Lexikoa

VASCO

Como se apunta en la voz NOMBRE de esta Enciclopedia, se desconoce, hasta bien entrada la Edad Media, el nombre indígena que los vascos se otorgaron a sí mismos. Unicamente se conoce, pues, el exónimo, apelativo que "los otros" utilizaron para designarlos.

El gentilicio "vascon". El gentilicio castellano actual vasco deriva del latín (también en transcripción griega) uasco , tema en -n, oblicuo vascon-, plural vascones, todos ellos acentuados en la sílaba inicial (váscon, váscones), bascli en síncopa. A este respecto advierte Michelena (1984) "no debemos olvidar que el texto no está en romance, de modo que lat. uasco es diferente hasta por la forma de cast., etc., vasco" y que "en latín no es sino el caso recto, desprovisto conforme a un esquema frecuente en esa lengua de la nasal de otros casos, entre los cuales se cuentan todos los del plural, incluido el nominativo-vocativo". Los cronistas grecolatinos describen a Euskal Herria como una tierra dividida en circunscripciones tribales (vascones, várdulos, caristios, autrigones). A la caída del Imperio, los diversos cronistas aluden a todo este conjunto como Vasconia y como vascones a sus habitantes. Este es el más antiguo de los gentilicios conocido que, como advierte Tovar (1987), "no es palabra perteneciente al euskera, a no ser con la hipótesis etimológica que la saca de basoko ``de la montaña'' (sic; ``baso'' es bosque), como recoge Humboldt de autores vascos anteriores".

Ruptura de la unicidad onomástica. La aparición del Reino de Pamplona en el s.IX romperá esta unicidad; al aparecer en la documentación la Vasconia peninsular como "Pamplona", la denominación Vasconia (> Wasconia > Gascuña) persiste, hasta muy avanzada la Edad Media para designar a la Vasconia aquitana y sólo a ésta. No deja de ser curiosa, sin embargo, la designación que hace el anónimo de Rávena (s. VII) del área de dominio de Pamplona como Spanowasconia (Caro Baroja, 1943: 131). Pese a ello, la designación vascones va a desaparecer en la vertiente Sur de los Pirineos, salvo en los cronistas musulmanes (bascuni) o en los cronistas latinos que utilizarán, aunque raramente, la voz con un significado de fuerte connotación idiomática ("basconea lingua", Leire, 1060). Ya Aimeric Picaud distingue el "tellus basclorum" del "tellus navarrorum", este último a partir de Orreaga (Vieillard, 1940: 2o y 26). La toponimia conservará pese a ello el recuerdo de los vascones, ej. Villabáscones a la vera del Arlanzón, cerca de Burgos.

La voz romance "b/vasco". Al nacer los romances a ambos lados de los Pirineos, los grecolatinos "vascón"/"Vasconia" darán origen a diversos derivados. En territorio aquitano, los textos francos utilizaron una W- general frente a la V- característica de las fuentes visigóticas. De ahí que al Norte de los Pirineos surgieran Guasconia, luego Gascuña, y gascón. Al Sur, sin embargo, como consecuencia del betacismo generalizado en los romances influidos por el euskera (que no distingue los sonidos v y b) predominarán las formas en b. Basco/vasco/vascos será la designación habitual que reciban los navarros de Ultrapuertos (Tierra de Bascos en Garibay y multitud de citas, "navarros de Vascos" en otras) y, en general, los de la antigua Vasconia aquitana, en la documentación del Reino de Pamplona y Navarra, ej. la donación de Teobaldo II (1269) a los frailes de Grandimont "datum apud Belin in Basconia". Poza en 1587 dice que "cuando ocurrió lo de Arracillo ya estaban domados los vascos y bárdulos, naciones que en nuestra era se llaman navarros y guipuzcoanos" (Poza, 1959). Todavía en 1638 Oihenart habla de "gascones et vasci". Por otro lado, bascongado será un adjetivo idiomático nuevo que designe generalizadamente a los vascoparlantes del área surpirenaica, adjetivo acompañado de la palabra basquenz/vascuence para la lengua privativa (ej. Fuero de Navarra). La incorporación de las tierras cantábricas de la Corona Navarra y de Alava a la Corona Castellana y la persistencia del euskera junto a los romances servirán para recalcar la irreductible característica idiomática de Euskal Herria. Con el surgimiento del cantabrismo a ello se añade una doctrina sustentadora de un status peculiar (los fueros). La tierra de los bascongados o euskaldunes recibirá denominaciones tales como Cantabria, Nación bascongada, Navarra y Vizcaya, etc. y sus habitantes serán denominados "cántabros", "vizcainos", "navarros", etc. Sólo como arcaismo culto sobrevivirán "Vasconia" y "vasconum" en Oihenart y Dechepare respectivamente, y sólo como excepción veremos el adjetivo "vasco" en las "Bienandanzas" de Lope García de Salazar (Caro Baroja, 1945) en contraposición a "latinado". La regla es que la palabra vasco no exista aún en el s. XVIII para denominar a los vasco-españoles (Tovar, 1987) y, como recoge Michelena (1984), "salta a la vista que Larramendi necesitaba un nombre como vascos y no lo había entonces con esa referencia" por lo que "al no querer hablar de ``vizcainos'', de cuya extensión a otros vascos abominaba como es bien sabido, tenía que ampliar la esfera de aplicación de ``bascongados'', ya de suyo desdibujada".

Basque, baskischen, vasco. La introducción del vocablo vasco en el País Vasco peninsular es tardía y "parece, pues, venir de Norte a Sur, lo que se confirmaría con el uso francés y acaso por el occitano" (Michelena, 1984) "bascou", "basque". "La forma basque --coincide Tovar, 1987-- yo creo que hay que ponerla en relación con la declinación del antiguo francés y de muchos de los dialectos de Galia". Basque emigra de la mano de los escritores francófonos prenacionalistas de finales del s.XVIII, principalmente Bela, Sanadon (1785) y Dominique Garat, prendiendo en el exiliado J.A. Zamacola (1818). La guerra carlista será su mejor pasaporte, introduciendo también las versiones alemana e inglesa. Como adjetivo referido a todo el País, separando a veces a Navarra como entidad jurídica diferenciada, englobándola de forma expresa otras, aparece en los siguientes autores al tratar la primera carlistada:

- Revista "Gentleman Magazine" (1833?1839). "Basque Country".
- Chaho (1836, "Voyage en Navarre pendant l'insurrection des basques".
- Revista "United Service Journal" (1836 y 1838). "Basque Country".
- Viardot (1836), "Navarre et les Provinces Basques".
- Henningsen (1836). "Navarra and the Basque Provinces". Stephens (1837). "the Basque Provinces".
- Herbert (1836), "Basque Provinces."
- Lord Carnarvon (1836). "Basque Provinces" (trata principalmente de Bizkaia pero dedica varios párrafos aparte a Navarra).
- Bois-le-Compte (18.36), "Provinces Basques (Alava. Guipuzcoa. Bizcaye et Navarre)".
- Wilkinson (1838). "Basque Provinces".
- Anónimo (1838). "le province basque colla maggior parte della Navarra".
- Crocker (1839). "Basque Provinces of Spain".
- Hornbrook (1840). "Basque Provinces".
- Barres du Molard (1942). "la Navarre et les Provinces Basques".
- Durricu (1843). "les provinces basques".
- Loning (1844). "Die Fueros von Navarra und des Baskischen Provinzien Alava ...".
- Belsunce (1947). "des basques".
- Michel (1859). "Pays Basque".

Salta a la vista que la denominación vasco, basque, baskischen es ultrapirenaica; frente a la frecuencia del "vascongado" en el habla castellana, País Vasco sólo lo vemos, durante este período, en la "Revista de Madrid" (1841). Durante el siguiente, aparece el adjetivo vasco-navarro y éuskaro. Navarro Villoslada titulará su célebre novela "Amaya o los vascos en el siglo VIII" en 1877 pero el vocablo sigue en minoría frente al robusto "bascongado" y los citados "éuskaros" y "vasco-navarros" hasta entrado el nuevo siglo. "Los vascos de España, en vez de decir, como en castellano, "País vascongado, lengua vascongada (vascuence)", dicen más bien: "Pueblo vasco, Academia vasca, Estudios vascos". No se puede ver en esas expresiones más que galicismos" comenta Saroihandy (1924).

Vascos y navarros. Al comenzar, pues, el s. XX puede decirse que el término vasco ha sustituido a sus predecesores en todas aquellas áreas del país en las que el nacionalismo aranista lo ha hecho suyo, incluso en Alava en la que éste apenas halla eco hasta los años 20 pero existe una memoria histórica conjunta; no así en Navarra, entidad jurídicamente diferenciada, en la que nunca acaba de cuajar como cualidad ciudadana general tras haber desaparecido como designación otorgada sólo a los "bajonavarros". Al discutirse en 1931 en el seno de la Comisión de Autonomía de la Sociedad de Estudios Vascos la designación de la comunidad autónoma cuadriprovincial (Alava, Gipuzkoa, Navarra y Bizkaia) contemplada en el Anteproyecto solicitado por los ayuntamientos, surgen claramente las discrepancias entre los navarros no nacionalistas y el resto de los componentes de dicha comisión: "El Sr. Beunza (navarro carlista) manifestó su disconformidad con el enunciado de Estado Vasco que silencia la personalidad de Navarra y que él no asumiría la responsabilidad de que el Estado se titulase vasco en vez de llamarse vasco-navarro, como a su juicio debiera ser designado. Hicieron análogas manifestaciones los señores Oroz (navarro no nacionalista vasco) y Aizpún (navarro, no nacionalista, conservador). El Sr. Cunchillos (navarro nacionalista vasco) expuso su opinión de que ese recelo, del que parecían hacerse eco los señores citados, si bien tuvo antes realidad, podía hoy considerarse inexistente, ya que serían muy contados los Ayuntamientos que presentasen objeciones..." (Estornés, 1990). El Anteproyecto fue aprobado finalmente, incluso por los navarros, pero, como se sabe, naufragó en su difícil discurrir hacia las Cortes contituyentes. Destaquemos, sin embargo que fue aprobado, con calurosas recomendaciones y ligeras variantes entre las cuales la de cambiar el nombre del Estatuto titulándolo vasco-navarro en vez de vasco, por la Comisión Autonómica creada el 13 de mayo de 1931 por la Diputación navarra. Y que la Asamblea de 267 Ayuntamientos de Navarra lo aprobó el 10 de agosto de dicho año contabilizándose 229 ayuntamientos a favor del mismo. Con posterioridad, todos los textos estatutarios republicanos, conjuntos o triprovinciales, llevaron adosado el adjetivo vasco y ninguno de ellos tuvo, por una u otra razón, éxito en Navarra. Durante el período franquista el adjetivo vasco refuerza en Navarra su nueva carta de naturaleza: "vasco" ocupa el espacio semántico que dejara el viejo término "v/bascongado", como sinónimo de "vascoparlante". En aquellas zonas en las que el euskera va desapareciendo, los vascoparlantes son denominados "vascos", como si de una especie en extinción se tratase. Asimismo, el adjetivo asume connotaciones políticas nacionalitarias. La aprobación en 1979 del Estatuto de Gernika sin Navarra marca un nuevo jalón. El nuevo ente triprovincial, al que Navarra puede adherirse, pasa a denominarse "Euskadi o País Vasco". La no adhesión del ex reino y la creación en 1982 de la Comunidad Foral de Navarra consagra una nueva barrera jurídica entre "vascos" y "navarros". v. NAVARRA. Euskal Herria, comunidad histórico-antropológica pasa a ser, en los años que siguen, un referente simbólico-cultural poblado por "vascos"/"basques" y "navarros".

Vasco, como nombre y apellido personales. Al margen de su utilización como gentilicio, el vocablo vasco ha servido también como apelativo de procedencia, de la misma forma que "asturius", "castellano", "soriano", "catalán", "francisco", "navarro", etc. Hallamos (Martín, F., 1987) el nombre personal Vasconius, en vocativo Vasconi en una inscripción de Oretum (Granatula, Ciudad Real) del s. IV. Wasco referido al año 812 en la "Histoire de Languedoc" (t. II, Pr. col 73) , el gentilicio quidam wasco Lupus del año 819 de la "Vit. Centulli cognomento...", el nombre de mujer Vasca en el cartulario de Liébana, etc. Ha sido frecuente, como recoge Menéndez Pidal (1929), que lo atribuye a influencia vasca, en la región galaico-portuguesa; así uno de los historiadores y genealogistas gallegos más conocidos del s. XV, Vasco da Ponte, el obispo abulense, de origen gallego, Vasco de Quiroga, el navegante y descubridor portugués Vasco da Gama, el extremeño Vasco Núñez de Balboa, y frecuentes patronímicos actuales de Galicia, como Vázquez. Al margen de esta área, están Vasco Díaz Tanco, de Fregenal de la Sierra, Eusebio Vasco Gallego, de Valdepeñas, Vasco Porcallo de Figueroa, de Cáceres, José Vasco y Vargas, de Ronda. No olvidar tampoco el muy corriente Vasconcellos portugués. Todos estos nombres y apellidos emigraron a América. Según Julio Caro (1985) puede tratarse de un epónimo "que se daba como el del antepasado de un grupo sin que esto quiera decir que no tuviera, además, una significación distinta".

Vasco, como topónimo. Puede citarse una aldea de este nombre en Santa María de Trubia (Oviedo), un despoblado en Toledo de nombre Vascos (v.), Bascuñuelos en Burgos, Vascoes en Portugal, prov. de Miño, Vascoeuil en el dep. de Eure (Francia) y Vascon en Treviso (Italia). La constitución de topónimos de raíz vasc- es frecuente en la América postcolombina.