Historiador, escritor y artista nacido en Pamplona el 23 de octubre de 1840. Murió en Barcelona el 17 de agosto de 1909.
Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal. Luego, comenzó la carrera de ingeniero, que hubo de interrumpir a causa de su delicada salud. Se especializó en la Escuela Comercial de Burdeos. De aquí marchó a París. En la ciudad del Sena trabaría una gran amistad con el conde de Montalembert, pionero del catolicismo liberal francés. Vuelto a Pamplona, a raíz del pronunciamiento de septiembre, la Junta Suprema de Gobierno de Navarra le nombró concejal del ayuntamiento de Pamplona el 30 de septiembre de 1868. Al día siguiente, por sorteo, resultó elegido regidor primero y fue designado para formar parte de las comisiones de Hacienda y Escuela de música y dibujo. Hasta febrero de 1872 sería miembro de dichas comisiones. Ardiente defensor de los fueros e instituciones vascas, fue uno de los colaboradores del periódico La Paz que varios fueristas vascos editaron en Madrid huyendo de la censura instaurada en el País Vasco con la derrota carlista.
La guerra había truncado sus proyectos organizativos que reemprenderá al acabar ésta. De la carta abierta dirigida a Campión (El Eco de Navarra 1876) entresacamos estas líneas que reflejan su pensamiento:
"No hay que dudarlo; el idioma de un pueblo es la manifestación más elocuente de su genio peculiar. A la existencia de ese idioma va unida la existencia de la raza cuyos caracteres psicológicos refleja, y mientras aquél subsista con pureza y esplendor no desaparecerá ésta del anchuroso campo de la historia".
Y él mismo se nos descubre como el iniciador de la idea de organizar un movimiento restaurador del idioma y cultivador de su literatura ya antes de la segunda guerra carlista:
"Hace ya algunos años que un pequeño grupo de amigos,... y del cual formaban parte el malogrado D. Pablo Ilarregui, D. Nicasio Landa, el erudito sacerdote Sr. Obanos y algún otro vascófilo entusiasta, concibió el proyecto de crear una asociación conservadora del vascuence, y aun preparó un llamamiento a sus hermanas de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, para realizarlo, pero la revolución primero, y la guerra civil después, vinieron a desbaratar sus propósitos".
En 1877 reúne en su casa a una serie de fueristas y amigos. De dicha reunión surge la Asociación Euskara de Navarra, de cuya primera junta fue nombrado secretario dibujando él mismo el escudo de la Asociación. Respecto a sus facultades y talento como pintor, Iturralde se definió siempre como un aficionado. Dejó una vasta producción al óleo y acuarela. Sus temas son Navarra y las Vascongadas o copias de cuadros célebres y escenas de guerra. Reunió una buena colección de dibujos a pluma, imitando aguafuertes antiguos, y reprodujo por el mismo procedimiento más de 600 sellos de Archivos de Navarra, con gran exactitud y limpieza. Respecto a sus facultades como historiador, Arturo Campión escribirá:
"Los conocimientos generales de Iturralde en historia de Navarra los estimo yo superiores a cuantos han tratado de ella, desde el P. Moret hasta nuestros contemporáneos"
(revista Euskalerriaren Alde, 1912, p. 41).
El 29 de enero de 1866 había sido nombrado académico correspondiente de S. Fernando. Desde el 6 de abril del mismo año había formado parte de la Comisión de Monumentos de Navarra, de la que fue elegido secretario. Dentro de su provincia natal descubrió 13 dólmenes, un menhir y varias cavernas. Colaborador de La España Regional, prestó ayuda a Mañé y Flaquer para realizar su obra El Oasis y a Pedro de Madrazo para Navarra y Logroño. Mantuvo correspondencia con el insigne hispanista Emilio Hübner. Su amistad con el conde de Montalembert fue muy grande. La obra de éste, Los monjes de Occidente (1860), influyó quizá en la escrita por Iturralde: Las grandes ruinas monásticas de Navarra. Posteriormente se vería envuelto en las incidencias que surgieron con motivo de la publicación de L'Espagne et la Liberté, obra del mismo Montalembert y de la que Iturralde poseía una prueba corregida por su autor. El 22 de febrero de 1884 se le designó académico de la Real Academia de la Historia.
En relación con su estilo de escritor, Arturo Campión dirá lo siguiente:
"Anteriormente señalé la íntima conexión entre el talento vivo, sensible, impresionable, vibrante y resonante de don Juan, y las acuarelas. En el orden literario, los pensamientos son acuarelas: con una diferencia, empero. Que al servirse del pincel, Iturralde perseguía un fin artístico, mientras que al escribir pensamientos descartaba absolutamente el fin literario. Las correcciones del manuscrito nunca tocan a la forma; busca la exactitud, la traducción adecuada de la idea y del sentimiento. Ni bruñe, ni atilda ni perfecciona el estilo. Todo es aquí llano; pero no con la llaneza del rústico, sino con la del caballero"
(revista Euskalerriaren Alde, 1912, p. 259).
Su preocupación por el decaimiento y postración de la lengua le llevó, además de a crear la Asociación Euskara de Navarra, a propiciar una iniciativa por la cual el ayuntamiento de Pamplona organizó en 1882 un certamen literario en el que por primera vez un organismo oficial daba cabida a la lengua vasca. Participó asimismo en las gestiones unificatorias de la ortografía vasca viéndosele, a comienzo de siglo, tomar acuerdos junto con Adema, Arana-Goiri, Campión, E. Aranzadi, Arrese-Beitia, Azkue, Broussain, Guibaeu, Landerretche, etc. Su criterio era el de mantener la cuestión lingüística "apartándonos de toda discusión y propaganda política, religiosa y social" (Arana-Goiri, Obras completas, p. 2.111). En 1902, residiendo en Barcelona, formó parte del Eskualtzaleen Biltzarra. Escribió las siguientes obras: Memoria sobre las ruinas del Palacio Real de Olite, Pamplona, 1870; Obras. Prólogo de D. A. Campión, Pamplona, 1911-1917 (comprende: vol. I: Cuentos, leyendas y descripciones éuskaras; II: La Prehistoria en Navarra; III: Las grandes ruinas monásticas de Navarra; IV: Miscelánea histórica y arqueológica); Tradiciones y leyendas navarras, Pamplona, 1916. Asimismo colaboró en diversas publicaciones con temas referentes a Navarra y el País Vasco: Euskal Erria (entre 1881 y 1900); Boletín de la Comisión de Monumentos de Navarra (1891 y ss.); Euskalerriaren Alde (1911); Revista Euskara (1878-1883); España regional (1886); Boletín de la Academia de la Historia (1911).