Kontzeptua

Siderurgia (1997ko bertsioa)

Actividad industrial vinculada a la elaboración y tratamiento del hierro. Tiene tres áreas principales: la siderurgia integral o pesada, la siderurgia no integral de acero común y los aceros especiales.

Pasado y presente. El punto de partida de la siderurgia moderna vasca podríamos colocarlo en el "I Plan de Desarrollo" (1964-1967) y en especial en el "Programa Siderúrgico Nacional". Esto no significa que haya nacido entonces la siderurgia vasca, pues es bien sabido que la producción de acero y su exportación, en especial a Gran Bretaña, fueron los motores de la industrialización del País Vasco en el último tercio del siglo XIX. Ver HIERRO INDUSTRIALIZACIÓN. Este "Programa Siderúrgico Nacional" se pone en práctica para sacar a la siderurgia de la difícil situación creada por la reciente liberalización del comercio en el Estado, por la no siempre leal competencia de otros países, que disponían de fuertes excedentes, y para adecuar la producción a la demanda interna, que crece rápidamente en los años sesenta. Mediante una serie de créditos oficiales que podían alcanzar el 70 % de las transformaciones y de las nuevas instalaciones. dependiendo del tipo de siderurgia del que se tratase. se elevó la producción vasca de acero en un 238 % llegando en 1972 a los 3,2 millones de toneladas, aunque la representación vasca en el sector descendió al 40 % del total del Estado ese año. Pese a estos buenos resultados la producción siguió siendo insuficiente para cubrir la demanda interior. Se calcula que el consumo interno de acero para 1980 será de 16,5 millones de Tm., mientras que la capacidad de producción en 1973 es de 11,5 millones de Tm. Para paliar estas deficiencias se elaboró para el período 1974-1982 una 2.º Acción Concertada (síntesis de leyes de apoyo al sector) que se orientó en especial a la siderurgia no integral. Créditos y ayudas a la comercialización y a la investigación son los elementos en los que se apoya este plan. Cuatro años después, en 1978, el programa está paralizado. La crisis mundial de 1973 que, al igual que sobre otros sectores, se cierne sobre la siderurgia es la causante de este parón. Esta situación será especialmente grave en la Comunidad Autónoma Vasca, pues el 40 % de su oferta interior se apoya sobre las industrias metálicas básicas y las de transformados metálicos. A partir de 1974 la producción vasca queda estancada, 3,7 millones de Tm. en 1973 y 4 millones en 1979, el consumo interior desciende y se busca aumentar las exportaciones. Pero los precios, afectados por las subidas energéticas, de mano de obra y, la amortización de las ayudas anteriores en base al crédito privado, hacen que los grandes mercados internacionales. cada vez más difíciles, se cierren. Es la hora de la reconversión: octubre de 1980 para los aceros especiales, en mayo de 1981 la siderurgia integral y 1982 para el acero común. Esto ocurre en un sector económico que a finales de los años setenta presentaba las siguientes cifras: (véase tabla).Dejando al margen los graves problemas internacionales, los males internos de la siderurgia vasca sectorialmente analizados son los siguientes: a) Siderurgia integral: Altos Hornos de Vizcaya ha perdido competitividad y, tiene un proceso de producción desequilibrado, que lo convierte incluso en importador de semiproductos de acero, para sus trenes de laminación. Esto es debido en parte a instalaciones desfasadas por falta de unas inversiones que la empresa ha preferido realizar en otros campos. A ello se unen dificultades internas de producción y transporte por la alejada localización de sus plantas. La difícil situación a la que le conducen sus elevadas deudas obliga a la intervención del Estado, a fin de sanear financieramente la empresa, antes de acometer la reestructuración. Para este objetivo se destinan, en el período que va entre 1981-1985, unos 49.000 millones de pesetas y se prevé una reducción de 1.500 puestos de trabajo. b) Acero común. Las empresas de este subsector, lanzadas a una fuerte producción a fin de alcanzar las altas necesidades de aceros deficientemente calculadas en los años anteriores, se enfrentan ahora con su alta capacidad de producción a unos mercados, abatidos por la crisis, con muy escasa demanda. Técnicamente competitivas, pero sin ventas y con unos créditos que atender, ofrecen un panorama semejante al de la siderurgia integral. Las medidas elaboradas por la Administración para la reestructuración del sector les obliga a eliminar un 20 % de la capacidad de producción; se les asigna una cuota de mercado y la pérdida, en la C. A. V., de más de 500 puestos de trabajo. c) Aceros especiales. Este sector presenta un panorama similar al anterior; empresas altamente competitivas pero un mercado en franca disminución aquejado, además, por un fuerte proteccionismo y una política de precios autorizados que no sigue la misma evolución que los costes. Los planes de actuación se desarrollan en tres fases: la primera se centra sobre empresas al borde de la quiebra. La segunda en el saneamiento del sector mediante una serie de acciones conjuntas en materia de compras y ventas, y la tercera mediante planes de reindustrialización.

Presente y futuro. Tras la entrada de España en la C. E. E. se inicia un proceso dé reconversión del sector en consonancia con el desarrollado previamente por la siderurgia europea. Ello ha supuesto: a) Una reducción de la capacidad de producción para ajustar la oferta a la demanda actual. b) Una búsqueda de rentabilidad, para lo que apoyándose en ayudas del Estado se han modernizado las industrias mediante nuevas tecnologías, fusiones de empresas, cierre de instalaciones obsoletas, especialización en determinados tipos de producción, ajuste de plantillas y la creación de grupos empresariales. Estos planes de reconversión, que aún no han finalizado, y el aumento en el consumo de acero en la C. E. E. (16 % en 1988), rompiendo las tendencias anteriores, influyeron de manera muy positiva en los niveles de producción, con aumentos en 1988 por encima del 12 %, y en el saneamiento de las empresas logrando reducir sus pérdidas al 5 %. No obstante, el gran perjudicado con estas medidas adoptadas ha sido el empleo; baste recordar que entre 1982-1992, sólo en Altos Hornos de Vizcaya, se han perdido cerca de 6.000 puestos de trabajo. En los últimos años estas optimistas perspectivas de crecimiento se desvanecen, y a tenor del menor aumento mundial en el consumo de acero (0,4 % en 1989; -2 % en 1990), la siderurgia vasca ralentiza su producción en 1990 (acero bruto -0,7 %; laminados +1,5 %). Pese a que mejoran ciertas magnitudes (exportaciones +9,7 %), los resultados globales siguen siendo negativos (-7,5 %). Todo plan de futuro tiene como punto de referencia obligado el año 1993. La apertura a un mercado único, que pone a la siderurgia vasca en competencia directa con los grandes productores europeos, tendrá varias consecuencias; por un lado permitirá reducir algunos costes, pero por otro los fabricantes vascos deberán realizar una ajustada política comercial y de precios para garantizar su supervivencia en el mercado único. En este sentido, las negociaciones con la Unión Europea desembocan en 1994 en la aprobación del plan español de reconversión siderúrgica cuyo mascarón de proa es la Acería Compacta de Bizkaia (ACB) ubicada en Sestao e iniciada su construcción en febrero de 1995, cuya primera bobina emerge en octubre de 1996. La planta de ACB, en la que se han invertido alrededor de 54.000 millones de pts., fue inaugurada oficialmente en enero de 1997, con 310 trabajadores, como sustitutoria de los viejos Altos Hornos de Vizcaya que, en su época de apogeo, llegó a tener más de 13.000 trabajadores. ACB posee una capacidad de producción de 1.000.000 de toneladas de bobinas de acero laminado en caliente. Su accionario está compuesto en un 60% por 16 accionistas privados (BBV, BBK, Argentaria, BCH, Gonvarri, Cosimet, B. Urquijo, Caja de Ahorros de Navarra, etc.) y en un 40% por Corporación Siderúrgica Integral y el Socade del Gobierno vasco.

Juan Ignacio INSAUSTI OGANDO

Ver HIERRO INDUSTRIALIZACION.