Aviador francés nacido en Billancourt (Seine) en agosto de 1872. Comenzó siendo un enamorado del naciente automovilismo imitando las hazañas de León Serpollet. Se destacó en la carrera París-Burdeos y París-Madrid interrumpida en Burdeos, a causa del número de víctimas. En marzo de 1910 se anunciaba una fiesta aviatoria a cargo de Le Blon y Plaisetty. El viernes 25 de marzo hizo Le Blon en Croix d'Hins su último vuelo en tierra francesa. El primer vuelo en Donostia-San Sebastián fue el día 27 a las 12,30 de la mañana. El 29 por la tarde, segundo vuelo, cayó al mar pero resultó ileso. La tercera experiencia la realizó el día 30. Y la cuarta, anunciada para el día 31, no llegó a efectuarse a causa del viento. El día 1 de abril fue obsequiado el aviador con un banquete en el hotel de Londres quien, agradecido, les prometió otro vuelo para el día siguiente. Aquella noche cayó sobre Donostia una nevada, y, a pesar de ello, Le Blon anunciaba el vuelo para las cinco de la tarde, personándose en el hangar instalado en Ondarreta. Le Blon quiso hacer un ensayo preliminar para conocer el estado del motor antes de la emocionante experiencia anunciada. Llegó a remontarse hasta la altura de Igeldo. No se había dado aviso a los servicios de salvamento como en días anteriores ante la improvisada prueba. Se lanzó sobre la bahía a las tres y media de la tarde. Volaba a unos 35 metros y a unos 65 km. por hora. Solamente salió para custodiarle el canoa-automóvil del señor Urcola. El accidente en que perdió la vida, y tanta conmoción causó en el país, ocurrió a las 3,31. A la altura del pico del Loro -después de haber recorrido el trecho entre Ondarreta y el Casino y de virar felizmente- el aparato perdió su estabilidad y dio una vuelta de campana. Luego descendió con rapidez sin que el tripulante abandonara su puesto. El aparato se sumergió hasta el fondo llevándose al aviador. Segundos después flotaba aquél a unos 25 metros de la playa de Ondarreta. Organizado el salvamento hallaron al aviador sumergido con los pies hacia el fondo pudiendo agarrarle por los cabellos y le izaron. Tal fue el trágico desenlace de la fiesta aviatoria del 12 de abril de 1910 en San Sebastián. Ref. Ureña, Luis: La trágica aventura del aviador francés Humberto Le Blon, Revista «San Sebastián», 1942, n. 8, 1910.