Creencias y culto. No se tienen noticias de creencias en Mari ni de otros mitos como los recogidos por don José Miguel de Barandiaran en otras localidades de Euskalerria. No se sabe tampoco el comienzo del culto cristiano en el Valle hasta el s. XI gracias al viaje de San Eulogio de Córdoba por los monasterios navarros. El viaje a Pamplona lo hizo en el año 848 reinando el primer monarca pamplonés Eneko Enekones «Arista» y la carta, donde da noticias de los monasterios visitados, se dirigía al obispo de Pamplona Willesindo, el año 851. Don Sancho Garcés, rey de Pamplona, donó al monasterio de Leire, el de San Martín de Roncal y el de Urdaspal de Burgui ya citados. Pero también consta que el rey de Pamplona don Sancho Ramírez (1085) agregó a Leire dicho monasterio de Urdaspal con sus decanías de Santa María de Olaz (Lónguida) y San Martín de «Ologasti» y sus iglesias de Burgui, Cortes y Segarra Uli. Igual suerte corrió el monasterio de San Martín de Roncal con las iglesias de Roncal, Garde, Navarzato y Aniauz. San Martín era uno de los jalones importantes de la ruta jacobea, a través de los valles salacenco y roncalés. Incluso la iglesia de Garde está dedicada al apóstol Santiago. Y en Isaba se celebraban y se celebran las fiestas mayores de Santiago. Esta ruta roncalesa venía de Santa Engracia de Zuberoa y llegaba a Isaba cuya huella es la ermita de San Julián y Santa Basilisa en lo alto del pueblo culminando el barrio de Garagardoya. A principios del s. XIX todavía estaba en pie esa casi iglesia. La imagen de San Julián se guarda en casa de la familia Dronda, en Isaba, que la salvó de las ruinas. Esta ruta jacobea enlazaba con la de Jaca en Carrica, tocando a Sigüés, donde hay una iglesia románica y hubo un hospital de peregrinos. Los puentes de uno o dos arcos del camino de Belagua quizás, sean testigos al servicio de la rota. F. Idoate estudia un complicado proceso de brujería en Burgui en 1569 que, por la riqueza y variedad de datos, da que pensar en qué consistiría la propia brujería. Se habla de gente mísera y pobre, de enemistades y acosos personales, de apostasía religiosa y reniego de los padres y parientes. Mujeres, ya mayores, aleccionan a las niñas intimándoles a que formulen el reniego de rigor que dice así: «Arnega eçaçuey Janguoycoaz, eta andre dona Mariaz eta aren semeaz, eta sancta anna, eta aytaz eta azcaci guçuez» = «Renegad de Dios y de Santa María y de su hijo y de santa anna y de vuestros padres y parientes». Como se ve, encaja perfectamente en la temática religiosa, incluido el reniego de «honrar padre y madre» que hace extensivo incluso a los parientes. («Cuad. de Etnología y Etnografía de Navarra», 1975, VII, n.° 20). Cada pueblo tiene sus fiestas y culto a un santo determinado y ermitas bajo la advocación de santos o de la Virgen. En Isaba celebran sus fiestas el 25 de julio en honor a Santiago Apóstol y el 16 de septiembre, al patrón del pueblo, San Cipriano, que nada tiene que ver con el venerable Cipriano Barace, misionero en América. Existían antes las ermitas de San Julián y Santa Basilisa, de San Marcos, y actualmente existen la de Belén y las erigidas a la virgen de Idoia y Santa Ana de Arrako, en el mismo Belagua. Los gozos a Nuestra Señora de Idoia tienen un preámbulo cantado que dice:Gozoso el Valle de Roncal,en Vos su esperanza apoya,Madre de Dios de IdoiaRoncalesa celestial. Todos rindan mil tributosa la que es Reina de todos,y por diferentes modosla alaben aves y brutos,las plantas, flores y frutos,en su idioma natural.Madre de Dios de Idoiaroncalesa celestial.