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LEIOA

Parroquia. Su aparición administrativa corre pareja con su erección en parroquia en 1526, siendo antes mero barrio de Erandio. A comienzos del s. XVII, en las elecciones generales del personal de regimiento general del señorío de Vizcaya, Lejona votaba a favor de la parcialidad oñacina.

Discriminación lingüística. En el año 1624 no fue admitida en la Junta general del Señorío de Vizcaya la representación de Leioa, así como las de otras anteiglesias por no reunir los procuradores las condiciones que estipulaban que debían saber leer y escribir y entendiesen en lengua castellana.

Movilizaciones marítimas. Ante la posibilidad de un ataque de naves holandesas, que no se había de producir, la Junta general del Señorío de Vizcaya, en reunión celebrada el 17 de abril del año 1624, decidió fortificar los puertos y costas del señorío y nombrar capitanes en todas las villas y anteiglesias de Vizcaya. Para Leioa, así como para Erandio, fue nombrado capitán el diputado general don Pedro de Urasandi. Estos nombramientos de capitanes y oficiales originaron un pleito entre las villas y el señorío, pues ya estaba anteriormente establecido que en caso de guerra los capitanes de las villas fueran sus respectivos alcaldes, dando lugar a que el rey Felipe IV revocara los nombramientos en noviembre del citado año. En el año 1637 el señorío de Vizcaya acordó proceder a la formación de un tercio de mil hombres, respondiendo a una petición de tropas, con destino a la guerra que en esta época sostenían Francia y España, formulada por el rey Felipe IV. Con este fin se procedió a un repartimiento de soldados entre todas las localidades de Vizcaya, correspondiéndole a Lejona aportar siete hombres [E. J. L.: "H. G. S. B.", t. V, p. 260]. Entre las medidas preventivas contra un posible ataque de naves francesas a las costas vizcainas, figura la adoptada por el señorío el 20 de abril del año 1639, por la que se designaba los lugares a los que debían acudir las gentes armadas de las localidades del interior de Vizcaya en caso de alarma. A los de Leioa, así como a los de Sondica, Leioa, Erandio y Berango se les indicó que acudiesen en socorro de Algorta y Guecho [E. J. L.: "H. G. S. B.", t. V, p. 281]. Para fortificar la costa, fue requerida en abril del año 1703 por el gobierno del señorío de Vizcaya la ayuda de los vecinos de Leioa, así como la de los de Erandio, Gatica, Santurce, Portugalete, Guecho-Algorta y otras localidades aledañas. La colaboración debía consistir en tres jornadas de trabajo o de jornal, recibiendo a cambio cada vecino una pequeña ayuda [E. J. L.: "H. G. S. B.", t. VI, p. 15].

Leioa en el siglo XVIII. En el año 1704 Leioa contaba con ochenta y seis hogueras, según se desprende de un fogueramiento efectuado en el citado año en todo Vizcaya, decretado por la Junta general del señorío con fecha 28 de junio, a fin de poder hacer los repartimientos de los gastos generales del señorío [E. J. L.: "H. G. S. B.", t. VI, p. 24]. La anteiglesia de Leioa tenía en el año 1740 una gabarra de ciento cincuenta quintales de cabida, según se desprende de una inspección de todas las embarcaciones que existían en los puertos del señorío de Vizcaya, efectuada en el citado año [E. J. L.: "H. G. S. B.", t. VI, p. 227]. El 16 de julio del año 1754 y a instancias de una orden real, la Junta general del señorío de Vizcaya decidió formar un contingente de ciento setenta marineros para la Armada real y pedir a los pueblos de la costa y sus aledaños una lista de la gente de mar. Leioa y otros pueblos cercanos al litoral se mostraron disconformes con esta decisión, manifestando que sus vecinos vivían de la tierra y que no poseían gente de mar. A pesar de la protesta la junta dio el plazo de cuatro días a partir de la terminación de las juntas para que tanto los puertos como las localidades disconformes presentaran la relación solicitada. En abril del año 1757 Leioa contribuyó con un marinero en la formación de un contingente de marinería con que el señorío de Vizcaya sirvió a la Armada real, con destino al Ferrol [E. J. L.: "H. G. S. B.", t. VI, p. 325]. En una relación de los hombres de mar que tenía Vizcaya, efectuada en el año 1760, Leioa figuraba solamente con dos grumetes [E. J. L.: "H. G. S. B.", t. VI, p. 338]. En 1760 esta localidad tenía como personal de mar a 2 grumetes. Este dato está sacado del escrutinio que se celebró para formar el registro de la gente de mar que había en el señorío. Tal acto se efectuó en las Juntas generales de Guernica del mes de julio [E. J. L.: "H. G. S. B.", t. II, p. 338]. Esta población aportó un grumete a la tripulación del nuevo barco, botado en Guarnizo a comienzos de 1767 y denominado San Juan Nepomuceno [E. J. L.: "H. G. S. B.", t. VI, p. 376].

Guerra de la Convención. El 25 de agosto de 1794, los 25 soldados de Leioa llegan a Ondárroa, con el fin de ayudar a su defensa contra un posible ataque francés.

Primera guerra carlista. La preparación previa del levantamiento hizo que en 1833 tuvieran los carlistas a sus contingentes preparados. Estaba, pues, ya lista la "División de Vizcaya", distribuyéndose los voluntarios en 8 batallones.Leioa figuró en el 3.° de Vizcaya, junto con Munguía y Erandio y puede decirse que la mayor parte de los hombres movilizados en esta anteiglesia quedaron encuadrados en él. Según Guiard, el ejército del Norte, comandado personalmente por el general Espartero y compuesto de 15.000 hombres, partió de Portugalete y el 1.° de diciembre de 1836 pasó a la ribera derecha del Nervión, a la altura de Luchana. Su idea era atacar a las fuerzas carlistas atrincheradas allí, tomar el fuerte Banderas situado en las alturas de Deusto y liberar a Bilbao del tremendo asedio a que estaba sometido. Leioa sirvió en esta acción de centro de operaciones para el asalto a Banderas.

Segunda guerra carlista. El historiador Pirala al referirse a este episodio del sitio de Portugalete (1873-1874) nos dice que: "También rompieron los carlistas el puente de Lamiaco, lo que no se hubiera efectuado a no tener la marina abandonada la ría, en la que eran fusilados los viajeros que iban embarcados, y como se propusieron los carlistas impedir la comunicación fluvial, ni aun de amparo servía la bandera roja, y llevándola un barco por conducir heridos, les aumentó el fuego que hicieron. Ningún buque pasaba sin recibir descargas desde Axpe y enfrente de Olaveaga...". En cuanto al puente de Lamiaco, roto según Pirala para impedir que pudieran los liberales volver nuevamente en ayuda de Portugalete, es sin lugar a dudas el que comúnmente se denomina "puente del Matadero", ya que para esta segunda guerra el saneamiento de la vega de Lamiaco era ya un hecho. El sitio de Portugalete comenzó en julio de 1873 y terminó con la capitulación de la plaza, el 21 de enero de 1874. Brea relata así los últimos días del asedio: "El día 29 de diciembre (1873), a las siete de la mañana, rompióse el fuego por los carlistas sobre la goleta, la iglesia y demás defensas de tierra. Los días 30 y 31 se reprodujo el fuego de 12 a 3 de la tarde, habiéndose logrado quebrantar bastante la torre de la iglesia, desde la que tiradores escogidos molestaban y hacían muchas bajas en el campo carlista por su dominante situación. El 31, se pudo incendiar una casa-cuartel de Cazadores de Segorbe, pero el incendio fue apagado al poco tiempo. En cambio, se destruyó uno de los cuerpos de guardia de la fonda. A la vez empezóse a construir por los carlistas una nueva batería en las alturas de Lejona (en el lugar denominado popularmente "La Boronita", en Gaztelueta), para batir en mejores condiciones a la goleta. También los liberales con sus disparos habían hecho necesaria la recomposición de casi todas las baterías carlistas, distinguiéndose por la certeza de aquéllos la goleta citada y el vapor "Gaditano" que tomó parte en el combate del día 31, excusando decir que la infantería no cesaba de disparar una contra otra desde sus atrincheramientos. El día 1.° de enero se pasó sin fuego de cañón, dedicándose ambas tropas contendientes al arreglo de sus respectivos desperfectos, bajo la febril actividad del general Andéchaga por los carlistas. El día 2 a las 11 de la mañana, intimóse la rendición a la plaza por el general Dorregaray, siendo rechazada la propuesta por el gobernador de la misma que lo era don Amós Quijada, más tarde general de división, teniente coronel entonces del batallón de Cazadores de Segorbe. En vista de esto, rompióse el fuego por todas las baterías, batiéndose en brecha la torre de la iglesia, la cual al anochecer perdió el encofrado de madera de su techo, viéndose precisados sus defensores a habilitarlo de nuevo con sacos de tierra. La "Buenaventura" tuvo muchos desperfectos, dedicándose a ella solamente tres de los cañones de las baterías del Cristo y Sestao (no hace referencia aquí a la batería colocada en Gaztelueta precisamente para atacar a la goleta). El cañón liberal de la casa de los Pellos fue reducido a silencio. Los cañones carlistas hicieron un total de 300 disparos. Siguió el combate y el día 5 un proyectil carlista hizo desplomarse con estrépito la quebrantada linterna de la torre, acompañando al fuego de sus antiguas baterías el de la nuevamente construida en San Roque. Para conseguir aquel resultado se calcula haber disparado a la torre de 400 a 500 proyectiles. La escasez de éstos hizo que, por orden de Dorregaray, se fundiesen balas a toda prisa en Alonsótegui y Castrejana. El día 5 se arrojaron a la villa 150 proyectiles. El fuego de las baterías de Sestao tuvo que suspenderse por haber destruido sus parapetos la artillería liberal. Por la derecha de la ría adelantaron también los trabajos carlistas, habiéndose terminado una batería en el alto de Lejona, a 120 ms. de la plaza. (Evidentemente es un lapsus, porque el alto de Lejona, Gaztelueta, está situado no a 120 ms. sino a una distancia diez veces mayor por lo menos de Portugalete). El día 6 el fuego de la batería de Las Arenas se hizo más vivo y preciso a favor de una nueva batería que se construyó en un saliente de la costa, situado próximamente a mitad de distancia de Lejona y de la plaza (querrá decir de la parroquia de Lejona y aún hay cierta exageración). Al amanecer del día 7 reanudóse con igual tenacidad por ambas partes el fuego, en medio del cual dedicáronse los carlistas a la construcción de una batería más próxima en la vertiente de Lejona (¿sería al pie de la colina de Gaztelueta?), consiguiendo por último hacer completamente inhabitable la torre de la iglesia por destrucción absoluta de sus defensas. Después de varios días de incesante tiroteo por ambas partes, a las 11 de la mañana del día 21 de enero de 1874 reunió consejo el gobernador de la plaza, Quijada. Oyóse el ilustrado informe del capitán de ingenieros, quien expuso, en resumen, que los edificios de la iglesia y escuela, sirviendo de constante blanco a la artillería carlista durante 28 días, se habían hecho insostenibles; que el edificio de la fonda se hallaba en ruinas; que las casas del Cristo, poco menos, y por lo tanto que había de reducirse la defensa a las viejas y destartaladas casas de la población. En vista de esto, propúsose suspensión de hostilidades al general carlista Dorregaray, y capitulación al mismo, en la noche del referido día 21 ...". En esta época (verano 1874), se levantaron también sobre territorio lejonés los dos fuertes de Artaza y Gaztelueta. El primero, del que aún se conserva un lienzo de muralla, se erigió en Artaza para dominar la carretera de Asúa a La Avanzada. Por allí habían sido hostilizados frecuentemente los liberales por partidas carlistas que procedían de Algorta. Durante muchos años sirvió luego de vivienda al popular personaje lejonés Lucas Bilbao y, por esta circunstancia, se le conocía por el "castillo de Lucas". El segundo, se edificó en Gaztelueta, donde antaño tenía su finca el conocido naviero don Antonio Menchaca, y donde actualmente tiene su sede el Colegio del "Opus Dei". En el mes de abril de 1875 se produce el último hecho de armas que tiene estrecha relación con los dos fuertes de nuestra anteiglesia natal. Es el asalto al castillo de Axpe llevado a efecto por las tropas carlistas en la noche del 12 de abril. En diciembre, el jefe de los carlistas establecidos en la zona comandó el asalto de la casa cural al grito de ¡abajo los negros! ¡viva la religión! (Cfr. Basañez, J.: Lejona anteiglesia vizcaina, Bilbao, 1971).

Representantes en Juntas Generales. De 1870 a 1876 representaron a Leioa en Guernica: José Ramón de Mendieta, Juan de Aurrecoechea, Juan Manuel de Aqueche y Francisco de Zárraga, para las asambleas de 1870; Juan Antonio de Arechavaleta, Juan Manuel de Aqueche, José Ramón de Arteche y Miguel de Loredo, para las de 1872 (de 1872 hasta el final de la segunda guerra carlista, no hubo Juntas), y para las de 1876, José Antonio de Mezo y Goiri, Bernardo de Jáuregui y Sagarduy, Gabriel de Bilbao, Justo de Alzaga y Juan de Jáuregui.

Primer acta municipal (1889). En el archivo lejonés no se encuentran documentos ni libros de actas anteriores a 1889, registrándose la primera sesión el 15 de diciembre de este año, bajo la presidencia del alcalde Juan José de Iturralde junto con los concejales Francisco Udondo, Bernardino Zárraga, Simón Uriaguereca y, como secretario, Eleuterio Ugarte. Para este año una nueva entidad se había incorporado al municipio lejonés: el barrio de Lamiako, que fue playa, marisma y arenales, antes de las obras de canalización del Nervión.

Guerra de 1936-1939. Durante la guerra del 1936 permaneció en poder de las fuerzas leales a la República, sufriendo diversos bombardeos de la aviación nacional, hasta su ocupación el 17 de junio de 1937 por la Brigada Mixta "Flechas Negras".