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TORRES DEL RIO

La Parroquia de San Andrés, es una obra gótico-renacentista de Juanes de Larrañaga de hacia 1599-1629. Se disposición es de cruz latina con un gran tramo cuadrado que hace de nave, crucero de iguales dimensiones, aunque sus brazos son de escasa profundidad, y cabecera poligonal. Se cubre casi todo el espacio con bellas bóvedas estrelladas de terceletes, exceptuando los medios cañones apuntados y la bóveda gallonada con terceletes de la cabecera. La iglesia tiene un excesivo desarrollo en altura y contrafuertes diagonales reforzando la cabecera y el muro de los pies. La portada se abre del lado de la Epístola, y se hace de gusto goticista abocinada en cuatro arquivoltas. En el sotocoro, una pila bautismal de piedra del XVI y, seguido, un Crucifijo de hacia 1600 de estilo popular. En el muro frontal de este mismo lado del Evangelio, un retablo de traza manierista realizado por Juan de Zabala que tiene su pareja en el colateral dedicado a la Inmaculada Concepción. Decora el presbiterio un monumental retablo mayor hecho por Pedro Jiménez Castrejana entre 1637 y 1651. La mazonería es de típica composición manierista, apiña multitud de elementos arquitectónicos y una apretada ornamentación. La escultura del retablo alterna relieves y bultos, reservándose éstos para la calle central, y el ático. Estilísticamente, conviven esquemas y tipos renacentistas con otras esculturas en las que comienza a manifestarse el naturalismo propio del siglo XVII, lo que es debido al trabajo de Pedro Jiménez junto a Gregorio Fernández en Valladolid. El retablo conserva su bella policromía original, obra de Andrés de Gauna. En la sacristía, se hallan: una cajonería del s. XVII; tres Crucificados, uno del XVI y dos del XVII entre los que destaca uno próximo al círculo de los Imberto; un lienzo exvoto con leyenda y un cáliz de plata dorada con esquema purista, del XVII. Iglesia del Santo Sepulcro, modernamente considerada iglesia funeraria del Camino de Santiago. Parecida a la de Eunate, la de Torres del Río es una iglesia octogonal, pero esta vez rematada por una linterna que se ha creído funeraria. Tradicionalmente se atribuyó su construcción y uso a los Templarios, pero no hay ni datos ni indicios para probarlo ni para conjeturarlo, como no sea su planta tan característica. Sí consta, en cambio, que en 1100 un monasterio existente allí, junto con la iglesia, fueron cedidos a la orden benedictina del monasterio de Iratxe. Se cree que no se trataba de la actual iglesia, sino de otra anterior, muy próxima en el tiempo. Portada sencilla, con dos arcos boceles y una más en medio, a arista viva, apoyados en una columna a cada lado, con capitel de tema vegetal. Tímpano liso, apoyado en pilastras cuadradas. Los frentes del octógono, de gran altura como en Eunate, se subdividen en tres tramos superpuestos, y flanqueados por columnas. Separa un tramo de otro un bisel de fuerte relieve que rodea el edificio. En el segundo tramo, arcos apuntados muy abiertos soportan la descarga del peso de los muros, hallándose sólo dos ventanas de medio punto, estrechas pero fuertemente decoradas, con basa sencilla, fuste delgado y capitel desproporcionadamente grande, de tema vegetal, con un grueso arco decorado. En los tramos superiores, en cambio, se abren los ventanales, que son de medio punto, con columnas laterales, capiteles de decoración vegetal y arcos abocelados. Dentro de cada ventana, pilastras a arista viva sostienen otro arco interior, y la abertura resultante está ciega en su mayor parte, con la única luz de estrechas troneras. Abside semicircular sobre un plinto que salva el desnivel del terreno, con sólo una estrecha tronera sin decoración, y al lado opuesto, un cubo de escalera que hace practicable la linterna superior. Una apretada sede de modillones sostiene el alero de un tejado octopiramidal, igual que en Eunate, de grandes lajas de piedra, en cuyo remate se halla la linterna. Esta viene a ser como una reproducción a escala del cuerpo inferior del edificio ya descrito. En el interior, grandes columnas en los ángulos con capiteles vegetales, llegan hasta un relieve corrido de ajedrezados jacetanos que marca el nivel inferior de las ventanas. Esas están formadas por arcos a arista viva en medio punto, decorados por una moldura de tema vegetal, y apoyados en columnas cortas de capitel también vegetal. Arco triunfal doble, ligeramente apuntado, que da paso a un ábside sencillo, de bóveda en fondo de horno. y una ventana sin decoración. En las enjutas del arco triunfal exterior, las columnas esquineras se sustituyen por otras dos más cortas, apoyadas en ménsulas. La cúpula del cuerpo central es lo más llamativo de la iglesia de Torres del Río. En el centro de los planos de la pared, dos ménsulas gemelas de forma abollonada en cuádruple resalte, junto con los capiteles de las columnas de esquina, vegetales, dan apoyo a una moldura de ajedrezados múltiples que se desarrolla en todo el entorno interior de la planta. De las ménsulas parten ocho arcos que se entrecuzan formando una estrella y dejando un octágono libre en medio, con un círculo de ajedrezados inscrito en él. Ocho arcos más unen los capiteles de los ángulos con los ángulos entrantes de la estrella. Ese diseño de claro abolengo musulmán, quizá proceda del modelo de las bóvedas que existieron en la Aljafería zaragozana. El sistema de iluminación de la cúpula está conseguido por medio de pequeñas ventanas colocadas en los arranques que se cierran con celosías de piedra talladas con inspiración islámica, y que tienen estructuras arquitectónicas a modo de torrecillas, etc, como remate. Sobre la cúpula, se eleva la linterna también de disposición octogonal con cúpula. Su función debió ser -según otros investigadores- servir de faro a los peregrinos, ya que es una de las iglesias que jalonaban el itinerario navarro de la Calzada. Tanto en el interior como al exterior, se aprecia un buen sistema de proporciones. Todas las peculiaridades señaladas, lo convierten en un monumento cumbre del Románico navarro del siglo XII. Preside el templo un Crucificado con corona real y cuatro clavos pero que tiene ya cierto realismo, por lo que se fecha a comienzos del s. XIII. La casa n.º 12 de la plaza de los Fueros exhibe un escudo barroco del s. XVIII con mascarón inferior, yelmo por timbre y rico enmarque de follajes y niños desnudos entrelazados. El n.º 2 de la c/ Mayor es un edificio de grandes dimensiones, de sillería, del s. XVIII. Consta de dos cuerpos y ático, rematando el conjunto una moldurada cornisa con alero de madera con ménsulas talladas. En el segundo cuerpo campea un blasón barroco con querubín inferior, timbrado por yelmo y rica decoración de volutas con follaje y ensartos de frutos. La casa n.º 3 posee un escudo barroco del s. XVII, con cabeza inferior entre otras cabezas, leones portantes y yelmo por timbre también entre cabezas. En una bocacalle de la Mayor figura otro escudo de la primera mitad del s. XVII. Es ovalado y tiene cartela de cueros retorcidos, con cabeza de león inferior, leones portantes y yelmo por timbre. Próximo se encuentra otro escudo del s. XVI de campo cuartelado. La casa n.º 20 de la c/ Nueva, del s. XVI, consta de dos cuerpos de sillería, rematados en cornisa de bolas de estilo Reyes Católicos. Tiene un amplio portalón de medio punto marcado por grandes dovelas, con blasón en su clave. En la misma calle se encuentra una casa con puerta de esquema recto, con dintel con escudo del s. XVI sin tallar. En las afueras, destaca un blasón rococó de la segunda mitad del s. XVIII, con mascarón inferior entre serpientes y cabezas de niños y yelmo por timbre elevado sobre águilas que sujetan niños desnudos. (Catálogo Monumental de Navarra, Monasterio de Estella).