Ermita de Miraballes, Ugao-Miraballes, Vizcaya. Situada en el barrio del nombre, junto al antiguo camino real de Castilla, es devoción de origen bajomedieval; se propagó rápidamente, estando extendida en el s. XVI entre todos los pueblos del entorno de Miraballes. Asimismo, desde la misma época se tienen noticias de una próspera cofradía. La edificación primitiva, documentada desde 1566, tuvo sin duda mayor antigüedad y estuvo situada en el despoblado de Udiarraga. En 1581 se encarga el retablo al entallador Guillermo del Puerto; entre 1588 y el final del siglo intervienen en la fábrica artistas como los pintores Juan Ochoa de Madariaga, Juan de Barreneche y Francisco de Mendieta. En 1680 se construye un nuevo retablo a cargo de Juan Alonso de Bidero, Pedro de Laynez y José de Isasi. En 1776, dado el estado ruinoso de la ermita, se decide su reconstrucción en lugar más cercano al caso urbano. Comienza la edificación en 1778 a cargo de Martín de Zabala, bajo supervisión de la traza por Juan de Yturburu, estando terminada tres años más tarde. Estilísticamente responde a una arquitectura barroca culta propia de la segunda mitad del s. XVIII. Destaca la fachada definida por un panel rectangular-vertical enmarcado por pilastras toscanas y cornisa y la espadaña triangular de movimientos curvos que proporciona al conjunto gran personalidad. El Retablo mayor, trasladado desde la antigua ermita, es el citado de 1680 --obra de Laynez y Biadero-- de acentos manieristas. Consta de banco, un cuerpo de tres calles y ático. Cobija la imagen de la titular, talla gótica del s. XIV, tipo Andra Mari, que ha sufrido diversas y desafortunadas restauraciones.