Pintoreak

Montalbán Garrido, Luis

Pintor nacido en Granada en 1930 y residente en Bizkaia desde 1956.

Con amplia experiencia en los campos de la acuarela y el óleo ha expuesto sus obras en numerosas exposiciones desde 1960 tanto colectivas como individuales. Ha obtenido asimismo diversos premios desde 1951. Destacan algunas de sus obras como Altos Hornos de Vizcaya, Muelle de Portugalete y Somorrostro.

Luis de Castresana, (Bilbo, 1974), lo ve así:

"A su retina selectiva y sensible, a su buena óptica a la hora de escoger un paisaje que en sí mismo ofrezca una carga de encanto y sugerencia, Montalbán añade lo que solamente un auténtico artista puede añadir: su don de transfiguración, su técnica honda y depurada que él domina en todos sus resortes y capacidades expresivas, su rica materia tan sabiamente colocada en el lienzo, y su interpretación paisajística que es siempre fiel a la realidad y es siempre, al mismo tiempo, personal".

Ángel Marrodán (Bilbo, 1974):

"Óleo, en el cual se va acreditando, oficiando, transparentándose, contribuyendo así a su formación integral de pintor. En estos paisajes geometrizantes, donde aparecen para mayor encanto las graciosas siluetas de unas figuras entrevistas, interpretadas con trazos insinuantes, sobresale el dominio de la construcción y el predominio instintivo (aunque sea parcial en su ubicación) de los blancos que poematizan el cuadro, equilibrando el conjunto. Montalbán es el pintor del blanco, pareciendo que nos transmite el albo aroma del color. Destaca en él -junto a una gran limpieza compositiva- el puro contenido y las formalidades de sus hechuras. Montalbán matiza mucho, domina la perspectiva, maneja con gusto y habilidad los tonos, logra darnos la emoción íntima sentida a través de efectos ópticos, armónicos y estéticos, sabe poner serenidad y placidez sin estridencias ni coloristas ni compositivas, siendo capaz de captar plásticamente los ritmos y cromatismos del entorno que pinta".

Alberto G. Etxarte, (Bilbo, 1974):

"Lejos de toda pintura de distorsión, los lienzos de Luis Montalbán, por su planteamiento interpretativo, por la intención de un dialéctica artista-espectador no exenta de poesía, tienden a producir una grata sensación de serenidad, libre de convencionalismos agobiantes, cuya técnica se halla en todo momento subrayada por la función armoniosa del pintor íntimo y sosegado, muy capaz de haber orientado su creatividad hacia la obra prevista inteligentemente".