El siglo XVIII. Dos grandes guipuzcoanos destacan en la primera mitad de este siglo: los almirantes Antonio de Gaztañeta, de Motrico, y Blas de Lezo, de Pasajes. Gaztañeta, más bien hombre de ciencia que de milicia, introdujo muchas mejoras en anteriores sistemas de navegación, planeó y construyó varios navíos y fragatas que alcanzaron velocidades no conocidas hasta entonces y dejó escritos sus estudios en varias obras. Por su pericia dirigió las derrotas de las escuadras españolas en varias campañas navales (1684-1701), dirigió la expedición a Sicilia que fue derrotada en cabo Passaro (1718) y consiguió hacer llegar a la Península una gran flota con todo el tesoro de Indias (1727). Blas de Lezo hizo sus primeras armas durante la guerra de Sucesión (1702-13). Durante este conflicto fue herido en numerosas ocasiones, perdiendo la pierna y el ojo izquierdos y quedando inútil del brazo derecho. Aún así realizó una fulgurante carrera, ascendiendo a capitán de navío con tan sólo 25 años. Participó en la expedición a Mallorca (1715), limpió de piratas las costas de Chile y Perú (1723-30), participó en la toma de Orán (1732) y rechazó los ataques de varias escuadras inglesas contra Cartagena de Indias (1740-41), muriendo poco después. Con Lezo y Gaztañeta hizo armas también el tudelano Miguel Sada que alcanzó el almirantazgo. Juan José Navarro de Viana participó en la expedición contra Orán en 1732 y en 1739 recibe el mando de la escuadra de Cádiz, siendo herido en la batalla de Tolón. Escribió varios libros sobre náutica y elaboró un código de señales para dirigir las escuadras. Otros marinos señalados durante las guerras contra Inglaterra de este s. XVIII fueron el azpeitiarra José de Iturriaga, primer director de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, que se distinguió en la defensa de La Guaira y Puerto Cabello (1743); el pamplonés Vicente González-Valor que tomó parte en el combate de Tolón (1744) y murió en la defensa de La Habana (1762); Manuel de Guirior, de Aoiz, virrey de Nueva Granada (1771-75) y de Perú (1775-81) y teniente general de la Armada; Francisco Hidalgo de Cisneros, de Orio; Alberto de Sesma, tudelano; Domingo de Buenechea, vizcaíno..., así como los corsarios labortanos Duler, Etxeberri, D'Albarade y el vizcaíno Pedro de Balparda.