No se sabe exactamente en qué época se construyó la iglesia de Saint-Esprit de Bayona. Los datos que encontramos en los archivos de Bayona son las cuentas por reparaciones y mejoras. Estos trabajos se llevaban a cabo con la ayuda de las rentas del cabildo, que eran considerables y que aumentaron al vender en 1594 la justicia alta, media y baja de la jurisdicción de Saint-Esprit a la ciudad de Bayona por la suma de cien escudos de renta "valor amortizable" a razón del dinero 12 que, condición habitual, no se tomará de los fondos y rentas del cabildo, dado su módico importe. En 1757, la necesidad de reparaciones importantes se hizo perentoria y los trabajos se realizaron con gran rapidez. Un reloj que había en la iglesia era conservado por cuenta de los canónigos. En 1678 se repararon cuidadosamente las vidrieras de la capilla de la Virgen y de la iglesia colegiata. El entonador del órgano recibía 24 libras como honorarios, se le compraba dos albas y cuatro amitos a la hermana sacristana de la Visitación y una cruz de procesión al orfebre Duhart. En 1749 el canónigo Abadie y el fundidor Pierre Baraud llegaron a un acuerdo para la fundición de una gran campana y la compra de una campana pequeña o timbre de relojería. Un poco más tarde, se compró un ornamento blanco, dalmática, capa y una faja, que fueron donados gratuitamente por las damas de Santa Ursula y cuyo precio se elevaba entonces a la suma de 625 libras, 17 sueldos y 11 dineros. En 1646, se hizo un acuerdo delante de notario, entre el cabildo de Saint-Esprit y Bernard Pagés y Raymond Boissoles, maestro ebanista para la construcción de un retablo y de un tabernáculo que debían colocarse en el altar mayor. Esta obra debía ser ejecutada en nogal conforme al presupuesto y al plan que representaban, por un total de 650 libras. Este último dibujo, bastante grosero, representa cinco paneles trabajados con figuras de santos con una corona sobre la cabeza, y en la parte superior destaca un San Juan Bautista. Cada panel debía estar separado por una columna salomónica de madera trabajada. La iglesia de Saint-Esprit ha sido objeto de dos robos importantes que mencionaremos de pasada: en 1678, robaron en primer lugar la lámpara de plata del tabernáculo y en 1572, una persona fue acusada de haber robado la corona de plata que tenía en la cabeza la Virgen de Saint-Esprit. En 1782, un oficio del Consejo de Estado suprimió el cabildo colegial. M. L. Laborde describe de la siguiente manera la iglesia de Saint-Esprit: "En el primer examen, vemos que no ha sido construida para ser una parroquia. Prueba de ello es la ausencia de porche y de puerta principal en la fachada oeste. Tampoco encontramos esos rosetones que constituían el más bello adorno de esta parte de las iglesias antiguas un poco importantes. La nave central, con unas naves laterales muy estrechas, no ha sido construida más que para servir de apoyo a la puerta principal. Una vez adentro, nuestra atención se centra sobre la forma de los pilares. En la nave, cuatro pilares de sección oval, como los de la catedral de Séez, atraen las miradas; el último tramo está soportado por un pilar de sección completamente circular. Esta forma de pilares era adoptada por los constructores de la Edad Media, para proporcionar los empujes, ocupando el menor sitio posible, y para no obstruir la vista del Santuario. Las bóvedas de los tramos datan de la tercera época del estilo gótico, y son muy hermosas y de una apreciable perspectiva. Están compuestas de arcos dobles y formeros unidos entre sí por nervios y contranervios que forman una red de un efecto encantador". En los Monjes de Occidente, M. de Montalembert dice hablando de la iglesia de Saint-Esprit: "Nos hemos fijado en dos cosas muy notables en la iglesia de Saint-Esprit: la bóveda, y la Virgen sobre el asno en madera esculpida". El tercio de la bóveda de las dos naves laterales constituye igualmente un bello trozo de arquitectura. Dos escudos reales con las flores de lis de oro y las armas de Luis XI adornan las bóvedas, tesoro histórico que merece la pena conservar. Es de lamentar que la bóveda de la nave haya sido destruida, pues, habiendo sido edificado el monumento de un solo tirón y según un plano perfectamente precisado como puede apreciarse, se hubiera podido juzgar entonces la obra completa. El estilo general del edificio es, según nuestra opinión, anglosajón. Todas las molduras que decoran las arquivoltas, y la base de los pilares están muy finamente perfiladas e indican de una manera cierta el estilo. Ahora hablemos un poco de pasada de la restauración. El edificio actual no puede extenderse más que por un costado. Esta es una dificultad que podría evitarse componiendo el plano de una manera distinta, es decir, construyendo una segunda nave parecida a la primera con bóvedas a la misma altura. Podría aligerarse el muro actual mediante arcos dobles. Para el santuario esto aportaría un efecto muy original, difícil de obtener, pero no imposible con toda seguridad. Además, podía, también, hacerse retroceder el muro oeste y poner un porche, etc.". Del mismo modo que algunas iglesias del País Vasco, el interior está casi por entero pavimentado por grandes losas de tumbas de más de dos metros de anchura. Como están amenazadas de ruina no estaba de más recoger los nombres de los principales personajes. Bernard Puyo, 1713.-Belamy d'Etchichourry.-Cassoulet.-Jean Daras.-Martel.-Saubade Laquer 1728.-De l'Hópital. Faugeré 1727.-Begeron.- Labadie.-Dingirard.-Barrére, cirujano, 1756. La iglesia de Saint-Esprit ha sido algo restaurada. El cementerio que estaba a la entrada, delante del porche, fue desplazado y en el umbral se encontraba escrito con ayuda de las piedras del pavimento la palabra PAX que invitaba al silencio y al recogimiento. Ref. Edouard Duceré: Dictionnaire historique de Bayonne, 2 vols, Bayonne, 1911-1915.