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Frontera militar. Según A. Barbero y M.Vigil (Sobre los orígenes sociales de la Reconquista. Barcelona 1988) y antes según J.M Blázquez (en Actes du IX Congrés International sur les frontières romaines. Bucarest-Köln- Wien, 1974) hubo un limes en el norte de la Península Ibérica durante, al menos, el siglo IV d.C y comienzos del V. La hipótesis está basada en le Notitia Dignitatum Occidentis que informa del asentamiento de tropas comitatenses (moviles) y tropas limitanei, estas últimas en el norte de Hispania, en los siguientes lugares: León, sede de la Legio VII Gemina, Rosino de Vidriales (Paetonio) campamento de la Cohors II Flavia Pacatiana, el lugar, no identificado, del asentamiento de la Cohors II Gallica, Lugo, sede de la Cohors Lucensis, A Coruña (Brigantia) desde donde se traslada la Cohors Celtibera a Retortillo de Cantabria (Iulóbriga), Iruña de Álava (Veleia), campamento de la Cohors I Gallica equitata quingenaria y, ya en la Gallia, Baiona (Lapurdum) donde se acantonaba la Cohors Novempopulana. La función de esta línea defensiva, para los autores antes citados, sería la del control de los pueblos del norte de Hispania, escasamente romanizados, y también el control de las minas. Para A.Barbero y M.Vigil, el limes se mantendría durante la época visigótica y la conquista musulmana se detendría ante él, salvo en los primeros momentos.

A fines del siglo XX prácticamente ningún investigador admite la existencia de ese limes romano en el norte de Hispania. No hay pruebas arqueológicas inequívocas. Para muchos autores no existió el limes por no ser necesario y, además, la actividad aurífera cesó en el siglo III d.C. De haber existido el limes este hubiera sido eficaz contra las invasiones germánicas y no se hubiera creado la provincia de Gallaecia, en época de Diodeciano, por encima de la línea defensiva. Para L.R. Martínez Bueyes, las tropas citadas en la Notitia serían, de corresponder al siglo IV y no a tiempos anteriores, en el mejor de los casos, una especie de policía, asentada en ciudades que se fortifican entonces, en una época de auge económico, a pesar del abandono de la minería aurífera, auge evidenciado por la vitalidad del comercio marítimo en el Cantábrico.