Miguel Clavería, Marisa Ortega y Enrique Francés, Severo López y Arantxa Zabala, Teresa Garavilla y Miguel Ángel Domingo.

Pueden hallarse lienzos suyos en Buenos Aires, México, Venezuela, Canadá y hasta Hong-Kong, paisajes y caseríos principalmente.

Juicio crítico de Anthony Loinaz, 1978:

"Su tema, el paisaje. Su técnica es limpia y segura. Logra con ella todos sus propósitos. Su cromática, la de su tierra variada y variante, teñida siempre de un gris leve que le da su hondura, su encanto también, y... ¿por qué no? un leve e inevitable toque de melancolía. No hay en sus lienzos el más mínimo desajuste entre profundidad, perspectiva y primeros planos.

Asusta pensar -dijo de Aldecoa alguien un día- lo que este hombre hubiera hecho en una vida normal de pintor, contactando con escuelas extrañas, celebrando exposiciones en el extranjero. ..O tal vez no. Así tenemos a alguien para ofrecernos, como es, la rica plástica de nuestra tierra".

  • José María Bereciartúa, en Retana Ed: Pintores y escultores vascos de ayer, hoy y mañana, 1978, vol.19