Basilikak

Eunateko Andre Mariaren eliza. Muruzábal (1981ko bertsioa)

Pequeña y bellísima iglesia octogonal, con una galería o claustro exterior resiguiendo el octógono, resultando un conjunto de gran belleza y originalidad. Esta arcada, al parecer no siempre fue independiente como se ve hoy, separada unos 4 m. del muro exterior de la iglesia. Se han descubierto cimientos de construcciones adyacentes, y aunque no hay datos documentales que permitan asegurarlo, parece que sus arcadas fueron la parte interior de una especie de claustro o soportal adosado a una hospedería u hospital de peregrinos. Hoy día el conjunto es bellísimo (Mon. nac.), aislado en pleno campo, entre las poblaciones de Muruzábal y Obanos, rodeado por cipreses, que forman un corto camino-avenida hasta la carretera de Campanas a Puente la Reina. En los ángulos del octógono de muros del cuerpo central de la construcción, se hallan columnas adosadas, flanqueadas por otras dos de menor altura, las primeras rematadas por capiteles a la altura del alero. De los muros, algunos son ciegos, y otros tienen ventanales de medio punto, flanqueados por columnas con capiteles profusamente adornados con vegetales. Las columnas laterales son dobles, en algunas caras, sosteniendo un arco apuntado ciego, que forma parte de la masa constructiva del muro, sosteniendo así el peso del paramento superior a la ventana. Los muros exteriores son más altos de lo normal en una construcción románica, presagiando ya el gusto llamado gótico. A uno de los paneles del muro está adosado el ábside poligonal, y a otro un cubo de escalera que servía para subir encima del tejado, formado por grandes lajas de piedra, en cuyo centro se alza una espadaña-campanario. Al Norte, la Portada con cuatro arcos de medio punto abocelados. Bellos capiteles entre los que destacan dos con cabezas esculpidas, cuyas barbas, bipartidas, llenan las demás caras del capitel con volutas. La arcada exterior, es simple en cinco de sus tramos, con arcos de medio punto sin más decoración, sostenidos por simples pilares, pero en las otras tres los arcos, similares, se apoyan sobre columnas gemelas, con capiteles cuya conservación es muy irregular por efecto de los elementos. Decoración de mascarones, volutas, hojas de vegetales ariados, palmitos y entrelazados de tallos, animales diversos y algunas escenas que con el tiempo se han vuelto irreconocibles, pero parecen presentar un tema bíblico o neotestamentario. Interior acogedor por las pequeñas dimensiones, pero de un alto grado de perfección formal. Ocho columnas cuya altura alcanza hasta una banda decorada que señala el límite inferior de las ventanas, con capiteles en general vegetales. Sobre ellas, otras más cortas, también con basa, fuste y capitel, de las que arrancan las nervaturas, que comienzan a arquearse antes de que lo hagan los muros verticales, formando así unas como enjutas. Las ventanas siguen la disposición exterior, con un arco de medio punto abocetado, sostenido por dos columnas con capiteles vegetales, algunos de los cuales presentan una visión simplista del acanto clásico. Dos arcos más, a arista viva, rodean por encima y debajo el bocel. La cúpula, también octogonal y con fuertes nervaturas, comienza por una banda saliente biselada, todo alrededor de la plana, y sus ocho caras, desiguales en cuanto a medidas, presentan unas aberturas alternadamente exagonales u octogonales, dan luz al interior. El ábside, de gran riqueza arquitectónica, comprende los elementos más antiguos de escultura. El arco triunfal es doble, de medio punto a arista viva, apoyado en dos pares de columnas con capiteles vegetales o de acanto. cinco arcos de medio punto, de los que dos son ciegos, rodean el ábside por el interior. Es de notar que este ábside ya no es poligonal, como por fuera, sino redondo. Decoración de arcos boceles, sostenidos por columnas de capiteles vegetales, con basas simples. Entre cada dos columnas de estos arcos, otra más alta y de cada una, surgiendo una nervatura a arista viva que confluye en el punto superior del arco triunfal. Otra arcada, esta vez de arcos ligeramente apuntados, pero completamente ciega, igualmente con cinco arcos apoyados en cortas columnas, con base y capitel vegetal, debajo de la primera. La planta octogonal de esta iglesia llevó a pensar en una fundación de los Templarios, pero no hay documentación que lo apoye, ni siquiera que lo sugiera. Se han lanzado modernamente la hipótesis de que, al haber allí un hospital de peregrinos, hubiera también un cementerio, y la iglesia sería una capilla funeraria. En apoyo de esta teoría está el cubo de la escalera, que asciende hasta el tejado, haciéndolo practicable. Allí estaría antiguamente la linterna funeraria cuyo fuego se mantenía perpetuamente encendido. Sin embargo, hoy es una espadaña lo que se encuentra. Desde luego, se han descubierto sepulturas en los aledaños. El nombre de Eunate -cien puertas- no puede ser sino moderno, basado en la profusión de arcos que la rodean, arcos que primitivamente no se mostraban al exterior, cuando formaban parte de las edificaciones circundantes. Existieron en esta capilla dos retablos renacentistas que desde fines del siglo XVI a 1603 estaba ejecutando Martin de Elordi, y en los cuales, el modo italianizante da ya paso al pleno renacimiento español. Retablo colateral de Martín de Elordi, anterior a 1607. Realizado en estilo renacentista español, siguiendo en ello las directrices de Vignola. Retablo principal, de las mismas características. Retablo colateral del lado de la epístola, plateresco y con tablas pintadas, de antigüedad calculable hacia 1530-40 y de autor desconocido-A. C. B.