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MUTILVA BAJA - MUTILOABEITI

Urbanismo y construcciones civiles

Se trata de una localidad de la Cuenca de Pamplona que hasta hace poco se mantenía en niveles de aldea, pero que se ha visto definitivamente afectada por el crecimiento periférico de Pamplona, de manera que ha aumentado de tamaño de manera espectacular, habiendo cambiado totalmente su fisonomía tradicional.

La entrada a la localidad está jalonada por una vistosa fuente circular de las de surtidor, decorada además con setos y macizos de flores. Delante de la iglesia se abre hoy una moderna plaza semicircular con su kiosko al centro, con viviendas dotadas de soportales y el Ayuntamiento en posición centrada, destacado con balcones y con el escudo del Valle de Aranguren, además del reloj superior y un remate triangular a modo de decorativo frontón. A un lado de esta plaza se ubica el frontón de pelota.

Junto a la iglesia ha sobrevivido a estos radicales cambios la antigua casa parroquial, que es una sencilla vivienda de planta rectangular, dos alturas y tejado a dos aguas, con muros de mampostería sin enlucir y vanos amplios y rectos, puerta y cuatro ventanas, además de un balconcillo central, sobre el acceso. Algo más alejado nos encontramos un edificio de mayor prestancia, con amplia planta rectangular y tres alturas, cubierto con tejado a dos aguas. Los muros van enlucidos y con cadenas de sillar, que se resaltan en volumen y con un hermoso color crema. Presenta ventanas y balcones con labores de forja, y la puerta es de medio punto, flanqueada por otras dos puertas para cocheras, con arcos rebajados en este caso.

Ermitas

Pérez Ollo menciona la ermita de la Ascensión, hoy desaparecida, y que en 1796 Igual de Soria, obispo visitador, denunciaba por su mal estado, ordenando que las imágenes allí custodiadas fueran llevadas a la iglesia parroquial.

Parroquia de San Martín

El origen de la iglesia es medieval sin duda, pero acusa una profunda reconstrucción, operada en el siglo XVII, de mano del cantero Juan de Urrutia. La planta, muy sencilla, consta de una única nave dividida en cinco tramos iguales, de los cuales uno hace las veces de cabecera en testero recto. Una estancia de planta cuadrada adosada a la cabecera por el lado de la Epístola es empleada como sacristía, mientras que por el lado del Evangelio se ubica el cuerpo cuadrado de la torre, con la escalera de acceso al coro y a la propia torre. Dos capillas se abren además a ambos lados a modo de embrionario transepto, y también anotamos el acceso, ubicado en el muro meridional, cobijado por un pórtico moderno sobre pilares. Los muros son de sillarejo menudo e irregularmente escuadrado. Se abren por tres ventanas apuntadas practicadas en el muro meridional, buscando luz y calor, y registramos una más que se abría a la altura de la cabecera por el lado del Evangelio, pero que hoy aparece cegada. Un coro alto se levanta en el hastial occidental, a los pies de la fábrica. Se cubre esta nave con una bóveda de cañón apuntado, dividida en tramos por arcos fajones también ojivales, que cuentan para su apoyo con estribos o contrafuertes exteriores. Se sale de esta norma la cabecera, que es individualizada merced a un tramo de bóveda de crucería simple, cuyos nervios moldurados apean en ménsulas que sobresalen del muro, en el que apean los empujes. La sacristía recibe un simple cielo raso.

Al exterior la iglesia aparece hoy bien individualizada y rodeada de amplio espacio libre, y sólo lleva adyacente la casa parroquial, en el muro de los pies. La torre se adosa al muro del Evangelio, como ya se ha dicho antes, y es un cuerpo menudo de planta cuadrada, que en el cuerpo de campanas evoluciona a octogonal merced al achaflanamiento de sus esquinas, pero que en la parte superior vuelve al cuadrado, facilitando esta transición unas ménsulas de triple rollo. Se perfora mediante dos huecos alargados para las campanas, adintelados y reforzados por ménsulas cóncavas, y se remata mediante tajado en pabellón. Un pórtico de obra sobre pilares y con tejado simple sobre estructura de madera cobija la puerta, que es un sencillo arco de medio punto doblado y sin moldurar, que apea en pies derechos con capiteles moldurados.

Al interior, el retablo mayor de San Pedro es una obra de diseño y traza modernos, que ha reaprovechado imágenes anteriores. Anotamos dos relieves romanistas de San Pedro y San Pablo, muy miguelangelescos, sendos lienzos de San Francisco Javier y Santo Tomás de Aquino del XVII, Una escultura de bulto de San Antonio Abad, barroco del XVII, un San Pedro sedente y ataviado como pontífice, renacentista del XVI, que se acompaña de sendas pinturas que abundan en la iconografía del santo, con la Predicación y el Martirio de San Pedro, un San Isidro moderno y el sagrario renacentista, obra del siglo XVI.

En el muro del Evangelio cuelga un Crucificado renacentista, muerto y con la cabeza ladeada, y con anatomía correcta y bien trabajada. En la capilla del lado de la Epístola, por otro lado, encontramos el retablo de la Inmaculada, neogótico pero que reutiliza una talla de bulto redondo de San Miguel, renacentista del XVI. También anotamos una pila bautismal medieval, con fuste corto cilíndrico y taza oval con decoración en base a arquitecturas, crucecitas y aspas. Como es habitual, en la sacristía se custodian piezas de platería.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)