Udalak

GABIRIA

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción fue ampliada en el siglo XVI, aunque la renovación de las bóvedas se llevaría a cabo a partir de 1740, según el proyecto del veedor de obras del obispado Juan Antonio San Juan. Tras llevar a cabo esa labor Miguel de Salezan, el examen corresponde a Ignacio de Ibero y José de Lizardi. Ya en el siglo XIX se producirían algunas reformas, entre las cuales destaca la disposición del porche a la entrada. Es un templo de tres naves con bóvedas de arista, crucería y medio cañón, con la torre a sus pies, en el lado del evangelio. Conviene destacar la puerta de acceso, de carácter gótico, mediante un arco apuntado, y la presencia de un bajorrelieve medieval con la Virgen en el ábside. En su interior sobresale el retablo mayor, obra contratada en 1766 por Tomás de Jáuregui y su hijo Antonio Miguel, correspondiendo al primero de ellos la traza del mueble. Fallecido el padre, Antonio Miguel se compromete en 1768 a continuar la obra con su tío Juan Elías de Inchaurrandiaga, evaluando lo hecho hasta ese momento Manuel Ignacio de Murua. En 1775 se termina el retablo, procediendo al examen Francisco de Ibero. Dotado de planta curva, consta de banco sobre un pedestal pétreo, cuerpo principal de tres calles ordenadas por dobles columnas gigantes de capitel compuesto y remate en forma de cascarón. La escultura, debida a Antonio Miguel, es de escasa calidad, siendo preciso remarcar la presencia de un recubrimiento pictórico de carácter neoclásico que en parte modifica los presupuestos originales de la obra, toda vez que se suprimieron algunos motivos decorativos. Es por ello que, en su estado actual, el sentido del mueble es de transición entre el rococó y el neoclásico, si bien en origen se incluiría en el primero de los momentos citados. Los retablos colaterales de Nuestra Señora del Rosario y San José son sencillos organismos neoclásicos, con un nicho central para el titular, escoltado por columnas corintias y rematado por un entablamento sobre el cual hallamos angelotes sosteniendo un medallón. Aunque se ha supuesto que su confección se debería al propio Tomás de Jáuregui, es difícil saberlo con exactitud, pues su labor bien podría haberse centrado en los retablos laterales de San Roque y San Antonio de Padua. Pese a que el último se incluye igualmente en el neoclásico, el primero es obra de fines del periodo rococó, modificándose probablemente el originario retablo barroco. Sea como fuere, en ambos predomina el componente arquitectónico, sin que el complemento escultórico sea, tampoco en esta ocasión, digno de mención. También al neoclásico corresponde el retablo lateral de la Virgen de la Soledad, situado en el lado del evangelio, datándose su titular en los años finales del siglo XVIII.

En las inmediaciones se encuentran la Casa Cural, la casa Ostatu y la casa consistorial. La Hospedería u Ostatu es en realidad la primera casa consistorial de la localidad, tal y como el elegante escudo de armas de su fachada nos indica. En cuanto a la actual casa consistorial se refiere, recibiría esa función en 1917. Repite el esquema habitual en este tipo de construcciones, con un porche de cuatro arcos y dos alturas superiores, sin que falte el balcón corrido que une los dos vanos centrales del piso noble. Igualmente conviene citar el caserío Alkain, con amplia portalada, y los caseríos Simonenea y Torre, en las proximidades del cementerio, construido en 1820.

Fuera del conjunto principal, la ermita de Santa Marina de Aztiria fue reconstruida en torno a los años finales del XIX y principios del XX. Entre las construcciones civiles, conviene destacar la casa solar de Santarte Goiti, Eguzkitza, casa torre en origen que mantiene algunas ventanas geminadas y un acceso en arco apuntado, Igeribar Garaikoa, Baztarrica, Agerre, Katarain, Jauregi, Arretxe Mendi, Olkiaga Azpi, Olazabal, Madariaga Goena, Madariaga Barrena, Izar Goena e Izar Erdikoa. Además, no podemos dejar de citar el molino de Igeribar y los restos del balneario.

Bibliografía:
  • Astiazarain Achabal, María Isabel: Arquitectos guipuzcoanos del siglo XVIII. Ignacio de Ibero, Francisco de Ibero, Donostia, Diputación Foral de Guipúzcoa, 1990, pp. 8-9.
  • Astiazarain Achabal, María Isabel: Gipuzkoako erretablistika I. Tomas de Jauregui, Donostia, Diputación Foral de Gipuzkoa, 1994, pp. 139-158.
  • Cendoya Echániz, Ignacio: "Tomás de Jáuregui, maestro retablista guipuzcoano del siglo XVIII. Aproximación a su obra", Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología de Valladolid (1991), pp. 478-480.
  • Cendoya Echániz, Ignacio: El retablo barroco en el Goierri, Donostia, Kutxa, 1992, pp. 258-259, 306-307 y 360-365.
  • Cendoya Echániz, Ignacio: La Semana Santa en Gipuzkoa. Estudio histórico-artístico, Cuadernos de Sección, Artes plásticas y monumentales nº 13, Donostia, Eusko Ikaskuntza, 1995, p. 118.
  • Isasa, Pedro; Linazasoro, Iñaki: Gipuzkoako Udaletxeen Marrazkiak = Dibujos de las Casas Consistoriales de Gipuzkoa, Donostia, Kutxa, 1995, pp. 98-99.
  • Peña Santiago, Luis Pedro: Las ermitas de Guipúzcoa, Navarra, Txertoa, 1975, pp. 130-131.
  • Urteaga Artigas, María Mercedes: Guía histórico monumental de Gipuzkoa, Donostia, Diputación Foral de Guipúzcoa, 1992, pp. 151-152.

  • Ignacio CENDOYA ECHANIZ