Escritor, político y periodista navarro. Nacido en Viana el 9 de octubre de 1818, muere en Viana el 29 de agosto de 1895.
Tras hacer los primeros estudios en su pueblo natal, cursó filosofía y teología en la Universidad de Santiago, y derecho en Madrid. En 1840 comienza su carrera de escritor y político como redactor de la Gaceta y El Correo Nacional. Todavía ahora se nos muestra Navarro como profundamente anticarlista y enamorado de la figura de Espartero en su poema Luchana (1840). Cesa rápidamente como redactor de la Gaceta, pero su prestigio como escritor y articulista se va afianzando merced a sus colaboraciones en El Español, La España, el Semanario Pintoresco, etc., así como también gracias a sus primeras novelas que se publican en esta época.
Tras haber sido secretario del Gobierno de Álava y oficial del Ministerio de la Gobernación, en 1858 renuncia a todo cargo público para fundar El Pensamiento Español diario de tendencia neocatólica. La evolución ideológica de Navarro culmina ahora cuando se afilia al Partido Carlista, que le lleva a las Cortes como diputado en tres legislaturas (1857, 1865 y 1867) y como senador en una. El paso de su admiración por Espartero a la militancia en el partido carlista sólo tiene una explicación: su acendrado catolicismo. Cuando los vientos revolucionarios soplan cada vez más fuerte y los sectores liberales van culminando su acercamiento a las esferas del poder, las personalidades católicas sólo encuentran una salida: el carlismo. Es lo que ocurre con Navarro y otras personalidades del campo neocatólico como Aparisi, Tejado, Nocedal, etc.
Pronto destaca Navarro como publicista y polemista en pro de la causa carlista. Recordemos el artículo titulado El hombre que se necesita que ejerció gran influencia en los ánimos de muchas personas, y que presentaba la figura de Carlos de Borbón como la necesaria para salir de la "anarquía" en la que se encontraba España. El artículo glosaba y alababa con vehemencia las excelencias y virtudes de la monarquía tradicional y del sentido católico del gobierno. Secretario particular de D. Carlos en 1869, debido a una enfermedad cesó en el puesto al año siguiente. En 1885 sustituyó a Nocedal en la jefatura de la Comunión Tradicionalista de España, pero debido a su avanzada edad y a sus achaques abandonó pronto tal responsabilidad, aunque continuó en su actividad literaria.
Excelente articulista, destacó sobre todo como novelista. Conocido como "el Walter Scott español", su producción novelística no fue suficientemente valorada en su tiempo, debido en parte a su adscripción política, y también a que su obra apareció en un momento en que estaba en pleno apogeo la producción naturalista de Galdós y Pereda. El género novelístico cultivado por Navarro, el histórico, estaba desacreditado, y había sido sustituido por otros más en consonancia con las exigencias de la época. Sin embargo, la calidad de las obras de Navarro Villoslada es indiscutible. En ellas se aúna una gran carga de fantasía con un alto grado de verosimilitud. Ello es debido a la habilidad de Villoslada, a su arte, a su ingenio para retratar las costumbres y el ambiente de situaciones enmarcadas en épocas remotas. Sus obras más conocidas son: Doña Blanca de Navarra. Crónica del s. XIV (1846), Doña Urraca de Castilla (1849), El Anticristo (1845), La dama del Rey (zarzuela, 1856), Vida de San Alfonso de María de Ligorio (1887), así como innumerables artículos y colaboraciones periodísticas y poesías de carácter religioso, satírico o heroico, incluso obras de teatro como la comedia La libertad de prensa.
Es tras la segunda derrota carlista, en plena crisis política de Vasconia, cuando concibe y realiza su obra cumbre, aquélla en la que reconstruye, dentro de los cánones del Romanticismo, el clima político en el que se iba a erigir la primera Monarquía navarra, la de los vascos en el siglo VIII. En 1877 inicia en la revista Ciencia Cristiana la publicación de Amaya o los vascos en el siglo VIII que da forma, color y vida al mito chahoriano de Aitor, el patriarca de los Vascos. Novela de portentosa imaginación en la que se codea con su maestro Scott en muchos de sus pasajes. En reconocimiento de sus méritos se le nombra socio de honor de la Asociación Euskara de Navarra. Los jóvenes que la leyeron quedaron conmocionados. Unamuno mismo nos cuenta la tremenda impresión que en su alma joven produjeron las dos novelas, Amaya de Navarro Villoslada y Blancos y Negros de Campión, sucesivamente. Incluso Domingo de Aguirre se creyó en el deber de dotar a la literatura vasca de una obra de género análogo y escribió su Auñamendiko Lorea [La Flor del Pirineo] en vascuence vizcaíno. Desde 1877, fecha de la publicación, las ediciones se han venido repitiendo sin cesar. Su influencia, profunda en Euskal Herria, transcendió incluso a las literaturas española y francesa. En el terreno teatral podemos mencionar la moderna ópera de Guridi, Amaya, repetidamente llevada a los escenarios del País Vasco y aun de América.
Pérez Galdós, que lo incluye en uno de sus "Episodios nacionales", se refiere a nuestro personaje así:
"No carecía de cierta flexibilidad en el trato, por lo que contaba con buenas amistades en el bando liberal. A primera vista causaba cierta pavura su talla escueta y el color subidamente moreno de su rostro, en el cual boca y ceño nunca fueron apacibles."