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MATAMOROS-BURZACO

La historia de este barrio arranca de la explotación, en la segunda mitad de siglo, de la mina de hierro ubicada en el lugar que Basterra describió de esta forma: «La masa de mineral de Matamoros, separada de la de Triano por el barranco Granada, es también de importancia, constituyéndola en su mayor parte rubio o hematites parda, sin que por eso deje de haber algunas cantidades de vena, rubio avenado y hierro espático a cierta profundidad, pero falta por completo el campanil. La longitud de esta masa, medida de NO. a SE., es próximamente de 2.000 metros, en ella es donde se han encontrado más grandes espesores en la masa mineral, habiéndose reconocido en algunos sitios que pasa de 70 metros la potencia de la masa». La llegada de inmigrantes a Vizcaya ocasionó, pues, la creación de un importante núcleo humano de origen por lo general extremeño y castellano. Un artículo del «Noticiero Bilbaíno» del 13 de marzo de 1881 nos da cuenta del impacto causado en el municipio con la llegada de estos nuevos habitantes: «El concejo de San Salvador del Valle, uno de los siete del valle de Somorrostro, al hacerse el censo de población de 1860 contaba 798 almas y al hacerse el de 1877 contaba 1.009. Con posterioridad a esta fecha, en una localidad llamada Matamoros y completamente desierta se ha formado una barriada tan populosa que cuenta ya sobre 2.000 almas, que habitan en su mayor parte en edificios de carácter provisional porque toda aquella población no tiene más elemento de subsistencia que la explotación minera desarrollada prodigiosamente en sus cercanías en estos últimos años. El terreno en que esta población se ha erigido se considera proindiviso, o sea, perteneciente no a determinado municipio, sino a todos los del valle de Somorrostro, incluso la villa de Portugalete, pero por su proximidad al concejo de San Salvador tiene éste la jurisdicción municipal de Matamoros, si bien con la condición de que ha de dar a los demás municipios participación en los productos de consumo de tan populosa barriada. Si la población de Matamoros es de 2.000 almas, el número de fogueras, calculando cada una de cinco individuos, sería de 400; pero, teniendo en cuenta la índole de la población, supondremos a aquella barriada sólo 300 fogueras o vecinos cabeza de familia, que vienen a ser el doble de los que tiene el concejo propiamente dicho, o sea la población permanente y arraigada que cualesquiera que sean las vicisitudes que experimente la explotación minera, único elemento como ya hemos dicho de subsistencia de la nueva población de Matamoros, han de permanecer donde secularmente han permanecido. Ahora bien, si los vecinos de Matamoros, a cuya población podemos llamar accidental, tienen el derecho electoral como los demás vecinos del concejo, éste quedará anulado, aplastado en las elecciones municipales bajo el sufragio de aquella barriada, o hablando más claro, el concejo de San Salvador del Valle no tendrá más concejales ni más administración municipal que la que quiera la barriada de Matamoros, que en lugar de Matamoros podrá llamarse en el sentido administrativo «Matasanvadoreños», y el día en que por cualquiera circunstancia disminuya o se paralice por completo la explotación minera, la población accidental de aquella localidad levantará sus ligerísimas pertenencias y desaparecerá diciendo al concejo de San Salvador «ahí queda eso». Ese «eso» serán por ejemplo edificios de condiciones permanentes como iglesia, escuelas, etc., costeadas por todo el concejo y completamente inútiles para el concejo desde el momento en que Matamoros quede despoblado. Ahora preguntamos nosotros: ¿No es verdaderamente conflicto grave éste que hoy preocupa a los verdaderos habitantes de San Salvador del Valle? ¿Hay medio de evitar este conflicto conciliando justa y racionalmente el bien de los vecinos de Matamoros con el de los vecinos del concejo propiamente dicho? ¿No se pudiera hallar esta conciliación en el mismo estado de proindivisa que tiene la localidad de Matamoros? Exponemos sencillamente el hecho para que nuestras autoridades superiores puedan tomarle en cuenta y por sí, o acudiendo para ello al gobierno supremo, resuelvan esta gravísima cuestión». Ni Somorrostro ni Portugalete querían hacerse cargo de una barriada populosa y extraña al país que había ido formándose ilegalmente y en territorio no demasiado deslindado. La anexión a San Salvador del Valle tuvo lugar en 1885, cuando contaba con 1.163 h más unos 400 menores de 16 años ya nacidos en el lugar. El lugar de nacimiento de esta población era en esos años: 1.-Burgos: 382. 2.-Soria: 187. 3.-Vizcaya: 92. 4.-Logroño: 86. 5.-Navarra: 66. 6.-León: 66. 7.-Santander: 64. 8.-Alava: 60. 9.- Palencia: 39. 10.-Guadalajara: 20. 11 .-Oviedo: 20. 12.-Zaragoza: 19. 13.-Lugo: 10. 14.-Valladolid: 10. 15.-Guipúzcoa: 8. 16.-Madrid: 7. 17.-Segovia: 4. 18.-Zamora: 4. 19.- Teruel: 3. 20.-Huelva: 3. 21 .-Córdoba: 2. 22.-Salamanca: 2. 23.-Avila, Sevilla, Albacete, Murcia, Huesca, Barcelona y Cáceres: 1 . El agotamiento ya en nuestros días de la mina, trajo como consecuencia prevista la casi desaparición de la entidad.

Ainhoa AROZAMENA AYALA