Antiguo despoblado navarro, en las proximidades de Salinas de Oro, valle de Gesalaz. Tuvo un importante castillo, donde la historiografía clásica sitúa a las tropas cristianas en la batalla de Valdejunquera (v. MUEZ). Según reseña Yanguas, en 1223, tanto el lugar y castillo, como las salinas, pertenecían al monasterio de Santa María la Real de Nájera, que los cedió a Sancho el Fuerte de Navarra. En 1255, tras un pleito entre Teobaldo II y el obispo pamplonés por la posesión, revirtió ésta de nuevo en la Sede de Pamplona. Altadill consigna los siguientes alcaides: En 1265, Juan Périz de Baquedano; de 1273 a 1280, García Ochoa de Opaco; en 1287, Ferrán Périz de Amescoa; en 1294, Pedro Ximénez de Mirifuentes; en 1 303, Remigio Pet de Amescoa; en 1304, el mismo; en 1305, Petri de Amescoa; en 1306 y 1307, Remigio Pet de Amescoa; en 1313, Fernando Périz de Amescua; en 1318, Fernando Ruiz de Baquedano; en 1319, Fernando Pet de Baquedano; en 1321, Remón de Girosens; en 1328, Ferdinnandi de Baquedano; en 1331, Fernando Pet de Baquedano; en 1334, mandaba la fortaleza Pero Ferrándiz de Eulate; en 1336, el mismo; en 1338 y en 1339, Pedro González de Bidaurreta.