Iglesia parroquial de San Pedro. Construcción de mampostería; una espadaña situada a los pies del templo, con dos huecos, sirve de campanario; formando línea con ella, pórtico de tres arcos de medio punto, con sólo el central para acceso. El templo, de planta rectangular, cubre su única nave con bóveda de línea barroca; el retablo central es de estilo churrigueresco, al igual que el del lado de la Epístola, donde recibe culto la imagen de la Dolorosa; en el lateral del Evangelio, altar dedicado a la Virgen del Carmen.
La fábrica de esta iglesia tiene planta rectangular con la cabecera más reducida, los tres tramos de la nave se cubren con bóvedas de lunetos mientras que el de la cabecera lo hace con una de aristas. La sacristía es cuadrada y esta cubierta por una bóveda esquifada de la primera fase constructiva del templo. Al exterior destaca el pórtico de tres arcos de medio punto, dos de ellos cegados, cubiertos por tres tramos de bóveda de arista. Sobre este pórtico se levanta una espadaña de dos vanos de campanas. La construcción de esta iglesia pasó por varios momentos, hacia finales del siglo XVII se reedificaba con las aportaciones hechas por los capitanes don Diego de Berrio y su sobrino don Andrés de Berrio. Esta obra fue realizada por los canteros Francisco de Menoyo y Francisco de Elejalde, y el carpintero Antonio de Berrio, los trabajos se terminaron en 1698. A mediados del siglo XIX la fábrica amenazaba ruina según informaba en 1846 el orduñés Juan Bautista de Aldasoro maestro de obras de la Real Academia de San Fernando. El mismo años los canteros Francisco de Barredo, Ramón del Río y Antonio de Menoyo hacían importantes reformas en las bóvedas, arcos y pilastras.
El retablo mayor es una buena obra barroca en su fase churrigueresca, es de tipo hornacina, ocupa la cabecera y esta formado por banco, cuerpo principal dividido en tres calles por columnas salomónicas y ático semicircular. Está presidido por San Pedro en cátedra y flanqueado en sus calles laterales por las tallas de San Diego de Alcalá y San Andrés. La decoración es abundante, toda ella de carácter vegetal, rosetas, hojarasca carnosa, guirnaldas y fruteros entre otras. Al igual que los laterales este retablo fue realizado en 1702 por Martín de Echevarria arquitecto de Orduña, gracias a las aportaciones realizadas desde Méjico por don Diego de Berrio. El uno de marzo de 1712 el pintor-dorador Juan Antonio de Jáuregui contrataba la policromía de este altar. Además de sus magníficas labores estofadas pintó el lienzo de la Virgen y San Juan del Calvario, una obra sorprendente para ser de un pintor local. Los retablos laterales son gemelos y del mismo estilo que el mayor estuvieron dedicados a la Virgen del Rosario y a San Bartolomé aunque en la actualidad tienen como titulares a la Virgen del Carmen y a la Milagrosa, imágenes modernas.
Fernando BARTOLOMÉ GARCÍA
Arquitectura civil
Las construcciones de Lendoño de Arriba no presentan interés artístico por ser de carácter popular, levantadas en su mayoría en el siglo XIX. Sólo hay una casa interesante, que tiene una ventana geminada de arcos apuntados, pero está en ruinas. Tal vez podría tratarse de los restos de un caserío gótico-renacentista.
Aintzane ERKIZIA MARTIKORENA (2007)