Kontzeptua

Turismo, perspectiva histórica (1998ko bertsioa)

La oferta turística de Vasconia. Sin lugar a dudas, es una oferta muy variada distinta según áreas (litoral, interior, Iparralde, Egoalde). El País Vasco Peninsular muestra su atractivo natural, complementado con playas, su diversidad histórica, sus espectáculos, a lo largo de muchos meses del año, y su cocina, con buena y merecida fama que permiten al visitante gozar de unas vacaciones donde puede conjugar la playa y el monte o las zonas interiores con balnearios, las actividades culturales, la historia y la gastronomía. En definitiva, un modelo de turismo diverso que huye de las grandes aglomeraciones de aquellos lugares, cada vez menos, donde el sol es el eje del período estival. Esta diversidad que ofrece el País Vasco permite diferenciar varias zonas:

1) El litoral y las capitales de los territorios peninsulares. Son zonas de turismo tradicional que cuentan entre sus alicientes más destacados la existencia de playas y pueblos marineros de gran belleza. Son las zonas dotadas de mayor infraestructura hotelera y de servicios para el visitante. En muchos municipios litorales han proliferado en estos últimos años las residencias secundarias: Hondarribia, Zarautz, Plentzia, Sopelana. Incluimos en este primer grupo a las capitales ya que al amparo de su actividad económica generan un importante movimiento de personas, fundamentalmente por motivos laborales, que también consumen "ocio" y que hoy día se considera un modelo de turismo vinculado a la actividad profesional. Además debemos tener presente la actividad turística generada a través de las fiestas de verano ("Sanfermines" o "Semana Grande") o las fiestas populares (Carnaval, Tamborrada, etc.), que son las que mueven mayor número de turistas. De entre todas ellas y por su importancia destacan los Sanfermines de la capital navarra, la fiesta más internacional de cuantas se celebran en Euskal Herria.

2) Las zonas interiores. Aquí debemos diferenciar entre las zonas interiores de balnearios y las zonas de segundas residencias. Las primeras son de gran tradición y en los últimos años están viviendo momentos de gran vitalidad como consecuencia del relanzamiento de esta modalidad de turismo de interior. Zestoa y Fitero son dos ejemplos muy significativos de la pujanza de esta modalidad turística. Las zonas interiores de segundas residencias son el reflejo de la búsqueda de espacios tranquilos y alejados de la dinámica turística del litoral. La Rioja alavesa es un buen ejemplo del desarrollo de residencias secundarias en zonas interiores y alejadas de áreas litorales. En estos últimos años este fenómeno se está extendiendo por muchas zonas de la Navarra media y meridional en forma de utilización de casas de pueblo rehabilitadas para fines de semana y estancias más amplias.

3) Las zonas de montaña. Se trata de una modalidad que ha ganado numerosos adeptos y que en las zonas pirenaicas está consolidada plenamente, a pesar de las escasas infraestructuras hoteleras existentes. El camping como modalidad vinculada al turismo interior o de montaña está muy poco representado en el País Vasco Peninsular. Mención especial requiere el desarrollo del agroturismo, como modalidad específica que trataremos al referirnos a las infraestructuras hoteleras, pues así debiéramos considerarlas.

En Iparralde también hay diferencias según se trate de la zona costera o del interior.

1) La zona costera. Presenta un turismo con características ciertamente similares al modelo imperante en el litoral guipuzcoano y vizcaino, aunque el turismo vinculado al trabajo no alcance la intensidad que puede tener en Bilbao y Donostia, ya que su tamaño demográfico es claramente inferior. En los últimos años, el fenómeno de las residencias secundarias de áreas litorales o próximas al mar se ha desarrollado de manera significativa en Laburdi y las Landas, donde se han construido numerosas zonas residenciales cuyos titulares en un apreciable porcentaje provienen de Gipuzkoa. Laburdi, en su área litoral, ofrece multitud de atractivos que pueden competir con los del litoral guipuzcoano o vizcaino. Lugar idóneo para deportes marítimos, de gran tradición golfística (el golf de Biarritz tiene más de 100 años), en los últimos tiempos ha incorporado a su oferta turística la construcción de un puerto deportivo en Hendaya, a la vez que han aumentado los institutos talasoterapéuticos en Anglet, Biarritz, San Juan de Luz y Hendaya, reafirmando el indudable papel turístico del litoral vasco-francés.

2) El interior. Muestra los atractivos propios de áreas rurales, de gran variedad paisajística y con comunas que gozan de gran tradición (aguas termales de Cambo, las grutas de Sara, o los paisajes agrestes de Zuberoa). En estas zonas interiores son muy numerosos los alojamientos rurales, "gites ruraux".

«Gites ruraux» en Iparralde
Laburdi Baja Navarra Zuberoa
Ainhoa
Askain
Bardos
Baiona
Biarritz
Bid art
Biriatou
Cambo
St. Pée
Urruña
Urt
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
2
Aldudes
Ayherre
Baigorri
Bidache
Donibane Garazi
Labastide
Came
Camou
Gabat
Meharin
St. Michel
2
1
1
2
2
2
2
2
2
1
2
Barcus
Idaux
Mauleon
Montory
Musculdy
Ordiarp
Ossés
Ste. Engrace
Tardets
2
2
1
3
1
1
1
2
1

Como aspecto curioso debemos señalar la existencia de un tren cremallera que asciende a Larrune en los meses estivales y que es muy visitado por los numerosos veraneantes a lo largo del tiempo que está en funcionamiento. La cumbre está situada en la frontera franco-española y ofrece magníficas panorámicas a los visitantes, que en el año 1992, por ej., ascendieron a 195.000.