Toponimoak

EUSKARA (ORIENTACIÓN BIBLIOGRÁFICA)

Orientación bibliográfica.

Es inmensísimo lo que se haescrito sobre el vascuence o euskara. Pero lo que interesa es extraer de esa bibliografía lo más sólido y seguro. Entre los autores más capacitados hay que señalar a R. M. de Azkue, P. Lhande, A. Campión, J. Urquijo, G. Lacombe, H. Gavel, P. Lafitte y L. Michelena, estos dos últimos, los únicos que viven en la actualidad, pero con gran diferencia de edad. Entre los no vascos destaca actualmente A. Tovar y entre los extranjeros han de citarse como de gran autoridad; Schuchardt, C. C. Uhlenbeck, R. Lafon, N. Holmer, Ch. Bouda, J. Hubschmid, Meyer-Lübcke, G. Rholfs, E. Lewy y G. Baehr.

Como una presentación de la lengua y de sus problemas es clara y densa la obra Les Basques, J. Alliere. "Que sais-je" n. 1668. Hay una edición reciente en español (Vendóme, 1977). La Lengua Vasca, de A. Tovar (dos ediciones, la segunda de 1954). También Langue Basque, de G. Lacombe, aunque extremadamente breve, en "Les Langues du Monde" (París 1952) y La Langue Basque, de René Lafon, en "Bull. du Mussée Basque", n.° 60, 1973. Es interesante también Introducción al estudio de la lingüística vasca, de R. Menéndez Pidal. (San Sebastián, 1923) y En torno a la lengua vasca. (Buenos Aires, 1962). Como revistas, son las más importantes la "R. I. E. V." (1907-1936), dirigida por Julio de Urquijo; Euskera, órgano de la Academia de la Lengua Vasca (1919-1936) y su continuación de postguerra; Eusko-Jakintza (primitivamente, Gernika), en Bayona, desde 1947 a 1957; Egan (literatura euskérica) desde 1948; Anuario del Seminario de Filología vasca "Julio de Urquijo" (1967), dirigido por Manuel Agud y Luis Michelena; y Fontes Linguae Vasconum, patrocinada por la Institución Príncipe de Viana de Navarra (desde 1969). Aparte de estas revistas, dedicadas casi exclusivamente al estudio de la lengua vasca, otras, como Gure Herria (desde 1921), y el Boletín de la Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País (desde 1945), dedican buen número de páginas a esos estudios. En algunas revistas lingüísticas españolas y francesas también es frecuente encontrar estudios sobre el euskara, tales, por ejemplo, Vía Domicia, de Toulouse (desde 1952), y el Bulletin de la Société de Lingüistique de París. Para mayor detalle pueden consultarse los artículos dedicados a cada una de las revistas en la "Eusko Bibliographia, de J. Bilbao".

Como lengua de Civilización, ver J. Urquijo, El euskara como lengua de civilización (Bilbao, 1919 y "R. I. E. V.", p. 164).

Muchos especialistas se han ocupado del parentesco del euskara con otras lenguas, principalmente caucásicas. Los más destacados son Schuchardt, Marr, Winkler, Trombetti, Uhlenbeck, Lafón, Urquijo, Campión, Bouda, Saint-Pierre, Michelena, Tovar, Echaide, Vogt, Deeters y otros. A destacar El euskara y sus parientes, A. Tovar (Madrid, 1959). El método glotológico o matemático ha sido aplicado al euskara por Antonio Tovar, con la colaboración de K. Bouda, R. Lafón, L. Michelena. Wycichl y M. Swadesh. El resultado de este estudio, El método léxico-estadístico y su aplicación a las relaciones del vascuence, se puede ver en el "B. R. S. V. A. P.", 1961, n.° 3. El original de Swadesh se ha publicado en castellano con el título Tras la huella lingüística de la Prehistoria, como suplemento del Seminario de Estudios científicos y filosóficos de la Universidad de México (n.° 26), 2.8 serie, 1960). Finalmente, puede consultarse un estudio de B. Estornés Lasa, Comparacions del euskara con otras lenguas (método glotológico o matemático) en los citados "Orígenes" (t. 3, pp. 446), en donde se aquilata el valor de las palabras elegidas por A. Tovar y sus colaboradores proponiendo alguna innovación con incidencia en los resultados.

La geografía histórica de la lengua no cuenta con un estudio de conjunto, pero casi todo lo escrito sobre el tema se ha recogido en Geografía histórica de la lengua vasca (Zarauz, 1960, 2 vols.). Últimamente se ha reunido en un volumen lo referente a Navarra por Angel de Irigaray, en Una geografía diacrónica del euskara en Navarra (Pamplona, 1974).

Sobre historia de la Lengua, El pasado de la lengua vasca, de L. Michelena (1964); Materiales para una historia de la lengua vasca en su relación con la latina (Salamanca, 1945); de Caro Baroja; Sánchez Carrión, J. M. El estado actual del vascuence en la provincia de Navarra (1970), factores de regresión. Relaciones de bilingüismo (Pamplona, 1972, con 214 pp.), y González Ollé, Fernando, Vascuence y romance en la Historia Lingüística de Navarra (Pamplona, 1972, con 60 pp.). Tovar, A. Lo que sabemos de la lucha de lenguas en la península (Madrid, 1968). R. Lafón: Les origines de la langue basque (París, 19501951), y, en plan de divulgación y compendio, aunque no falten puntos de vista originales de investigación personal, Sobre orígenes de la lengua vasca (San Sebastián, 1967), de B. Estornés Lasa.

El estudio de Michelena es, sin duda, el más científicamente llevado a cabo y el más sistematizado: trata primeramente de la dialectología, la interpretación de las diferencias dialectales, del elemento latino-románico, de la influencia indoeuropea prelatina y de las relaciones de parentesco de la lengua vasca. Las notas que acompañan a cada capitulo constituyen de por sí una selección muy rigurosa de la bibliografía referente al tema.

Sobre Dialectología, además de los dos capítulos citados de la obra de Michelena, es útil el libro de Pedro de Yrizar, Los dialectos y variedades de la Lengua Vasca (San Sebastián, 1973). De imprescindible consulta, el mapa dialectal del príncipe Bonaparte, de sobra conocido. Azkue ha descrito los dialectos orientales, roncalés, aezcoano y salacenco, y L. Michelena, el roncalés y el salacenco. Rollo ha estudiado el vizcaíno de Marquina (Vizc.); Báhr, el guipuzcoano, R. Lafón, el suletino. Pero el príncipe L. Luciano Bonaparte, en su día, ha sido quien mayor cúmulo de materiales inéditos dialectales ha aportado, sobre todo referentes al verbo y léxico en general.

Para el tema de la diglosia vasca ver Bilingüismo y trastornos del lenguaje en España, de los señores Gonzalo Moya y Jesús Lago (Madrid, 1977), cap. X, "Bilingüismo y diglosia en euskera. El marco histórico" (pp. 121-135).

Entre las Gramáticas, las más destacadas y valiosas son la de H. Gavel (Bayona, 1929), P. Lafitte (Bayona, 1943), y, como manual, la de S. Arotgarena (Bayona, 1950). Un compendio muy útil es el de López-Mendizábal (San Sebastián, 1962 y una nueva edición muy reciente).

Para R. Lafón, la Grammaire basque, de Pierre Lafitte, es excelente. El autor es uno de los mejores escritores vascos actuales. No siendo lingüista -y él lo dice- no se ha propuesto hacer obra de lingüista. Su libro responde a una intención práctica y normativa. El autor se propone definir el buen uso y deducir las normas de una lengua literaria que se constituye después de sesenta años sobre la base del laburdino, con mezcla de numerosos elementos navarros y hasta de algunos suletinos. Tiende a ser común a casi todo el País Vasco continental; el autor le llama "navarro-laburdino literario". El espíritu de esta gramática está, pues, muy lejos de la lingüística estructuralista. Y a pesar de ello es indispensable a todo vascólogo, incluso preparado, y a los lingüistas que quieran saber con precisión cómo está hecha la lengua vasca y cómo funciona. Los cuadros o los hechos se exponen, incluso cuando se les somete a discusión, de modo que llegue al exacto valor de las formas. Pues el autor, que tiene un conocimiento profundo de la lengua, ha ilustrado su exposición con un gran número de expresiones y de frases que traduce al francés con exactitud. Además, ha percibido dos rasgos importantes de la estructura del verbo: la oposición del presente y del grupo pasado-eventual, y la oposición de formas desnudas ("sin característica", según su expresión) y formas con sufijo -ke.

Dos Diccionarios continúan siendo básicos e insuperados: el Diccionario vasco-español-francés (2 vols., 1905), de R. M.ª de Azkue y el de Pierre Lhande, Dictionaire Basque-Français (París, 1926). El de Akue contiene todo el léxico de los ocho dialectos euskéricos con la indicación dialectal y una introducción muy importante. Inversos, castellano-vasco, existen dos, el de Auñamendi, en curso de publicación y el de P. Mújica, terminado (Bilbao, 1965), pero que ha de consultarse con ciertas precauciones. El de Auñamendi, de Estornés-Goikoetxea, sigue la pauta de Azkue y su exactitud dialectal. Para uso del gran público existen diccionarios abreviados como el del mismo Azkue y el de López-Mendizábal, cuya última edición es de 1962. Existe también un Lexique français-basque, muy útil, de A. Tournier-Lafitte (Bayona, 1954). El Diccionario vasco-español-francés, de R. M.ª de Azkue, continúa siendo la obra excepcional, tanto por su volumen, su calidad y la extensión dialectal. Trata por igual a todos los dialectos vascos indicando a cuál o cuáles pertenece cada palabra, modismos y frases empleadas. Está formado por dos tomos de más de quinientas páginas de a tres columnas cada una, de denso texto muy ordenado y claro. Es lástima que no haya incluido un buen número de voces de origen románico para cuyo conocimiento hay que ir a diccionarios anteriores al de Azkue. Este famoso diccionario que Lafón no enumera al presentar la bibliografía de la lengua vasca, sino incidentalmente, deseando una nueva edición, continúa siendo la obra básica de todo lingüista vasco. Hay léxicos dedicados a terminologías especiales de Aranzadi, Báhr, Gárate, Ramos, Inza, Urquijo, Olabide, J. Bilbao, Barandiarán, Elso, Labairu, Lacoizqueta, Baraibar, etc., sin contar con los recientes diccionarios tecnológicos. En cuanto a Toponimia hay que contar con las famosas Listas alfabéticas de voces toponomásticas vascas, publicadas en la "R. I. E. V." hasta 1936, y que se han completado posteriormente hasta la Z en el "Bol. de Amigos del País", de San Sebastián. Además de la obra de Michelena, ya comentada, ha de añadirse el estudio serio de P. Zabala, Toponimia Vasca ("B. R. S. V. A. P.", 1951-52-53), que trata de la toponimia derivada de los nombres de las partes del cuerpo humano; explotaciones industriales, forestales y ganaderas; de títulos, dignidades, cargos, profesiones y oficios, y, finalmente, de temas hidrográficos. De Nils M. Holmer hay un estudio sobre Semántica y Etimología, en el mismo Boletín (1956). En el tomo III de "Orígenes" (Estornés Lasa) ya citado, se da una bibliografía selecta de estudios sobre orientación en los estudios toponímicos, repertorios, toponimia histórica, toponimia preindoeuropea, toponimia comarcal pirenaica y toponimia comparativa con otras peninsulares.

Para la toponimia de la Edad Media, Sources imprimées pour l'étude de la toponimie et de la anthroponimie du Pays Basque français au moyen áge ("B. R. S. V. A. P.", 1950). Existen ciertos repertorios de topónimos medievales de los Sres. Ciervide ("Fontes", 8, 1976), Corona Baretech, Alvar López, Merino Urrutia. Como arsenales y repertorios deben consultarse los cartularios y cronicones medievales y el "Catálogo del Archivo General de Navarra", que traen índices alfabéticos de nombres personales. Igualmente, los "Libros de Fuegos", de Navarra, recién publicados.

Sobre Onomástica, ha de distinguirse entre nombres personales y apellidos, que en Euskalerria, por lo general, son topónimos. Sobre nombres personales la serie de libros interesantes es bastante extensa. De todos modos, los más interesantes a nuestro juicio son éstos: A. Luchaire: Sur les noms propres basques contenus dans quelques documens pyrénéens des XI° et XIIIa siècles. En "Rev. de Lingüistique" (14,1881, pp. 150-171); J. Urquijo: Nombres vascos. "R. I. E. V." (1911); A. Irigaray: Contribución a la onomástica vasca. "R. I. E. V." ( 1933); L. Michelena: Antroponimia vasca. En "Apellidos vascos" (San Sebastián, 1955, p. 16); F. I. de Omaechevarría: Nombres propios y apellidos en el País Vasco y sus contornos. En "Homenaje a Julio de Urquijo" (t. II, pp. 153-175); A. Irigaray: Onomástica medieval de Navarra. En "Príncipe de Viana" (n. 78-19, ., 1960), y Contribución a la onomástica vasca "R. I. E. V " XXIV; J. M. Lacarra: Vasconia medieval. Historia y Filología (San Sebastián, 1957); J. Caro Baroja: Materiales para la historia de la lengua vasca... (Salamanca, 1945). Sobre apellidos, además de lo ya dicho, puede ser un buen repertorio la obra de López-Mendizábal, Apellidos vascos (Buenos Aires, 1958). Sobre nombres de casas y familiares, ver G. de Ercilla, Motes personales y familiares. Ideas predominantes en su formación. "E. Alde" (t. XVII, 1927); J. Vinson, Les noms de famille et les lieux dits du Pays Basque, en "Gure Herria (1921, pp. 503-515), y L. Dassance, A propos des noms des maisons en Pays Basque, en "Gure Herria" (1961, pp. 364-369).

Sobre Etimología, terreno peligrosísimo en el caso vasco, se han escrito obras demenciales, obras medianas y muy pocas de valor digno de tenerse en cuenta. Las más serias son Apellidos vascos (San Sebastián, 1955), de Luis Michelena, y una serie de trabajos que aparecen en las revistas vascas, algunas ya citadas. Ha de advertirse que casi todos los autores tienen tendencias a dejar una impronta de su subjetividad en el terreno etimológico: López-Mendizábal (botánica), Caro Baroja (nombres personales), Lafón y Bouda (caucasismos), Schuchardt (elementos camíticos), Caro Baroja y Michelena mismo (latinismos). También se da el caso contrario (ultra-vasquismo). Dejamos aparte las etimologías fantásticas, muchas veces cómicas, como aquella que se da a la voz Europa: E, inicial de "estrecho de Gibraltar"; ur, en vasco "agua"; o, redondo, arco desde los Dardanelos hasta el Báltico; y pa, el Cáucaso cerrándolo todo de tierra firme.

En Morfología es notabilísimo Primitiae linguae Vasconum (Einführung ins Baskische), de Hugo Schuchardt (Halle, 1923). Muy importante, la Morfología Vasca, de R. M.ª de Azkue (Bilbao, 1925, hay una edición reciente). La Morfología Vasca, de Azkue (obra de 960 pp. muy densas), es el resultado de muchos años de encuesta, lecturas y recogida de materiales directamente del pueblo durante la confección del Diccionario. En su origen iba a ser una introducción al mismo. Después, el cúmulo de materiales recogidos y ordenados fue tal, que terminó siendo una obra ingente de consulta obligatoria para el lingüista vasco. Todo este inmenso material está expuesto en solamente dos partes, una dedicada a los afijos y la otra a las categorías gramaticales, más o menos con igual volumen de texto. Tiene en cuenta todos los dialectos vascos y además indica no solamente el dialecto, sino incluso las obras y estudios de otros autores con gran meticulosidad. En la segunda parte dedica al verbo 265 páginas. Como el autor domina profundamente el dialecto vizcaíno, anota formas actuales de saber arcaico y otras dejan ver una transición en la evolución del flexionario vasco.

Para estudiar la Conjugación, en vasco importantísima, continúa siendo fundamental Le Verbe basque en tableaux..., del Príncipe L. Luciano Bonaparte (Londres, 1869) y varios complementos sobre los dialectos salacenco, roncalés, aezcoano y otros dialectos, del mismo príncipe; del austríaco Hugo Schuchardt, Baskische Studien I: Ueber die Entstehung der Bezugsformen des Baskischen Zeitworts (Viena, 1893), y finalmente, Le Systéme du Verbe basque au XVI siècle, de René Lafón (Burdeos, 1944). Igualmente útil la Morfología vasca, de Azkue, ya reseñada.

Sobre estructura de las raíces, Uhlenbeck es autor de Les couches anciennes du vocabulaire basque, publicado en "E. Jakintza", 1947, y un trabajo en la misma línea, de B. Estornés Lasa, en "Orígenes de los vascos" (1967, t. III, pp. 183-442), bajo el título El fondo antiguo del euskera y sus formas, un extenso estudio en el que se incluye el tema de la "semántica antigua" de la lengua vasca.

En cuanto a Refranes y Sentencias, lo más interesante está constituido por los estudios comparativos de Julio de Urquijo en la "R. I. E. V." (1930, 1931, 1932 y 1933), donde estudia Los refranes y sentencias de 1596, publicados después en la Colección Auñamendi (1964, 1967); Los refranes de Garibay (San Sebastián, 1919). y Les proverbes basques (de Oihenart) (Tolosa, 1936), y Refranes comentados. "E. Alde" (t. I, VI y VII, 1911; 1916 y 1917). Otros autores también han hecho importantes aportaciones como Azkue, en su monumental "Euskalerriaren Yakintza (1935-1947), Abate Haristoy, Proverbios, sentencias y refranes vascos. "E. Alde" (t. I, 1911); J. Manterola, Refranes y proverbios vascos. "E. Alde" (I, 1911), y J.Elissalde, Atsotitz, suhur-itz eta erran zahar, en "Gure Herria" (1936). Hay mucho material también en los "Anuarios de Eusko Folklore", "Diccionario de Azkue" y en el libro de J. Vinson. Referente a Juramentos, véase J. Urquijo, ¿Existen juramentos y maldiciones en vascuence? "R. I. E. V." (1920); Acerca de la maldición Arrayo, "R. I. E. V." (1925), y G. I. Geers, Juramentos de origen sexual, "R. I. E. V." (t. XI, 1920).

En cuanto a Sintaxis se considera como el estudio más logrado, el de E. Lewy, Skizze einer elementaren Syntax des Baskischen ("Caucásica", fasc. 9), (Leipzig, 1931). Trad. castellana, "B. R. S. V. A. P.", II y III. Ver también la gramática de Lafitte, cap. III de la 3.ª parte. Una obra moderna del P. Luis Villasante trata de la Sintaxis de la oración compuesta (Oñate, 1976).

Sobre euskera hablado hay dos estudios buenos, uno de Nils M. Holmer, El idioma vasco hablado (San Sebastián, 1964) y otro de Fr. Diego de Alzo, Estudio sobre el euskera hablado (San Sebastián, 1961).

Sobre Fonética, el estudio más importante es Fonética histórica vasca, de L. Michelena (San Sebastián, 1961, con 456 pp.) que ha superado ampliamente a los Elements de phonétique basque (París, 1921), de H. Gavel, hasta ahora primera autoridád en la materia. Hay que citar también Fonética Vasca, de Azkue ( 1919), útil para la dialectología; Pronunciación guipuzcoana (1925), de T. Navarro Tomás, y dos libros de Jean Larrasquet, con grafías técnicas ( 1928).

Según R. Lafón, la Fonética Histórica Vasca, de L. Michelena, se caracteriza por dos innovaciones importantes: la aplicación del punto de vista fonológico al conjunto del dominio vasco; la consideración de formas muy antiguas de la lengua vasca (lengua aquitana y lengua vascona; vasco medieval). Este notable libro no pretende reemplazar la memoria de Uhlenbeck ni la obra de Gavel. Pero las supera, y al mismo tiempo el autor integra lo que tienen de positivo a sus propias concepciones, inspiradas en los principios de la fonología. Se apoya en todos los trabajos anteriores de cierta importancia. El libro contiene fonología sincrónica y diacrónica, pero no las mezcla. El autor cita muchos hechos inéditos sacados de su propia habla, la de Rentería (Guip.). Tiene en cuenta a todos los dialectos. El altonavarro septentrional y el meridional, así como el suletino y el roncalés, ocupan mucho más lugar que en cualquiera otra obra anterior. Examina todos los grandes problemas, comprendido el del acento, que es abordado de frente y en toda su amplitud por primera vez. Es también la primera vez que un vascólogo utiliza en una obra de fonética vasca la lengua de los aquitanos y de los vascones, que según los especialistas, es una forma antigua de la lengua vasca, así como los nombres comunes, adjetivos y nombres propios vascos contenidos en los documentos medievales. La historia del fonetismo vasco comienza así un poco antes de la era cristiana y, después de un trecho de varios siglos, se reanuda en la Edad Media. La mayor parte de los trabajos mencionados, anteriores al libro de Michelena, han sido citados y utilizados.

Sobre Bilingüismo, un resumen del problema, en "Diccionario Enciclopédico Vasco", art. BILINGÜISMO, con densísima y extensa bibliografía.

Sobre el euskara común y el batúa véase Hacia la lengua literaria común, del P. Luis Villansante (Oñate, 1970) y Euskara batúa, de Larresoro (Oñate, 1974). En ambas no se distingue unidad de forma y unidad de uso, sobre todo en el asunto H, con una evidente desestima del factor psicológico del lenguaje y de sus usuarios. Como contraste es conveniente leer Lengua vasca de hoy y de mañana, del P. Justo Mari de Mokoroa (San Sebastián, 1971) aunque esté escrito con apasionamiento.

En cuanto a relaciones de la lengua con el pensamiento, consúltese la obra de Larresoro Hizkuntza eta pentsakera (Bilbao, 1972) y en relación a la etnia existe Hizkuntza, etnia eta marxismoa, de J. Azurmendi, (Bayona, 1971).

Finalmente, bajo el punto de vista pedagógico, han de señalarse algunos métodos para aprender entre los que se destacan Manual de Conversación castellano-euskara, de Isaac López Mendizábal (sucesivas reediciones hasta una muy reciente), Cómo aprender el vasco fácilmente, de José Estornés Lasa (1964), Gramáticas vascas, de Arrigaray, Umandi, Zamarripa, López-Mendizábal, etc., un método radiofónico y de discos como los de la CCC (Autor N. Etxaniz) y otro de Juan Oñatibia. Posteriormente han ido apareciendo un buen número de métodos de aprendizaje del euskara muy útiles y modernos. En 1977 ha aparecido El libro Blanco del Euskara en el que se estudia la problemática de la lengua en sí misma e inserta en el contexto sociocultural en que se halla. Colaboran destacados autores como: L. Michelena, M. Pagola, J. M. Lecuona, K. Larrañaga, J. M. de Barandiarán, José M. Satrústegui, G. Monreal, Margarita Rica, J. Urrutia, J. A. Obieto, J. L. Alvarez Emparanza, R. Badiola y M. J. Azurmendi. Lo dirige Martín de Ugalde junto a una comisión coordinadora.