Pintoreak

Rementeria, José Luis B.

Pintor, nacido en Madrid en 1922, trasladándose muy joven a Amorebieta (Bizkaia).

Hace sus estudios de bachiller en el Instituto de Bilbao y empieza la carrera de medicina en Valladolid. En 1945, expone por primera vez (en Valladolid), y en 1946, hace su primera exposición en Bilbao. En 1948, termina la carrera de medicina, pero ya en 1950 decide dedicarse sólo a la pintura y abandonar todo lo demás. Su producción artística es importante y abarca desde murales (frescos al seco), hasta óleos, monotipos y dibujos. Según J. J. Martín González, lo mejor de la obra de Rementería, está en sus retratos. Entre los años 50 y 53, en que se traslada a Madrid, realiza varias exposiciones en Zaragoza, Donostia, Valladolid, etc. En 1956 realiza un periplo por el extranjero recorriendo Francia, Alemania, Bélgica y Holanda visitando los principales museos y academias. A partir de la década de los años 60, su actividad se centra en trabajar para el extranjero, sin participar en exposiciones nacionales, para USA, México, Finlandia, Israel, etc. Y por otro lado ésta es la época en que realiza diversos murales para iglesias e instituciones, como el de la muerte de Colón, para la casa museo de este último. De entre sus obras, además de la ya citada, cabe destacar las siguientes: Villafuerte, Dársena de San Sebastián; paisajes como Orio, Bermeo, Brujas, etc.; multitud de retratos, así como los murales que realizó.

F. Wattenberg (Valladolid, 1962), lo ve así:

"Dentro de la línea clásica sabe matizar de efectos sugestivos el modelado de sus obras, enriqueciendo de gamas sus bien estudiados temas. Especialmente su pintura se mueve en la elegancia de formas. Sus retratos son magníficos estudios de gusto y armonía en consonancia con el contenido del tema. Una chispa de libertad y tendencia expresionista se advierte en la acentuación de las líneas, en sus fondos indefinidos, que entonan como impresiones pictóricas con las encarnaciones y formas del retrato. Flores llenas de brillantez y valores cromáticos. Bodegones donde la luz se torna difusa en sabrosidad de espacios vidriados y colorismo. Paisajes trazados con plasticidad, con hondura pictórica, arquitrabados en un movimiento de masas rítmicas compuestas con variedad y gracia. Perspectivas castellanas recortadas con limpieza de volúmenes y contrastadas luces. No solamente una pintura amable, sino construida con equilibrio, de un gran acierto compositivo y un pleno conocimiento de trato con nobles procedimientos técnicos".

Martín González, J. J., (Bilbo, 1974):

"A sus pinceles ha llegado lo novedoso de nuestro tiempo, pero en el fondo su pintura traduce el peso glorioso de una tradición. Sin dificultad se pueden evocar antecedentes en nuestra escuela pictórica. (...) el área del retrato, verdadera especialidad de Rementería. Piedra de toque de todo pintor. (...) una de las mejores condiciones del retrato de Rementería: la elegancia. También las cosas vienen de atrás: la gran escuela inglesa del s. XVIII. He aquí lo esencial de Rementería: su modernidad, pero haciendo presente lo que hay de eterno y duradero en la gran pintura del pasado".