Auzoak

SAN MARTIN DE CARRAL

Barrio del municipio de Sopuerta, partido judicial de Balmaseda, Bizkaia. Se encuentra ubicado a los 0° 31' 53" y 43° 15' 03", hacia el E. del término y S. de su capital, Merkadillo, entre numerosas alturas, a 107 m. de altitud, en la orilla izquierda del arroyo Baldebezi.

Ainhoa AROZAMENA AYALA
1960: 227 h.; 1970: 191; 1981: 178; 1986: 164; 1991: 199.

Ainhoa AROZAMENA AYALA
Iglesia de San Martín. Esta antigua iglesia databa de antes del s. XI y fue abandonada en 1730. La nueva parroquia consta de una nave con bóvedas; posee tres interesantes altares barrocos con bajorrelieves, procedentes de la iglesia anterior. Casa torre de Garay, fundada por Ochoa Martínez de Avellaneda, prestamero de Vizcaya. Está rebajada. Casa torre de Puente, con adornos góticos, especialmente en dos de sus ventanas embellecidas con bezantes y florones. Torre de Villa, con portada apuntada y ventanas conopiales.

Ainhoa AROZAMENA AYALA
En su suelo, escenario de sangrientas batallas entre los bandos oñacino y gamboíno, se alzaba una multitud de casa torres, tales como la de Garay, Mendieta, Puente, Merino, Revilla y otras. Uno de los episodios de estas guerras tuvo como escenario la torre de Garay, el año 1409, y nos lo refiere Delmás: «Las familias de los Salazares y de los Marroquines andaban en guerras hacía algún tiempo, cuando se presentaron y se barrearon dentro de ella, que a la sazón era de Pero Núñez de Avellaneda, cien hombres del linaje de los Marroquines de Sámano, y desafiaron todo el poder de los salazariegos de Sopuerta, cuyo caudillo era Ochoa de Mendieta. Poco se hicieron esperar éstos y admitiendo el desafío, atacaron la torre, tomaron las cercas, lucharon dentro de ellas con el mayor coraje matando a Sancho Marroquín de Mioño, a Diego Barral y a otros cuatro escuderos, y subiendo la rampa para penetrar en la torre, hirieron por la espalda a Sancho Marroquín. Fuertes los de este bando en ella, inutilizaron a los salazariegos Lope de la Sierra, Pedro de Garaizábal y a algunos más, y cuando ya se retiraban éstos sin lograr su intento, arrojáronles desde lo alto una lanza que saltando de esquina en esquina fue a atravesar los muslos de Juan de Salazar de los Campos, quien por la mucha sangre que vertió en la herida, quedó yerto pocos instantes después de recibiria».

Ainhoa AROZAMENA AYALA