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TRESPUENTES

Su disposición habitacional está dividida en dos grupos independientes, al E. y al O. del arroyo que los divide. Cuenta con alrededor de 50 edificaciones; la ordenación es la típica de los pueblos al pie de la sierra de Badaya; las casas aparecen aisladas, rodeadas de una gran parcela de terreno. Su ubicación no sigue orden alguno, tratando las edificaciones de aprovechar las terrazas naturales de las rocas. En el núcleo del E. encontramos una casa de mediados del s. XVII, del tipo hidalga rural, con escudo. De planta concentrada, rectangular, con dos pisos más desván bajo la cubierta, que es a dos aguas con el caballete perpendicular a la facha principal; el desván cierra con entramado de ladrillo y madera. Impostas de sillería separan las plantas. El molino fuerte de Axpea se encuentra a orillas del Zadorra, al O. del casco urbano. Edificación de finales del s. XIII o principios del XIV, de mampostería dispuesta en hileras, puerta principal perforada por saeteras, rematada en arco apuntado. Destacan asimismo los restos de la casa fuerte de los Iruñas, en la sierra de Badaya, de la misma época, de la que se conservan los lados E. y O. y, dos torreones de mampostería con saeteras, arcos apuntados y hermosas dovelas. Al O. están los restos de lo que fue palacio, con ventanas con arco de medio punto y puerta apuntada. Puente romano, declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1915. De 13 arcos de medio punto encajados, está hecho de lajas de piedra pizarrosa unidas por argamasa, excepto en los tajamares y en las roscas de los arcos, que están sentadas a hueso. En el puente y en el tramo que conduce al oppidum de Iruña, quedan restos de la antigua calzada romana. Respecto al arte religioso, cabe destacar la Parroquia de Santiago Apóstol. Obra de fines del s. XV y comienzos del XVI con añadidos posteriores, como el pórtico de tipo rural, realizado por Martín de Macarán a fines del s. XVII, época hacia la que construye también la torre de planta cuadrada ubicada en el ángulo nordeste. Se rehizo posteriormente y en la actualidad cubre con chapitel metálico. La espadaña, obra de Anselmo de Murua, posee tres arcos para las campanas. Planta de cruz latina con dos tramos de nave, capillas a modo de brazos laterales, abiertas directamente al ábside de tipo poligonal, coro en ahora sobre el último tramo, sacristía y dos capillas a la izquierda, una de las cuales va cubierta con bóveda de medio cañón. La cabecera lleva bóveda estrellada, crucería con terceletes y ligaduras las capillas laterales y de terceletes con combados las de la nave. El primitivo retablo mayor fue sustituido a comienzos del s. XVIII por uno de estilo churrigueresco, obra de los hermanos Alvarado, de gran prestancia, que además esculpieron buena parte de las tallas, si bien en las de los nichos laterales y en el ático intervino el escultor de Limpias Antonio de Rucoa y Barredo. Doró y estofó el retablo Tomás González, quien además hizo las pinturas de los bancos sobre los que asienta cada uno de los cuerpos. Ambos van recorridos por columnas salomónicas profusamente decoradas y los nichos enmarcados por molduras de hojarasca, coronados por penachos. En el remate, un nicho flanqueado por dos bellos aletones alberga el Calvario. Del lado de la Epístola hay un retablo barroco de finales del s. XVII obra de Gregorio de Larrar que también policromó el estofador del retablo mayor. Posee dos buenas tallas colocadas en nichos idénticos, un San Sebastián de comienzos del XVII y un San Antón realizado en el año 1696. Del lado del Evangelio consta la existencia de dos retablos, que han desaparecido. De estos sólo permanecen: la Virgen del Rosario (s. XVII) y una Santa Catalina. Seis lienzos enmarcados, que representan los misterios gozosos. En la sacristía, se encuentra una hermosa cajonería de dos cuerpos con armarios a los lados, que llevan, como los cajones, decoración de rombos, realizada a finales del s. XVII por Diego de Sagamaga. Piezas de orfebrería, varias casullas del s. XVIII y un cordobán policromado y repujado. También se conservan ruinas del convento fundado sobre la torre y palacio por Andrés Martínez de Iruña en 1411, habiendo donado los edificios a la orden jerónima para tal fin bajo la advocación de Santa Catalina de Badaya o Nuestra Señora de Gracia. (V. BADAYA, Monasterio de).

Ainhoa AROZAMENA AYALA