El Obispo de Marsella. Uno de ellos es el obispo de Marsella, Enrique Francisco Javier de Belzunce, de los Castel More o Castel Moron, rama originaria de Macaye. Este ilustre prelado había nacido en el castillo de la Force en el Perigord, el año 1671, siendo nombrado en 1719, obispo de Marsella. Estuvo al frente de su diócesis durante la terrible epidemia de peste que azotó la ciudad desde 1720 al 1721, causando cincuenta mil víctimas. Belzunce se destacó por su energía en la organización de los socorros y su caridad para con los atacados por la enfermedad. Murió en esta misma ciudad en 1755 dejando varias obras, entre ellas Antigüedad de la villa de Marsella y la sucesión de sus obispos de 1747 a 1751, en tres volúmenes. Ante el pórtico de la catedral de Marsella se alza el monumento levantado en 1852 para perpetuar su memoria por el consejo municipal de la villa, Mr. de Chanterac, Mgr. de Macenod, obispo de Marsella y el vizconde de Suleau, prefecto del departamento. La placa conmemorativa dice lo siguiente: «A Mgr. de Belsunce, para perpetuar el recuerdo de su caridad y entrega durante la peste que desoló a Marsella en 1720».