Udalak

IZA

Urbanismo y construcciones civiles

El lugar se asienta en la zona baja de un promontorio, y consta de unos pocos edificios, que se disponen exentos y con amplias zonas abiertas. La iglesia se sitúa en lo alto, aislada del resto de edificios, a excepción de la casa parroquial, que es un bloque prismático de aspecto reciente. Lleva planta cuadrada y dos alturas. Los muros van enlucidos, y los vanos son rectos en su totalidad.

Ocupa un lugar destacado un caserón de aspecto palaciano, con planta cuadrangular muy desarrollada y tres alturas más desván, bajo tejado a cuatro vertientes. Los muros van enlucidos, con cadenas de sillar en esquinas y enmarques de los vanos, así como un paño triangular sobre la puerta. En planta baja se abren tres ventanas, y una cuarta ha sido rasgada para abrir una puerta secundaria. El acceso principal consta de arco de medio punto. En la primara planta hay cuatro balcones, encima cinco ventanas, y en el ático otros tantos tragaluces. Preside esta fachada un escudo del siglo XVII, reaprovechado. Se adosan a este bloque otros edificios de menores pretensiones.

En la parte baja del pueblo hay varias casas muy arregladas, así como edificios de nueva factura, que en su reedificación han aprovechado elementos y estructuras anteriores. Una de las casas presenta planta rectangular con tres alturas y tejado a dos aguas. Los muros van enlucidos, con cadenas de sillar, siendo las ventanas rectas y la puerta de medio punto. Preside un escudo moderno. Otra casa presenta fachada de mampostería, con cadenas de sillar pero sin revoque. Se abre mediante arco escarzano, y tiene pocas ventanas, que además son de reducido tamaño.

Parroquia de San Martín

Se trata de un templo propio del entorno del año 1200, ejecutado en estilo protogótico. Su planta es longitudinal, con una única nave que se articula en cuatro tramos de longitud similar, de los cuales el último ejerce de cabecera, rematada en testero recto. El acceso se practica desde el lado de la Epístola, a la altura del segundo tramo, y justamente enfrente se adosa un volumen para alojamiento de la escalera de acceso al coro y a la torre. Una capilla se añadió a posteriori, por el lado del Evangelio y a la altura del tercer tramo, mientras que la sacristía es una estancia de planta rectangular, adosada a la cabecera por el muro hastial, de suerte que, en la práctica, sus muros se alinean con los de la propia nave, aumentando más aún esa sensación de linealidad de la planta.

Los muros son de sillarejo menudo, bien aparejado y en buen estado de conservación, aunque al exterior van parcialmente ocultos por un revoque moderno. Para dar iluminación al interior se practicó una ventana rectangular, en el muro de los pies. En el mismo ámbito encontramos un coro alto moderno, de madera.

Esta fábrica se cubre con una bóveda de cañón apuntado, típica del momento de transición al gótico en el que se edificó la iglesia. El primer tramo, no obstante, luce una crucería simple de potentes nervios. Los tramos se separan con arcos fajones de perfil apuntado, que apean sobre ménsulas encastradas en el muro a media altura, unidas por una imposta que recorre el perímetro interno de la nave. El tramo de crucería, por su parte, apeaba sobre columnas, de las cuales sólo resta la del lado del Evangelio. La capilla lateral lleva un tramo de bóveda de cañón, y la sacristía recibe un simple cielo raso.

Al exterior, la torre se alza sobre el primer tramo de la nave. Es de planta rectangular y en su fuste, corto y de aspecto macizo, tan sólo se perforan dos huecos cuadrangulares, procedentes al parecer de una reforma del siglo XVII, para alojamiento de las campanas. En el lado de la Epístola encontramos además un pórtico moderno, que cobija la puerta del templo. Consta de un arco apuntado con derrame externo, cuyo abocinamiento se salva mediante tres arquivoltas baquetonadas, que apean sobre columnitas con pedestal y capiteles individualizados, muy pequeños, con decoración vegetal y pomas. Lleva guardalluvias exterior.

El presbiterio va presidido por un retablo mayor del XVI, aunque ha sido muy desfigurado. Llamaremos la atención sobre la imagen titular de San Martín, así como el Crucificado del Calvario. Hay así mismo un retablo moderno, de gusto clasicista, realizado en el siglo XIX, bajo la advocación de la Virgen del Rosario. La virgen titular es barroca, y las pinturas que acompañan son de carácter popular.

En la capilla lateral que ocupa el muro del Evangelio encontramos un retablito dedicado a San Joaquín, manierista del siglo XVII. Su traza consta de banco, cuerpo y ático rematado por frontón curvo, partido y avolutado. La imagen del San Joaquín es de la época de la mazonería, aunque está muy alterada por intervenciones posteriores. En el bajo coro encontramos una pila sacramental medieval, con corto fuste ochavado, capitel de roleos muy desarrollado y copa decorada con gallones. Por último, diremos que en la sacristía se custodian algunas piezas de ajuar litúrgico, así como una cajonera de madera, barroca del XVIII.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)