Situada cerca del antiguo camino real que unía Durango y Elorrio se encuentra la Casa-Torre de Muntsaratz, uno de los edificios más emblemáticos de toda Bizkaia. Se trata de un edificio que presenta peculiaridades significativas que lo hacen ir más allá de las edificaciones más tradicionales relacionadas con la lucha de bandos, con lo que algún autor la ha calificado como Torre-Palacio, enmarcándola en una realidad posterior al apogeo banderizo. Esto lo demuestra la tipología de las plantas bajas, que corresponderían al primer período constructivo del actual edificio, pudiéndose datar en la primera mitad del siglo XVI con un estilo gótico-renacentista, y una posterior reforma de los últimos pisos, que se fecharía hacia 1595, con una factura ya plenamente renacentista y clara influencia italiana.
Es un edificio en forma de cubo, con sillería al exterior sobre todo en los tres primeros pisos y cubierta a cuatro vertientes, destacando por encima de todo la loggia y la galería que lo rematan. Esta última parte cambia por completo la visión de la torre, dándole un toque más aristocrático, huyendo del aspecto defensivo de la parte baja. La loggia está compuesta por dos series de arcadas de medio punto sobre columnas toscanas, cada una de ellas en fachadas contrapuestas (este y oeste) y la galería superior aporta un aire más rural al utilizar la madera y el ladrillo como materiales principales. Su acceso se presenta a ras de suelo enmarcado en un arco de medio punto con dovelas de gran tamaño, sobre el que se sitúan un escudo y una inscripción con caracteres góticos. Los vanos son realmente escasos, desordenados y de varios tipos, destacando los que se pueden enmarcar en la tradición gótica.
El Palacio Uribarrena es otro elemento artístico destacado de esta barriada. Claramente barroco, destaca por sus vanos adintelados (en el último piso son de tipo ojo de buey) y bien enmarcados en torno a tres ejes, su fachada de sillería y la división de sus tres alturas por línea de impostas. Presenta escudo sobre el ingreso y varias inscripciones una de las cuales lo fecha en la última década del siglo XVII.
Con respecto a los caseríos cabría hablar de dos elementos de muy bella factura. Por una parte el Caserío Xatena enmarcado dentro de la tipología de Estructura de postes, es un edificio exento y bifamiliar fruto de una reconstrucción realizada el siglo XX que combina la mampostería y sillería con el ladrillo y la madera y posee escudo de armas en el centro de la fachada. El otro sería el Caserío Arbetxe de tipo de muros portantes y soportal arquitrabado, que daría una datación entre los siglos XVII y XVIII y que posee, adosados a uno de sus muros dos arcos, uno de medio punto con dovela y otro conopial, que podrían pertenecer a caseríos de tipología gótico-renacentista ya desaparecidos.
Las ermitas son un patrimonio importante en todo el territorio de Abadiño y en el barrio de Muntsaratz se encuentran algunas de las más significativas. Destaca por encima de todas Andra Mari de Muntsaratz, edificio que en su tiempo perteneció a la Torre de Muntsaratz y que la actual es del año 1791. Es una construcción de mampostería principalmente con tres vanos de medio punto y cubierta a triple vertiente. Lo más destacado son la estela y la lápida que se encuentran en su interior, posiblemente plenomedievales, ambas con inscripciones, aunque no hay un criterio definitivo a la hora de datarlas. Cabe destacar también una Andra Mari del siglo XVI. San Antolín de Muntsaratz y la Ermita de San Vicente son otros dos buenos ejemplos de edificios religiosos rurales eremíticos.
Manu CASTAÑO GARCÍA
Es un edificio en forma de cubo, con sillería al exterior sobre todo en los tres primeros pisos y cubierta a cuatro vertientes, destacando por encima de todo la loggia y la galería que lo rematan. Esta última parte cambia por completo la visión de la torre, dándole un toque más aristocrático, huyendo del aspecto defensivo de la parte baja. La loggia está compuesta por dos series de arcadas de medio punto sobre columnas toscanas, cada una de ellas en fachadas contrapuestas (este y oeste) y la galería superior aporta un aire más rural al utilizar la madera y el ladrillo como materiales principales. Su acceso se presenta a ras de suelo enmarcado en un arco de medio punto con dovelas de gran tamaño, sobre el que se sitúan un escudo y una inscripción con caracteres góticos. Los vanos son realmente escasos, desordenados y de varios tipos, destacando los que se pueden enmarcar en la tradición gótica.
El Palacio Uribarrena es otro elemento artístico destacado de esta barriada. Claramente barroco, destaca por sus vanos adintelados (en el último piso son de tipo ojo de buey) y bien enmarcados en torno a tres ejes, su fachada de sillería y la división de sus tres alturas por línea de impostas. Presenta escudo sobre el ingreso y varias inscripciones una de las cuales lo fecha en la última década del siglo XVII.
Con respecto a los caseríos cabría hablar de dos elementos de muy bella factura. Por una parte el Caserío Xatena enmarcado dentro de la tipología de Estructura de postes, es un edificio exento y bifamiliar fruto de una reconstrucción realizada el siglo XX que combina la mampostería y sillería con el ladrillo y la madera y posee escudo de armas en el centro de la fachada. El otro sería el Caserío Arbetxe de tipo de muros portantes y soportal arquitrabado, que daría una datación entre los siglos XVII y XVIII y que posee, adosados a uno de sus muros dos arcos, uno de medio punto con dovela y otro conopial, que podrían pertenecer a caseríos de tipología gótico-renacentista ya desaparecidos.
Las ermitas son un patrimonio importante en todo el territorio de Abadiño y en el barrio de Muntsaratz se encuentran algunas de las más significativas. Destaca por encima de todas Andra Mari de Muntsaratz, edificio que en su tiempo perteneció a la Torre de Muntsaratz y que la actual es del año 1791. Es una construcción de mampostería principalmente con tres vanos de medio punto y cubierta a triple vertiente. Lo más destacado son la estela y la lápida que se encuentran en su interior, posiblemente plenomedievales, ambas con inscripciones, aunque no hay un criterio definitivo a la hora de datarlas. Cabe destacar también una Andra Mari del siglo XVI. San Antolín de Muntsaratz y la Ermita de San Vicente son otros dos buenos ejemplos de edificios religiosos rurales eremíticos.
Manu CASTAÑO GARCÍA