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VIÑAS LARRONDO, Joaquín

Industrial y político navarro nacido en Pamplona en 1868. Era hijo del sastre pontevedrés Viñas Fernández y de Julia Larrondo emparentada con el liberal Alberto Larrondo que fue alcalde de Pamplona, como lo sería Viñas. Este militó desde su temprana juventud en grupos liberales y progresistas llegando a ser, durante los primeros años del s. XX, el eje de la política laicista y liberal de Navarra representada en Madrid por políticos como Canalejas (padrino de su segunda boda, con Blanca Barth, en 1910), Romanones, etc. Su actuación concitó tanto los odios de la derecha confesionalista como la adhesión de la izquierda.
Edil y alcalde de Pamplona. A los 33 años se presentó a las primeras elecciones. Fue el candidato más votado en las elecciones municipales de 1901 (candidatura liberal-republicana), 1905 y 1909 y resultó segundo en las de noviembre de 1913, con lo que ostentó una concejalía de Pamplona desde 1902 a 1917 y la alcaldía desde 1902 a 1907 y desde 1909 a 1913. Amigo de Basilio Lacort, entre otros conocidos anticlericales, el carlista "El Pensamiento Navarro" no cesó de atacarlo, aunque más de una vez hubo de reconocer su valía. Debido a su incompatibilidad con los carlistas, en junio de 1903 el Gobernador civil acabó por destituir a los concejales de este partido sustituyéndolos interinamente por otros, lo que ocasionó la virulenta reacción de éstos (los célebrescuchillos PMV = "Para matar a Viñas"). En 1904 fue uno de los promotores del periódico izquierdista "El Demócrata Navarro". Pero la gestión de Viñas no se caracterizó sólo por su laicismo sino también por su sentida preocupación por la higiene, el bienestar y la cultura populares. No electo en las elecciones provinciales de 1905 (bloque liberal-republicano de Tafalla), volvió a ser alcalde y se dedicó de lleno al saneamiento de ciudad (limpieza del Arga, oficina de Higiene) y diversos servicios (Hospital de Barañain-Casa de Misericordia), lo cual le hizo extremadamente popular incluso entre los republicanos y socialistas. Poseedor de un espacioso palacete-chalet en el I Ensanche ("Nemesia Enea", dedicado a su primera esposa, Nemesia Peña), su postura fue muy importante respecto al II Ensanche (derribo de murallas y ensanche hacia el Sur), posicionándose por el estudio detallado de las condiciones económicas y contra el derribo urgente. En 1909, preocupado por el déficit municipal, consiguió, mediante negociaciones con los militares, mejorar las condiciones económicas para el Ayuntamiento pero le costó mucho más conseguir que los propietarios rebajaran sus precios. Con lo que la aprobación final del plan (1920) tuvo lugar fuera ya de su mandato, aunque para defender sus ideas creó y dirigió el semanario "El Ensanche" (1916).
Promotor y hombre de negocios. Durante la Gran Guerra consiguió el suministro de uniformes al Ejército francés, lo cual apuntaló el negocio familiar y le permitió ampliarlo y disfrutar de sus beneficios. Presentó, infructuosamente, su candidatura a diputado a Cortes en 1918 y 1923 (demócrata). En 1920 era el Presidente de la Junta de casas baratas de Pamplona. Retirado de la vida política, se dedicó a diversas actividades, entre las cuales los negocios, en los cuales experimentó grandes altibajos, llegando a estar arruinado y rico en varias ocasiones. Se hallaba en 1936 en Madrid, en uno de sus viajes a este propósito, cuando estalló la guerra. Su cuerpo apareció en la Morge, en 1937, víctima, al parecer, de uno de los bombardeos de ese año. Olvidada durante mucho tiempo, su figura ha sido recuperada por la historiografía como un hombre clave en la Navarra de la Restauración (García-Sanz: Las elecciones municipales de Pamplona en la Restauración, Pamplona, GN, 1990). Personalidad fuertemente apegada a los fastos del liberalismo, puso el nombre (1903) del general Moriones a la calle Pozo Blanco, en homenaje al mílite que rompió el cerco carlista de Pamplona en 1875. No permitió, sin embargo, que se le dedicara una plaza a su persona. Su nombre aparece en los ficheros de la Masonería del Archivo de Salamanca y como tal lo vituperó, pese a sus desmentidos, la derecha navarra.

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA